Aviación
Por qué los jets privados vuelan a mayor altura que los aviones comerciales
Hay una variedad de razones por las que tienen un techo de vuelo mayor
Una de las diferencias que se pueden encontrar entre los vuelos comerciales que cualquiera puede coger y los jets privados a los que acceden unos pocos es su techo de vuelo. Mientras que los aviones comerciales vuelan a una altitud entre los 9.000 y 12.000 metros, algunos jets privados de tamaño medio y grande pueden superan los 15.000. Esta diferencia se debe a las características propias de cada tipo de aeronave, condicionadas por el propósito de sus vuelos.
La altitud media de un vuelo comercial es de algo más de 10 kilómetros, aunque estás aeronaves están certificadas para volar a 12.500 metros. Algunas de fuselaje ancho como el Airbus A380, AirbusA350 y Boeing 787 tienen certificaciones más altas, hasta los 13.000 metros, según recoge Simple Flying. Jets privados, también llamados aviones o reactores de negocios, como los Gulfstream G650 y G650R, Dassault Falcon 7X, Cessna Citation X, Bombardier Global Express o Challenger llegan a los 15.500 metros. Otros modelos como Cessna Citation Longitude y Excel o Embraer Legacy y Praetor tienen un techo de vuelo algo más bajo, en los 13.700 metros.
Los jets privados vuelan más alto que los aviones comerciales, en primer lugar, porque al ser más ligeros y pequeños pueden hacerlo más fácilmente . Están diseñados para ser ágiles y eficientes, con una relación entre potencia y peso más alta que les permite ascender más rápido y mantener mayores velocidades a alturas superiores. Los aviones comerciales, por contra, son más grandes y pesados, incluso en relación a su tamaño, con los pasajeros y una mayor carga a bordo.
Volar a altitudes más elevadas también beneficia al rendimiento y el consumo del combustible dado que el aire, más delgado y frío, mejora la eficiencia de los motores a reacción y su rendimiento. Esto debe equilibrarse con el combustible necesario para alcanzar esas altitudes, algo que es más problemático para los aviones comerciales, más pesados.
Las diferentes normas de seguridad que debe cumplir cada tipo de aeronave es otro de los motivos para los diferentes techos de vuelo. En caso de despresurización de la cabina, un avión comercial debe poder descender rápidamente a una altitud segura por debajo de los 3.000 metros, con suficiente oxígeno para los pasajeros y tripulación. También se requieren características especiales de diseño y seguridad como máscaras de oxígeno y toboganes de emergencia.
Un jet privado, en cambio, puede descender más rápido a una altitud segura, tiene diferentes niveles de presurización de la cabina y suministro de oxígeno. También menos riesgo de daño en el fuselaje por un fallo del motor, dado que se ubica en la parte trasera del avión, lejos de la cabina presurizada.
Volar por encima de fenómenos meteorológicos como tormentas y evitar las turbulencias es otra de las razones. Un avión comercial a 10.600 metros ya se encuentra por encima de la mayoría de los que se producen, pero todavía puede encontrar turbulencias por cortes de viento o corrientes en chorro. A la altura a la que vuelan los jets privados el aire es más tranquilo y hay más opciones para cambiar de rumbo o altitud si se encuentra mal tiempo o turbulencias.
Por último, el tráfico aéreo es otro condicionante. Los aviones comerciales deben seguir rutas y altitudes de vuelo predefinidas y que pueden congestionarse. Los jets privados tienen más flexibilidad para elegirlas y suelen ser más directas y con menos tráfico, lo que repercute favorablemente en el gasto de tiempo y combustible.
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