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Los secretos mejor guardados de “La casa de papel” salen a la luz

A través del twitter de la serie y de Vancouver Media, el equipo ha desvelado los cambios de guión que más han marcado el rumbo de la ficción

Los secretos mejor guardados de “La casa de papel” salen a la luz
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¿Qué habría pasado si Nairobi no hubiese formado parte de la banda de “La casa de papel”? ¿Y si en lugar de cubrirse con una máscara de Dalí hubiese sido con una de Goya o Picasso? Todo lo que ha ocurrido en la serie desde su inicio hasta ahora, ¿estaba planeado o han ido cambiando las cosas? Tanto el twitter oficial de Vancouver Media como el de “La casa de papel” han desvelado algunos secretos que permanecían ocultos pero que, aprovechando el inminente estreno de la cuarta parte de la serie, han decidido sacarlos a la luz para compartirlos con los espectadores. Se trata de decisiones que, de haber escogido otro rumbo, habrían modificado bastante la serie, y en los que salen afectados personajes como los de Nairobi, Berlín, Arturito o Tokio.

La voz en “off” no iba a ser de Tokio

Esa narradora que nos acompaña durante los altibajos de la serie es Úrsula Corberó, quien interpreta a la impulsiva de Tokio. Sin embargo, aún siendo una voz que envuelve, en los planes del principio de la serie figuraba otra voz en “off”. Era la del Profesor. Explica Álex Pina, uno de los creadores de la serie, que “las primeras versiones del guión que tuvimos el narrador era el Profesor, pero resultaba un tanto egocéntrico hablar de un plan, el suyo, maravilloso y perfecto, y que fuera él mismo quien hablaba”. También dice que, de haber sido el personaje que interpreta Álvaro Morte, “perdería la mítica del Profesor, que queríamos que fuera un poco perdedor, “nerd” y asocial, habría sido contradictorio”, explica Pina.

Tras descartar la opción del Profesor, se les vino a la mente intentar con Moscú: “Nos podría llevar a hacer un personaje más campechano y sencillo”, explica Pina. Sin embargo, “tampoco funcionó” y, finalmente “elegimos a Tokio por muchas razones”. Entre otras, “por la mirada femenina, queríamos que el atraco fuera muy emocional” y que saliese del estereotipo masculino.

Nairobi no existía en los primeros guiones

Aunque parezca mentira, la serie podría haber carecido del potente personaje que es Nairobi, interpretado por Alba Flores. Sin embargo, gracias a que a Álex Pina le faltaba una mujer más en la banda, explica Flores que le envió lo que tenía escrito del guión, aunque sin Nairobi en ninguna parte. “La primera vez que lo leí en el primer y segundo capítulo Nairobi no existía, no era un personaje de la serie”, explica la actriz, reflexionando sobre lo curioso que resulta este cambio.

“Si piensas que este personaje ni siquiera estaba en la serie es un aprendizaje de las vueltas que da la vida”, expresa Flores. Y es que se trata de algo que sorprende, pues parte del ritmo de la serie se debe al personaje de Nairobi, tan divertido como decisivo a la hora de actuar y emocional cuando los sentimientos son necesarios. Se trata, por tanto, de un cambio de guión que seguro que agradecemos todos los seguidores de la serie.

Valoraron quitar a Berlín por ser “muy hiriente”

Explica Esther Martínez Lobato que “estuvimos valorando quitar la figura de Berlín”. Irónico, pues parte del éxito de “La casa de papel” se debe al desparpajo y al carisma de Berlín, personaje tan odiado como querido por gran parte de la audiencia. Sin embargo, algunos directivos pidieron que se quitara ese papel de los guiones porque “la clave en la que está escrito el personaje era muy hiriente”.

Finalmente, tras valoraciones y lucha por parte de los creadores de que ese cambio no se produjese, se consiguió que se mantuviera Berlín. Y menos mal, pues aún habiendo muerto en combate en el primer atraco, continúa siendo pieza clave en el segundo. Aunque sea en recuerdo y desde Florencia. “Luchamos para que se quedara y parece que ha sido un acierto”, celebra Martínez Lobato.

Enrique Arce: Arturito... ¿O Coronel Prieto?

Arturito... Ese personaje tan odioso pero cuya estupidez haría reír a cualquiera. Lo interpreta Enrique Arce y este explica que, cuando se presentó al casting, no era el papel que él buscaba interpretar. El actor explica que se presentó para interpretar a Arturito, pero también al Coronel Prieto, el cual era su favorito. Sin embargo, explica Arce que no fue como esperaba: “Cuando me llamó mi representante y me dijo que me habían dado a Arturo estuve a punto de decir que no. No me gustaba mucho”, confiesa.

El papel del Coronel cayó en manos de Juan Fernández, mientras que para Arce quedó el del jefe de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Ahora, Arce lo celebra, más aún por “formar parte de esta serie histórica para la ficción española”. Sabiendo esto, tras tantos capítulos vistos de “La casa de papel”, ¿alguien se imagina a Arce haciendo de Coronel en ese contexto? Seguro que lo habría bordado, pero Arturito es Arturito...

Los nombres de los componentes de la banda no iban a ser ciudades

El Liti, El Dandi, Agustín, El Niño y Silene iban a ser los nombres de Denver, Berlín, Moscú, Río y Tokio, respectivamente. Menos mal que decidieron cambiar de rumbo y apodar a cada uno con el nombre de una ciudad, ya que esto le dota a la banda de una gran personalidad. Esto lo explica Jesús Colmenar, también creador de la serie, a través de uno de los primeros borradores del proyecto.

En este documento aparecen los bocetos que transmitían las ideas de cómo iba a ser cada personaje, con nombres bien diferentes pero con los aspectos bastante parecidos a los que vemos en cada capítulo de “La casa de papel”.

¿Y si la máscara no hubiese sido de Dalí?

También suena extraño que al mono rojo no le iba a acompañar desde un principio una máscara de Dalí. Según cuenta el director de fotografía de la serie, Migue Amoedo, los primeros guiones auguraban que las máscaras se daban un aire a Dalí. Sin embargo, también se estudiaron otras figuras célebres de la “marca España”.

“Estuvimos barajando la posibilidad de que fueran personajes como Pablo Picasso, con una máscara cubista, o El Quijote, que representaba muchos valores españoles y también esa locura y empuje hacia lo imposible que tenían algunos personajes”, desvela Amoedo.