
Entrevista
Carles Tamayo y Ramón Campos: «El documental no va de engañar a Lluís, si no de la vanidad de un monstruo»
El youtuber y el productor se han aliado para lanzar «Cómo cazar a un monstruo» en Prime Video, sin duda el «true crime» del año

Carles Tamayo se sorprendió cuando le llamó desde su casa el condenado a 23 años de cárcel por abusos a menores LluísGros. Con ánimo de hacer justicia comenzó a grabar sus encuentros y un día recibió la llamada del productor Ramón Campos. Prime Video acaba de estrenar la serie documental «Cómo cazar a un monstruo», sin duda alguna, el «true crime» del año.
¿En qué momento decide que no va a hacer un documental para vender a Lluís Gros?
Carles Tamayo: Si hubiera hecho eso de engañarle, intentar decirle «sí, vamos a hacer el documental que tú quieres hacer», creo que eso generaría rechazo a mí el primero; y a muchísima gente. El documental funciona porque ya hay una primera escena muy clara donde yo quedo con él pensando que va a pedir perdón a los afectados y lo que dice es «no, yo soy inocente». Además venía con un guión que había hecho para contarme mi vida ficcionada. Y yo en ese minuto, el siete u ocho, justo al inicio del documental, digo «Lluís, no voy a blanquear a una persona que ha cometido tales atrocidades». Cuando vuelvo quedar con él la siguiente vez se lo vuelvo a repetir, que ya habían pasado un par de meses: «Oye, Lluís, tú me has pedido que investigue tu caso por lo que sea. Si hago una investigación puedo descubrir que eres culpable o que eres inocente. ¿Qué pasa si descubro que eres culpable? Este punto de partida de que Lluís lo tenga claro y la idea es que el espectador también lo tenga claro, que el documental no va de engañar a Lluís, sino va de la vanidad de un monstruo o de un narcisista.
Pero si que le engaña al menos una vez.
Las videollamadas. Claro; el papel que han tenido los afectados en este documental ha sido muy alto, o sea, han estado involucrados a lo largo de estos tres años. Lluís me estuvo dos años llamando y no quedé con él hasta que los implicados me dijeron «vale, nos parece bien que quedes con él con ese objetivo». Primero ver qué querían en esa primera llamada y entender por qué no estaba en la cárcel. Y luego, cuando pasaron ya tres meses de que había salido la sentencia firme, pues era la cosa esa de ¿por qué ese señor no está en la cárcel? Ya que quedas con él, queremos saberlo. Cuando iban pasando los meses, el objetivo era tú haces documental y nosotros participamos, te ayudamos en todo lo que sea de investigación, pero sobre todo el objetivo es que se haga justicia. Yo tenía un alto compromiso con ellos de que se hiciera justicia. Cuando veo que eso se aleja más, pues sí que dejé de evidenciar tanto mi posición. Pero hasta ese momento, pues Lluís me engaña. Le digo claramente «estás mintiendo» y le confronto, como en el momento multas: «Oye Lluís, hay una multa aquí, ¿la vas a pagar?».
Ramón Campos: Hay un momento que es necesario, lógicamente, seguirle la corriente para no perderlo. Lo más alucinante de Carles es si ves el material bruto. Lo que más me impactaba, más allá de las barbaridades de Lluís, era cómo Carles puede lanzar puñales directos a la frente a Lluís y Lluís los recibe. Y eso es fascinante. Carles no se corta al decirle cosas. Lluís recibe esas cosas y le responde. Cuando veía los primeros brutos de material, decía ‘se va a levantar y se va a pirar, seguro, se va a levantar y se va a pirar’. Y nunca lo hace. Siempre sigue ahí, al pie del cañón.
Hay momentos en los que parece que Lluís cree que Carles está de su lado.
Ramón: Aquí es clave lo de la impunidad, porque Lluís en ningún momento está ocultando nada de lo que hace. La famosa llamada del capítulo un es una demostración de que este tipo tiene una impunidad de tal calibre... No piensa ni que Carles se vaya a pasar a su lado. No está haciendo nada malo.
Carles: Lo que pasa precisamente es eso: lleva tantos años haciendo lo mismo y nunca ha habido ningún tipo de consecuencia, a pesar de que se ha sabido. Entonces ¿por qué ahora sí? ¿Por qué de repente ahora sí eso va a tener algún tipo de consecuencias? Me pide el documental porque de repente todo el pueblo que lo adoraba, que lo quería, porque era un señor con don de gentes, vinculado con todas las actividades que existían en el pueblo. De repente sale en los medios de comunicación que es un monstruo y todo el mundo le gira la cara. Él quería usar mi canal para que todo el mundo empezara a tener esta vez esa cara que intentaba mostrar.Creo que vino con su guion de «yo creo que si digo estas cosas me van a comprar el discurso». Pero no se lo compro en ningún momento. De hecho, yo se lo digo textualmente: «no voy a blanquearte. Si has venido con esa idea, tú te vas por aquí, y no nos volveremos a ver más. Cuando vuelvo la siguiente vez también es eso: No me puedes pedir una investigación y darme las conclusiones.
Ramón, ¿qué le llamó la atención del proyecto?
Campos: Olfato poco hace falta para ver que lo que hacía Carles ya en YouTube era muy bueno. Entonces era seguidor de Carles. Y de repente, no sé cómo, me llega la noticia de que está haciendo esto. Y me decidí a escribirle. Carlos y yo quedamos, empezamos a hablar de lo que él quería contar, de lo que él quería contar, qué temas podía haber debajo del documental y si el material que tenía ya pregrabado y lo que íbamos a poder grabar a partir de ahí, continuar con Lluís y la investigación, íbamos a poder encontrar una narrativa. Luego lo que sucedió es mucho más sorprendente de lo que pudiéramos imaginar. Y llegamos a un acuerdo. Hablamos con Prime Video y lo que decidimos es no podemos cambiar lo que es Carles. Es una narrador, y lo que podemos hacer es darle las armas para hacer lo que ya hace, más grande y mejor. Que tenga más tiempo para investigar, que tenga más tiempo para iluminar, o más más equipo para fotografiar.
¿Se aseguró de tener apagado el móvil en esas reuniones?
Ramón: Estoy seguro que Carles me grabó más de una vez sin yo saberlo.
Carles: Nunca.
Ramón: No me lo creo ni pa Dios.
Carles: De hecho, sí.
Ramón: Ah, sí. Porque yo no sabía cómo lo hacía. Y me enseñó el sistema, me dice «te acabo de grabar».
Carles, ¿está de acuerdo con enmarcar su trabajo en el género del «true crime»?
Carles: Desde mi punto de vista, hay dos tipos de true crime. Y a mí el que me gusta precisamente es el que hace Ramón en Bambú. Se usa el crimen en concreto para hablar de algo mucho más grande. Y en ese caso, yo quería usar los crímenes de Lluís para hablar de la impunidad y el sistema que hace que este señor haya seguido hasta el día de hoy con total libertad. Y cuando hablé con Ramón sobre su visión del género vimos que era la misma. En el caso de las niñas de Alcásser, el objetivo no era hablar de las niñas per se, sino hacer una denuncia al papel despreciable que tuvieron los medios de comunicación en este momento. Cuando vi que lo importante no era tanto el crimen y regodearnos en eso...
Ramón: Todavía no hemos hecho la gran diferencia. Y que no es hablar de géneros mejores o peores. Los sucesos son necesarios, los reportajes son necesarios, los documentales unitarios son necesarios, las series documentales son necesarias. Y dentro de las series documentales hay true crime y hay cosas que no lo son. Puede haber una serie documental que trata un crimen, pero no es un true crime. Vemos miles de reportajes y el problema es que por la moda, ahora todo se considera true crime. Para mí la diferencia, la gran diferencia entre el true crime y lo que no lo es, es que haya una reflexión. Estuvimos de acuerdo Carles y yo en que tenía que haber esa reflexión debajo, que el crimen por el crimen no es interesante.
Carles: Yo pensaba que si yo en vez de ser un pederasta, hubiera sido un asesino, el documental, salvo parte del capítulo y de los testigos, el documental sería exactamente igual. Es un criminal que está libre y no debería estarlo. Entonces digamos que este era la película.
Y si le llama Lluís desde la cárcel para hacer otro documental...
Carles: Yo voy a dejar las cosas claras: Si con la premisa que yo le planteo él quiere, pues adelante.
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