Terrorismo emocional

'El camino a casa' de "Davor Rober": el niño travieso y sevillista que jugaba en la Peña Bética

Roberto Leal hace esta noche el viaje emocional a su infancia en Alcalá de Guadaíra junto a Albert Espinosa

'El camino a casa' de Dabor Rober: el niño travieso y sevillista que jugaba en la Peña Bética
'El camino a casa' de Dabor Rober: el niño travieso y sevillista que jugaba en la Peña BéticaAtresmedia

Roberto Leal protagoniza la última entrega de 'El camino a casa', en laSexta, junto al conductor del programa Albert Espinosa. El presentador de 'Pasapalabra' y 'El desafío' regresa a su pueblo, Alcalá de Guadaíra , uno de los municipios más poblados de Sevilla, a apenas diez minutos de la capital hispalense. Tierra de alcores y panaderos.

Leal le confiesa a "Espi" que de niño, en el colegio Leonor Guzmán, le llamaban "el picúo", porque tenía y tiene la cabeza acabada en pico; también lo conocían por Davor Rover, en alusión al talentoso delantero croata que pasó por el Sevilla FC, el equipo del alma de Roberto, antes de recalar en el Real Madrid.

Y es que Roberto era y es muy aficionado al fútbol; al punto de que para jugar en un equipo cuando chaval se alistó en el de la Peña Bética de Alcalá, donde ejercía da capitán. Aunque confiesa que su padre iba poco a verle, por los disgustos, y que en una ocasión se marchó de las gradas a mitad de partido.

Con su padre, fallecido hace cuatro años, el presentador de televisión tenía una relación muy estrecha. Cuenta Leal que era un hombre de pocas palabras pero que con un gesto te lo decía todo. Un albañil que trabajaba de sol a sol, más puntual que un cartero suizo, que le inculcó el sevillismo y la necesidad (o el lujo) de estudiar y labrarse una carrera para no tener que deslomarse con la paleta como él, que no tuvo elección.

Y menos mal que Roberto, o Davor Rober, supo enderezar su rumbo académico a tiempo. Repitió hasta dos cursos en el IES Cristóbal de Monroy, y pese a todo su profesora de Geografía e Historia le recuerda con cariño: "Era un niño bueno".

Pero volviendo un pasito para atrás en el camino a casa del conductor de 'Pasapalabra'; este cuenta que fue con Elisa, "dientes de plata" por el aparato, con quien se dio su timorato primer beso. Fanático de Dragon Ball Z quería peinarse como Goku, y, a la hora de merendar, su bocado favorito eran los Bollycaos, sobre todo por los cromos de los Toys.

¿Sabían que con 13 años ya salió en la tele? Sí, en un programa con Jesús Vázquez. Por cierto, su musa con la que forraba las carpetas era Paula Vázquez, junto a la que años después tuvo la suerte de trabajar.

Se emociona Roberto, en el salón de actos de su instituto, cuando Albert Espinosa le muestra en el móvil un vídeo de veraneo con la familia: en este se ve a su padre haciendo chistes en la mesa a la hora de comer. No puede contener las lágrimas: el terrorismo emocional del presentador de 'El camino a casa' hace su efecto.

De vuelta al hogar, se reencuentra con unos familiares junto al río Guadaíra a su paso por el famoso puente del Dragón de la localidad hispalense, con quienes comparte recuerdos y hasta unos bailecitos, cómo no, por sevillanas.

A las puertas del teatro Riberas del Guadaíra, paseando por la calle Roberto Leal, se cruza ¡casualmente! con su compañero del alma, Antonio; quien le rememora cuando desguazaron un coche que no estaba todavía para el cementerio automovilístico. Roberto se anima a rapearle incluso a su "colega de siempre", que cantaba El Arrebato.

Vuelve a venirse abajo el presentador cuando regresa a la que fue su casa, un piso humilde en una barriada obrera. Allí se reúne con su madre y pone punto y final a este bello camino, a este viaje emocional subido en este DeLorean de las antípodas que progresa al pasado.