Opinión

Los canalillos

Las buenas ideas repetidas pueden ser hasta rentables. Y todo sin hacer ruido y sin molestar

Escena de la temporada 12 de "La que se avecina", que se estrena en Amazon Prime Video
Escena de la temporada 12 de "La que se avecina", que se estrena en Amazon Prime VideoManuel Fiestas Moreno

Me gusta, de vez en cuando, echarle un vistazo a las audiencias de la TDT. En un mundo en el que ya casi nadie ve la televisión tradicional, es como observar por un microscopio qué hace en su tiempo libre un escarabajo pelotero. Cuando la gente apuesta por contenidos específicos a la carta, buscados, seleccionados y autoprogramados, llegan estos canalillos modestos, prudentes, tímidos, y rascan lo que pueden. Y lo hacen a base de series sobretestadas, repetidas una y mil veces, pero que siguen funcionando para los ratos muertos. Porque, quienes vemos esos canales, ya no buscamos la sorpresa, ni la novedad. Buscamos un hilo musical que nos acompañe en nuestra casa. Lo mismo da que da lo mismo, el episodio, la trama. No tiene importancia el capítulo pero, ahí estamos nosotros, enganchados sobrevenidamente a algo que ya ha comenzado hace un rato y que ni siquiera vamos a ver finalizar. Por qué. Porque mañana, o pasado, seguramente este episodio volverá a ser repetido y, como si nada hubiera sucedido antes, lo volveremos a ver. A Atresmedia le va fabulosamente con el dos por ciento que le aporta Atreseries, con la triunfal «Crimen más allá del Paraíso», el spin off de la mítica «Crimen en el Paraíso», una serie de ficción británica con todos los ingredientes clásicos para entretener. Pero la que lidera el ranking diario es Energy, que mantiene su cima gracias a la franquicia «CSI» en todas sus localizaciones. Rasca lo suyo también Nova y sus telenovelas turcas, Neox con «Big Bang Theory» y Factoría de Ficción con «La Que Se Avecina», un fenómeno que habrá que estudiar en las facultades por una fidelidad a prueba de alternativas. Toda esa gente que consumimos esos canalillos somos los últimos monitos en los que piensan los grandes directivos de las cadenas potentes pero saben, porque lo saben, que ese dígito chiquito insignificante contribuye con lo suyo para diversificar, para cuadrar inversiones y, sobre todo, para demostrar que, en ocasiones, las buenas ideas repetidas pueden ser hasta rentables. Y todo sin hacer ruido y sin molestar. Como sus telespectadores, seres pacíficos, sin prisas y de vuelta de los abismos.