Estreno

«Asesinatos en serie», catorce noches de horror en TV

DKISS reconstruye con detalle los peores casos de asesinos en serie en Estados Unidos

«Asesinatos en serie», catorce noches de horror en TV
«Asesinatos en serie», catorce noches de horror en TV DKISS

A veces, el crimen no tiene prisa. Mata, se esconde y espera a que los policías se equivoquen. «Asesinatos en serie», que DKISS estrena el 6 de julio a medianoche, se adentra en esos casos que comienzan con una escena del crimen aparentemente rutinaria y terminan en una espiral sangrienta, con más de un muerto y más de un agente tirándose del uniforme.

La nueva serie documental se toma su tiempo, pero no lo pierde. Cada uno de sus catorce episodios desmenuza un caso real de asesinos múltiples en Estados Unidos, con reconstrucciones certeras, entrevistas directas y una narración que huye del efectismo para centrarse en lo que importa: el proceso, el tropiezo, la pista que nadie vio.

Lo interesante no es solo el perfil de los criminales —a menudo más egocéntricos que inteligentes—, sino el modo en que las fuerzas de seguridad descubren que su primer sospechoso no lo era tanto. Ni el segundo. Ni el tercero. A veces hace falta un cuarto cadáver para entender que el asesino estaba jugando al escondite.

El primer episodio lo deja claro: un hijo encuentra a su madre muerta y, como suele pasar, la policía va directa a por él. Pero una nota en otra escena del crimen lo cambia todo. Hay más muertos. Y el asesino, más que un psicópata con patrón, resulta ser alguien que ha usado esos cuerpos como cortina de humo para un crimen mucho más personal.

No es una serie que glorifique al asesino. Más bien pone el foco en los que investigan, los que fallan y los que aprenden. Y, de paso, engancha con esa mezcla difícil de lograr: respeto por las víctimas y capacidad para contar una historia criminal con solvencia, pausa y una tensión bien medida. Aquí nadie corre, pero todo el mundo acaba llegando.

Un mapa del horror dibujado con precisión, sin dramatismos baratos, pero con todo lo necesario para no apartar la vista.