Del «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer» hay mucho que aprender tras la pandemia. En muchos casos el ambiente laboral se siente enrarecido con la vuelta paulatina de los trabajadores a las oficinas. Y ese es el punto de partida que toma el creador, showrunner y productor ejecutivo Tony Basgallop («Servant»), para «El Consultor», la serie que estrena hoy Prime Video y que adapta el libro homónimo de Bentley Little de 2015. En ella conoceremos de cerca a Regus Patoff, una suerte de «consultor» que nos pondrá los pelos de punta en su interacción con sus nuevos empleados.

Ojo que la serie de ocho capítulos se vende como una comedia negra, pero desde luego inclina su género hasta el mismísimo thriller. Pongámonos en situación: CompWare es una empresa de videojuegos para el móvil creado por un genio precoz de tan solo 20 años, Sang Woo (Brian Yoon). En los primeros minutos del primer episodio el empresario es brutalmente asesinado por un estudiante de secundaria de excursión con su clase. En la madrugada siguiente se planta en el edificio Regus Patoff (Christoph Waltz), un «consultor» que en virtud de un contrato con el difunto se convierte en el nuevo jefe. Los primeros en conocerle serán la pareja protagonista entre los empleados. El neurótico y desconcertado Craig (Nat Wolff) y la eficaz y enlace de creatividad Elaine (Brittany O’Grady), que son los «afortunados» en catar la personalidad de Patoff, al que tienen que ayudar a subir las escaleras que separan las plantas. Estas pinceladas son solo el comienzo de una nueva jefatura que no dudará en hacer una limpieza a fondo en la compañía. Empleados que perderán su empleo por oler a «fruta podrida», una cabecera con insectos que da bastante miedo, la conducta errática, sospechosa y maliciosa del consultor y la música, son elementos que pasan por encima de la pretendida comedia, que no es más que esa sensación de que algo es tan raro que no se intenta comprender y aprenderemos a perder la sorpresa según avanza la trama.

No es un spoiler avanzar que la interpretación del oscarizado Waltz es lo mejor de la serie y aprenderemos a esperar a que se calle para que esboce una mueca espeluznante que hará saltar todas las alarmas, personales y profesionales de la pareja de empleados y de los espectadores. Sí que parece que Patoff, que no se llama así seguro, es invencible e imprevisible, y en parte eso podría ensombrecer la trama. Pero todo es superable para Basgallop, y lo que parece una crítica al sistema de trabajo entre jefes y empleados, con lo difícil que pueden volverse cuando se aumenta o disminuye su distancia, se diluye cuando el fin, mantener la empresa a flote, justifica los medios, que ya les digo yo que son indescriptibles. Hay situaciones como la pasarela de cristal que lleva al despacho de Patoff, que cruje cada vez que pasa, y personajes como la mutilada rusa, que nos dejarán pegados al sofá, mientras decidimos si Patoff nos cae bien, y si todo lo que hace es para el bien de la empresa, ¿quiénes somos para juzgarle? Pero claro, ¿juzgar a quién? ¿Quién es? Hay un jefe nuevo en la ciudad y no te va a gustar.