Estreno
"Cruel Summer": "Se ha escrito un crimen" normalito
Prime Video estrenó ayer la segunda temporada de esta serie de suspense con nuevos protagonistas y un asesinato por resolver
Los asesinatos en las ficciones televisivas han llegado a especializarse creando todo un género lleno de agentes de la Ley, investigadores, jóvenes y grupos de amigos. Ya sea porque asesinan y resuelven al final, o bien que primero presentan a los personajes y luego se comete el delito, la fórmula se reinventa con cada nueva producción. En 2021 llegaba a Prime Video "Cruel Summer", "serie de televisión de antología" de suspense y misterio de drama adolescente creada por Bert V. Royal. Está basada en la premisa de dos adolescentes, Jeanette Turner y Kate Wallis, que entre 1993 y 1995 en la ciudad ficticia de Skylin, Texas, establecen una relación que condicionará a todos los que las rodean. Además, se añade un secuestro, celos y una batalla legal que pone en jaque a familia y amigas de ambas, pero que deja entrever que la pareja oculta algo más. Hoy la plataforma de Amazon estrena la segunda entrega con nuevos personajes y un asesinato.
Demasiado larga
Siguiendo la misma fórmula de la primera entrega, la segunda temporada de "Cruel Summer" presenta un reparto y un misterio totalmente nuevos. Ambientada en un idílico pueblo costero del noroeste del Pacífico, sigue el ascenso y la caída de una intensa amistad adolescente. Abordando la historia desde tres líneas temporales distintas en torno al Y2K (el famoso efecto 2.000), esta temporada da giros y vueltas mientras sigue la amistad entre Megan (Sadie Stanley), Isabella (Lexi Underwood) y Luke (Griffin Gluck), el triángulo amoroso que floreció y el misterio que impactó todas sus vidas en el futuro. Sin embargo esta segunda acometida tiene menos fuerza que la primera, por lo que los fans pueden sentirse ligeramente decepcionados.
Y es que la fórmula de arranque es bastante buena pero en seguida los personajes principales se comen cualquier desarrollo que el televidente puede querer conocer del resto de personajes. En un momento dado incluso la línea argumental se divide entre la relación de los personajes principales y el asesinato que subyace en la trama. Todo puede ser llevado hasta el final en muchos menos capítulos que los 10 de esta segunda temporada. Teniendo en cuenta además, que la idea central argumental pasa por que un gran grupo de personas que presencian el mismo evento y llegan a la misma conclusión, aunque sabremos que incorrecta. ¿Ningún personaje se paró a pensar que las cosas que vieron podrían ser equívocas todas y cada una de las veces que comprobaron que aquello les afectaba tanto? Incluso con la cantidad de descubrimientos cruciales de los protagonistas durante la serie.
Entre los valores positivos de esta segunda entrega es dotar a los mismísimos años 90 de personalidad a través de la música y de algunas proyecciones de cine amateur, aunque sin profundizar en la vida de Internet y los ordenadores en aquella época. Éxito sin embargo en la división de la historia en tres líneas de tiempo, cada una con su propia identidad visual, que aún funciona y sigue siendo efectiva para ayudarnos a comprender qué está sucediendo y cuándo. El espectador seguirá encontrando interés en los personajes, aunque el triángulo amoroso carece de verdad para creérselo, pero el intento por otorgarle misterio con los giros de guion que le funcionaron en la primera temporada no consiguen el efecto deseado, ya que algunos espectadores lo considerarán demasiado obvio. No significa que no merezca la pena disfrutar de esta segunda temporada, pero no le atrapará como sí hizo la primera.
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