Estreno
Testigos del crimen de Patraix
Netflix estrena hoy la película «La viuda negra» sobre lo sucedido en 2017, con Carmen Machi, Ivana Baquero y Tristán Ulloa, y producida por Ramón Campos.
Si algo define a Bambú Producciones y a Ramón Campos es que pueden permitirse el lujo de contar mil historias conocidas, que siempre saben hacerlo de una manera interesante y creativa. En series se atrevieron el año pasado con «El caso Asunta», y construyeron una sorprendente narración que ya ha pasado a la historia como una de las mejores producciones del año pasado. El true crime se está convirtiendo en una especialidad de la casa y prueba de ello es su siguiente aventura en forma de película. El 16 de agosto de 2017 en el 18 de la calle de la Calamocha de Valencia encontraron el cuerpo apuñalado de Antonio Navarro Cerdán. Tras las pesquisas policiales la sorpresa fue mayúscula cuando se desveló el nombre de los culpables y cómo lo planearon todo al detalle.
«La viuda negra» es el título que llega hoy a Netflix, una cinta de más de dos horas de duración que dirige Carlos Sedes, protagonizada por Ivana Baquero, Carmen Machi y Tristán Ulloa, y con Ramón Campos como productor ejecutivo. Está basada en la historia del conocido como el caso Patraix: en agosto de 2017 aparece el cadáver asesinado de un hombre en un aparcamiento de Valencia, acuchillado siete veces. Todo apunta a un crimen pasional. El Grupo de Homicidios de la ciudad, con una veterana inspectora al frente, arranca una investigación a contra reloj que pronto los conduce a una sospechosa que nadie esperaba: Maje, la joven viuda, dulce y serena, que llevaba casada con la víctima menos de un año. Y como decíamos al principio, la historia seduce de cualquiera de las formas. Por un lado tenemos una ambientación y «recreación» ficcionada que nos sumerge sin remedio en la historia aunque sepamos algunos detalles. Desde el principio seguimos de cerca a Eva (Machi), la encargada del caso del Grupo de Homicidios, que junto a dos de sus compañeros, establecen las pesquisas que enseguida les muestran varias incongruencias que les ponen sobre la pista de Maje (Baquero). La película desarrolla casi toda su trama a través de los ojos de Eva, pero enseguida cambia al punto de vista de Maje, desde el mismo día en el que contrajo matrimonio hasta todos sus desvaríos sentimentales y las mentiras con las que construyó una personalidad en la que ya ni ella misma se reconocía. El número de nombres que se van sumando a la lista emocional de Maje (Daniel, Salvador...) lo que demuestra cómo evolucionan sus mentiras e intenta manejar a todos a su alrededor. La cinta utiliza documentos reales, testimonios y conversaciones intervenidas por la policía para reconstruir los hechos, mostrando cómo Maje cambia de versión a medida que avanza la investigación. Pero repetimos, que aparte del excelente trabajo actoral de todos los intérpretes, y de la minuciosidad del trabajo de documentación al que nos tiene acostumbrados Ramón Campos en sus producciones, hay que poner el énfasis en cómo lo cuentan. La estructura dividida por versiones, la de Eva, Maje y la de Salva, no agotan al espectador, que está deseando ver cómo las incongruencias y mentiras se van tragando a los culpables hasta casi enterrarlos en vida. La película se sirve de recursos de cámara y de los escenarios para inventarse toda una manera nueva de contar algo de sobra conocido. Nadie va a cambiar su manera de ver a Maje tentando a los hombres para que cometan por ella el asesinato, o eliminar la culpabilidad del encargado de dar esas cuchilladas, pero sí nos mete de lleno en un mundo con otras reglas, en las que el espectador se llevará varias veces las manos a la cabeza de las barbaridades que somos capaces de hacer por amor, dinero o sexo. Además, «La viuda negra» aprovecha el metraje para rendir homenaje a Blas Gámez, subinspector del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, quien participó en la investigación y fue asesinado poco después en otra operación policial. Los personajes son dolorosamente cercanos.
Como en todo estudio de la mente humana, es positivo que las imágenes no se ceben con el asesinado, pero sí se acerque con cautela a las motivaciones y la personalidad de la protagonista. Bambú sabe aproximarse a temas peliagudos sin emitir ningún tipo de juicio moral que puede decantar a los espectadores hacia suavizar un delito, o hacia el lado de condenar sólo por que algo no nos gusta. La habilidad de «La viuda negra» es trazar un paseo por la mente humana desde una perspectiva única que permita al espectador formar parte de la historia para conocer más de cerca algunos de los sucesos de nuestro pasado más reciente.
El verdadero final de Salva y Maje, entre rejas
►No es ningún tipo de espóiler decir que en la vida real la Justicia cayó sobre los sospechosos/acusados. Tras el juicio en 2020 en la Audiencia Provincial de Málaga, María Jesús Castro Moreno fue condenada a 22 años de prisión como autora responsable de un delito consumado de asesinato, con alevosía y agravante de parentesco. Salvador Rodrigo fue condenado a 17 años de prisión como autor responsable de un delito consumado de asesinato, con alevosía y atenuante analógica de colaboración con la justicia. En 2023 Maje tuvo un hijo con un preso, pero tampoco en esta ocasión consiguió seguir su relación con el padre.