No a la intolerancia
Me enervan el odio y la politización de todo, hasta el extremo. Me rebelo, por ejemplo, contra la manía que tienen algunos de cambiar los nombres de calles, centros y plazas
Me enervan el odio y la politización de todo, hasta el extremo. Me rebelo, por ejemplo, contra la manía que tienen algunos de cambiar los nombres de calles, centros y plazas