Copa Davis
Bautista deja a España a un paso de la Ensaladera
El número dos español reapareció tras la muerte de su padre y se impuso a Auger-Aliassime por 7-6 y 6-3
Con unas muñequeras negras en memoria de su padre fallecido el jueves, Roberto Bautista dejó a España a una victoria de su sexta Ensaladera de Plata. El número dos español superó a Felix Auger-Aliassime por 7-6 (7/3) y 6-3 en una hora y 49 minutos. El relato de la Davis no iba a dejar el cupo de heroicidades monopolizado por Nadal. Roberto Bautista lo merecía tanto como Rafa. La muerte de su padre en plena Davis, su viaje a Castellón para su adiós, el regreso el sábado a la concentración con sus compañeros, el himno más emotivo que nunca en semifinales y la reaparición en la final ante Canadá. Un guión marcado por el drama con un final feliz.
Y una reaparición ante un rival inesperado. Pospisil y Shapovalov habían disputado todos los puntos de los canadienses. Ellos eran los responsables de la gran sorpresa del torneo, pero Dancevic, el capitán, apostó por los 19 años de Felix Auger-Aliassime. El número 21 del mundo sólo había ejercido de sparring por sus problemas en el tobillo y apareció en la final como si llevara toda su vida peleando por la Ensaladera. Bautista apareció contenido. Dejó hacer a Aliassime y casi todo lo que pasó en la pista para bien o para mal fue obra del canadiense. El español se limitó, y ya fue bastante, a mantener su saque con autoridad. Cuatro juegos en blanco fueron la prueba de que Bautista estaba cómodo con su servicio. Sólo tuvo problemas en el octavo juego. Como Bautista estaba varado en el fondo, Aliassime apretó, pero el servicio sacó al español del apuro. Bautista alcanzó el objetivo que pareció perseguir desde el principio: llegó vivo el desempate. Y ahí la firmeza del novato desapareció. Un buen saque, una dejada, una derecha y tres errores confirmaron la validez del plan de Bruguera.
Bautista no es un jugador tan caliente como Rafa o como el Feliciano de sus mejores momentos. Lo suyo es otro tenis. Más medido, más sobrio, casi alemán. Cuando alcanza una velocidad sostenida se convierte en un jugador muy incómodo, capaz incluso de poner en aprietos en las semifinales de Wimbledon a Djokovic. Aliassime empezó a titubear y Bautista despegó. Dos breaks permitieron al castellonense escapar en el segundo set con 4-2. Ya no hubo vuelta atrás. «Bati»dejó a España a un triunfo de la sexta Ensaladera. Lo merecía más que nadie. Su madre murió hace año y medio; su padre, esta semana. Pocas veces una victoria fue tan merecida. La Copa Davis quedaba en las mejores manos, en las de Rafael Nadal Parera.