Valencia

Jorge Expósito, primera mascletá fallera

El novillero de Algemesí corta sendas orejas e inaugura la Puerta Grande en el inicio del ciclo valenciano

Pase de pecho del levantino Jorge Expósito en el comienzo del abono fallero
Pase de pecho del levantino Jorge Expósito en el comienzo del abono fallerolarazon

Valencia. Primera de la Feria de Fallas. Se lidiaron cuatro novillos de Daniel Ruiz y dos, 5º y 6º, de Jandilla, en conjunto, desiguales de presencia y juego. Los mejores, 3º y 6º. Un tercio de entrada.

Fernando Beltrán, de azul noche y oro, media estocada, aviso, cuatro descabellos (silencio); estocada (oreja). Román, de azul marino y oro, pinchazo, estocada, aviso (saludos); estocada, cuatro descabellos, aviso (silencio). Jorge Expósito, de azul noche y oro, estocada, aviso (oreja); estocada, aviso (oreja).

Entre las cuadrillas, destacaron José Manuel Montolíu, Raúl Martí, César Fernández y Miguel Ángel García.

Aunque las cosas se valoran por cómo acaban, no cabe duda que un buen inicio siempre es preferible a uno más flojo o indefinido. Comenzó la Feria de Fallas y lo hizo con triunfo importante de Jorge Expósito, que en su tercera novillada con picadores logró abrir -por primera vez en su carrera y en este serial que ayer se iniciaba- la Puerta Grande de Valencia. Lo hizo por méritos propios, sin ayudas del paisanaje -hubo mucho seguidor que vino desde su pueblo, Algemesí- y sabiendo sacar partido de un novillo de Daniel Ruiz y de otro de Jandilla que compusieron el mejor lote de un encierro desigual en todo. Los de Daniel Ruiz, chicos y cómodos a excepción del cuarto, feo y fuerte, tuvieron en ese tercero a su mejor exponente y de los remiendos de Jandilla también fue el sexto de mejor juego.

Expósito se empeñó ya con su primero, vivo y repetidor, en llevarle largo, citando de lejos y asentándose conforme discurría su faena. Dejó estupendos naturales en los que supo apurar las embestidas de su oponente, yendo siempre a más hasta completar una faena de nota que le valió, a pesar de que el estoque no cayó del todo en buen sitio, la primera oreja de la tarde y de las Fallas.

El sexto llevó el susto a los tendidos cuando echó mano al banderillero Javier Rodríguez, que tras trastabillar cayó indefenso ante la cara del novillo que se conetentó con tirarle un gañafón del que salió milagrosamente ileso. El novillero de Algemesí volvió a estar muy metido en su quehacer, cruzándose mucho y buscando templar y ligar, dejando otra faena que poco a poco fue cogiendo vuelo hasta alcanzar su máxima expresion en un par de tandas de naturales profundos y hondos. Ahí, a lo mejor, debió poner punto final, pero se empeñó en alargar su labor y a punto estuvo de perder la salida a hombros cuando su puntillero -el siempre seguro Valentín Arenas- levantó hasta dos veces al utrero.

Otra oreja se llevó Fernando Beltrán del cuarto. Trofeo que fue premio a la gran estocada con que remató al astado de más volumen de la tarde y con el que no se aclaró. Tampoco pudo sacar partido del noble y flojo primero, un animal que se sostenía con alfileres y con el que no terminó de encontrar sintonía.

Román, una de las grandes esperanzas de la afición valenciana, no tuvo su tarde y, por primera vez en su carrera, se fue de vacío del coso de Monleón. No vio el buen pitón derecho del jabonero que le correspondió en primer lugar y, eso sí, corajudo y arrestoso, se fajó con él en una pelea de la que no sacó sino un revolcón. El quinto fue muy incómodo, andarín e inquieto, y al que a base de valor fue amoldando y rebajando su ritmo. Falló también con el estoque de cruceta y su labor fue silenciada.