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Posada de Maravillas: «El toro es un misterio hasta que te pones en el sitio»

El extremeño indultó un novillo en su debut con picadores y se ha convertido en uno de los novilleros de la temporada

Posada de Maravillas
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Empezó la temporada en Olivenza (Badajoz), donde en marzo debutó con caballos, cortó dos orejas e indultó un novillo de El Freixo. Juan Luis Ambel pasó de una temporada incierta a tener días marcados en rojo. Compromisos de relevancia en los que camufló su falta de rodaje con una templada mano izquierda y una estética figura. Posada de Maravillas es un nuevo nombre en el escalafón novilleril que espera «dar una imagen renovada al mundo del toro».

- El pasado marzo en Olivenza empezó todo. Debut con caballos, dos orejas, un indulto... y novillada en Valencia.

- Así es. Sin caballos no pasó prácticamente nada, no salieron las cosas y toreé poco. Pero a raíz del triunfo en Olivenza pude torear en Valencia, en la Feria de Fallas, donde recibí una cornada. A partir del triunfo en mi debut empezó a rodar la temporada. También gracias a mi apoderado -Luis Álvarez- con el que estoy muy contento. Gracias a él he firmado contratos en Badajoz, Francia y Pamplona, donde corté dos orejas a un novillo de El Parralejo.

- Parece que esta temporada va a firmar un buen número de novilladas...

- No puedo hablar de un número concreto, pero sí creo que serán más de veinte, un número importante. Empecé la temporada con seis o siete novilladas del año pasado, toreamos en Olivenza y ahí surgió todo. Ahora es cuestión de que vayan saliendo.

- ¿Ha notado una evolución en su toreo desde que empezó la temporada?

- Esta es una profesión que va muy lenta, pero debo dar las gracias a mi equipo que está ahí entrenando conmigo y ayudándome a asimilar todo lo sucedido y lo que está por venir. Pero sí es verdad que estoy evolucionando mucho como torero. Cada día que me pongo delante tengo las ideas más claras y sé cada vez más pronto lo que debo hacer delante del novillo.

- Aunque cada animal sea una historia distinta...

- Por supuesto. Y el caso más reciente es el de Pamplona. Al novillo de las dos orejas, al pararlo en el primer tercio pensé que no tenía ni un pase, pero poco a poco, sin ponerme nervioso, logré torear como el animal necesitaba. Me dije a mí mismo: «Fuera la presión y el miedo». Las olvidé. Pensé que estaba solo en la plaza y el animal acabó entregándose. Y es que no se sabe qué tienes delante hasta que no te pones en el sitio.

-¿Y cuál cree que es ese sitio?

- Cada toro tiene el suyo, porque cada animal es diferente. Pero ese sitio es siempre el que hace que conectes con el público. Cuando se la dejas en la cara y tu cuerpo se rompe para recibir la embestida y pegar el muletazo.

-¿Ha notado también un cambio como persona durante estos meses?

-En estos meses lo que se ha convertido en una obsesión personal es el involucrar a la gente joven en los toros y en hacer que el toreo evolucione. Uno piensa mucho en la tauromaquia y personalmente voy a luchar para que la fiesta tenga un futuro muy largo. Y la clave está en la innovación, en la adaptación a los tiempos.

-¿Y cómo puede innovar un novillero?

-En este mundo del toro es muy difícil porque todo lo nuevo que se intenta hacer, a priori, se rechaza. Pero esa es mi idea y la voy a llevar a cabo. La intención es cambiar la imagen del toreo, que no sea tan antigua. En mi caso, por ejemplo, tengo 19 años y quiero que los jóvenes se identifiquen conmigo y vayan a los toros.

-¿Hablamos de cercanía?

-Sí, fuera pero también dentro de la plaza. Cuando pego un pase de pecho y me voy hacia la gente, estoy contento, feliz, y quiero transmitir esa sensación. Me gusta que disfruten de mi toreo y de mi expresión. Me han criticado mucho el colocarme la muleta en el hombro, por ejemplo, pero debemos complementar el toreo con esos detalles. Es una imagen preciosa el salir de la cara del toro y podemos hacer que lo sea aún más con esos gestos. Lo que sí es cierto es que no lo entreno, que esas ideas me surgen de dentro y las hago.

-No siempre será posible la sonrisa delante de la cara del novillo...

-La mayoría de veces, sí. En Valencia me pegó el novillo la cornada, seguí toreando y, a pesar de la herida, seguí sonriendo. Y todos preguntándose cómo podía ser. Hay mucha gente que le gusta que salga feliz de la cara del toro y voy a seguir esa línea.

-¿Cuál es el objetivo inmediato de esta temporada?

-Tener un rodaje. Torear cierto número de novilladas, triunfar y entrar en las ferias importantes. Lograr este año un caché y una preparación que sirva el año que viene para formar el lío que tengo en mente.

-¿Y en qué consiste ese lío?

-En triunfar en todas las plazas, no sólo en las importantes. Muchos pueblos son preciosos y merecen que te rompas igual ante el novillo. Uno se viste de torero para disfrutar y, para conseguirlo, hay que darlo todo. No voy a reservarme para las plazas de primera.

-De lo que sí puede hablar esta temporada es de regularidad. ¿Cuál es la clave?

-Es un trabajo constante. Todos los días realizo un entrenamiento físico, técnico, pero también psicológico. No es para volverse loco, porque creo que tampoco se debe estar todo el día pensando en el toro. Las horas que entreno sí, que son muchas, pero también soy una persona normal y me gusta estar con la familia, ir al cine... que no sea el toro una obsesión. Eso sí, la preparación, el campo, los tentaderos, el rodearte de buenos aficionados... que no falte. Todo este día a día hace que cuando tengas que ponerte delante lo veas claro.

-Cuando veía torear a su hermano, Ambel Posada, y empezó a sentir la llamada del toro, ¿se imaginaba llegar a ser novillero de ferias importantes?

-Lo veía imposible. No me planteaba llegar a estar anunciado en ferias como Fallas o San Fermín porque sabía por mi abuelo, mi tío y mi hermano lo difícil de esta profesión. Pero precisamente por conocer toda esa dificultad, me preparé y me preparo para lo que sea.

-¿Va a pisar América este año?

-Varias empresas han llamado a don Luis, mi apoderado, pero no vamos a cruzar el charco. El año que viene sí lo haremos.

-Al final tuvo que aparcar los estudios para poder dedicarse al toro.

-Acabé bachillerato y estoy a la espera de empezar una carrera. Hice selectividad y, en el momento que pueda, mi idea es iniciar estudios universitarios. Pero llevarlos sin que influyan en mi profesión.

-¿Qué le gustaría estudiar?

-Marketing.

-Algo que también podría aplicar al mundo del toro.

-En el marco taurino, un nuevo diseño para la fiesta sería muy bonito. Dar un cambio importante. Este invierno saldrá publicidad mía que va a ser muy impactante. Con una imagen y un texto distinto para que llegue a los jóvenes y les guste ver a un chaval de su edad, igual que ellos, pero que se viste de luces y sale a torear. Ese es el objetivo. Porque el aficionado ya me conoce pero la masa, no. La idea es que vean esa publicidad y piensen en querer conocerme más a fondo. Y eso incluye ir a la plaza.