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El mix descarbonizador

Acelerar la transición energética y fiarlo sólo a las renovables, como pretende Teresa Ribera, puede colocar a Europa en una situación de desventaja

La vicepresidenta Teresa Ribera
La vicepresidenta Teresa RiberaEuropa Press

El Gobierno debería tener en cuenta la opinión de la empresa y de sus directivos con relación a la política económica. En este sentido se ha manifestado esta semana el presidente del Instituto de Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, al reclamar al Ejecutivo que deje de atacar a las compañías privadas y las escuche. Opiniones siempre relevantes, como la expresada en otro foro por el presidente de Repsol, Antonio Brufau, al subrayar que deberíamos plantearnos si es realista fiar la recuperación de la crisis, acompañada de una aceleración de la transición energética, sólo a la electrificación con energías renovables sin tener en cuenta otras tecnologías que hacen posible la descarbonización. O el papel que el petróleo y el gas natural van a tener aún durante muchos años. Recuerda Brufau que una de las consecuencias de la guerra de Ucrania ha sido el aumento de la tensión entre las dos grandes potencias del planeta, China y EE UU. En esta batalla se enmarcó la aprobación el pasado verano por Washington de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), que destina más de 360.000 millones de dólares a inversiones en energía limpia, cambio climático y seguridad energética con la idea de buscar una ventaja estratégica sobre China y Europa, que corre el riesgo de perder posiciones ante los dos grandes.

Acelerar la transición energética y fiarlo sólo a las renovables, como pretende Teresa Ribera, puede colocar a Europa en una situación de desventaja ante la apuesta sensata de chinos y americanos por el denominado «mix descarbonizador» que debería ser también objetivo prioritario de la UE.