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¿Sabías que estas películas extranjeras se rodaron en España?

Hace pocos años, España entera se revolucionó ante la noticia de que la exitosa serie de HBO, Juego de Tronos, había elegido nuestro país para rodar un buen puñado de escenas decisivas. Pero no debería asombrarnos. Somos el as en la manga de una pila de filmes extranjeros grabados en nuestro territorio, desde los cincuenta hasta hoy.

Charlton Heston (i), junto al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente (c) y el filólogo Menéndez Pidal, durante el rodaje de la película El Cid
Charlton Heston (i), junto al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente (c) y el filólogo Menéndez Pidal, durante el rodaje de la película El Cidlarazon

España es muy bonita, palabra de Goethe

Decían Los del Río que Sevilla tiene un color especial. Y aunque no les faltaba razón, se quedaron algo cortos. España entera tiene un color especial. Algo posee nuestra tierra que hipnotiza al mundo desde tiempos de la colonización griega, desde los romanos y los sueños más salvajes de Napoleón. Es por el sabor que tiene, diferente a cualquier otra. Y no lo digo yo, es un hecho probado. Goethe tildó a España como “el bello país del vino y las canciones”, y algo sabría sobre la belleza el autor alemán. Machado se ilustró en los campos eternos de Castilla para sus poemas y cientos de artistas reconocidos mundialmente, pasando por el Greco hasta Hemingway, han acudido a nuestra tierra en busca de la codiciada inspiración. Algo tiene España que hasta el limpio arcoíris la envidia en colores. Aquí hay sol y playa, nubes y montaña, prados verdes, amarillos, pardos y del colorado más intenso que es la lavanda en primavera. Incluso los ingleses, que gustan de criticarnos habitualmente, cuentan los días hasta su jubilación para disfrutar de nuestras costas.

Primeros años de grabaciones

Aquí hay magia de la de verdad, sin trucos, desde la Giralda hasta los castillos del norte. Y bien lo sabe el cine internacional. Directores de todas las épocas han buscado en nuestra tierra los escenarios más hermosos para rodar sus películas. El ejemplo más conocido es el de Sergio Leone. El cineasta italiano grabó en el desierto de Almería puñados de filmes del spaghetti western, con el inconfundible Clint Eastwood al frente de su reparto. El bueno, el feo y el malo es un buen ejemplo. Y como un alud le siguen Los cuatro truhanes, La muerte tenía un precio... entre una cosa y la otra, hasta 300 películas se han rodado en el desierto de Tabernas. ¿Y por qué en España? Porque España es bella. Y además, nuestra variedad de paisajes, que cubre el desértico y el de montaña, el mediterráneo o el atlántico, tan concentrados en un solo territorio, permiten grabar en diversos escenarios sin necesidad de derrochar en gastos de transporte para todo el equipo.

Los años sesenta y principios de los setenta dejaron al cine joyas grabadas en Soria, como la conmovedora película de El doctor Zhivago (1965). Aunque la idea era grabarla en Rusia, el dominio soviético en el país de los Urales impidió el rodaje de un filme que consideraban contrarrevolucionario. El director David Lean, que ya había trabajado en el sur español durante la filmación de Lawrence de Arabia (1962), se encogió de hombros, no quiso discutir a Brézhnev y decidió grabar aquí. Un acierto, desde luego.

Madrid también se ha llevado su pedazo de gloria en el rodaje de grandes producciones. Un ejemplo es la película de Espartaco (1960), cuyas escenas exteriores se rodaron en la capital, y que además contó con 8.000 soldados del ejército español para participar como extras en la batalla final. 55 días en Pekín (1962) también causó furor en su época, pero cabe a destacar un pequeño detalle... “Pekín” fue en realidad un inmenso decorado, construido exclusivamente para la película en la zona de Las Matas, cerca de la A-6.

España es tierra de aventureros. En la realidad y en la ficción, toma donde quieras. Steven Spielberg rodó partes de Indiana Jones y la última cruzada en Álmería y el arqueólogo más duro del cine se volvió más duro todavía. Este poder tenemos por aquí. Potenciamos los dones de todo hombre y mujer que pisan nuestros campos.

Pero hubo un arranque de codicia entre nuestros políticos y tanta visita de Hollywood les hizo los bolsillos grandes. Las comisiones se hicieron demasiado pesadas para las productoras americanas y, bueno... digamos que se fueron a grabar en zonas más baratas. La avaricia de unos pocos fue la perdición de muchos, como suele suceder en casos como este, y España perdió una buena fuente de ingresos Por un puñado de dólares (1964, Almería). Tuvieron que pasar años hasta que los estadounidenses se decidieran a volver a visitarnos. Y con la entrada del siglo XXI, volvió la avalancha.

Hollywood regresa a España

Christian Bale es un viejo conocido de los catalanes. En 2004 se rodó en diferentes parajes de Barcelona, Sabadell, Badalona y Llobregat su increíble y relativamente incómoda película, El Maquinista. Que, pocos lo saben, es de producción española. Volvió unos años después, esta vez a Almería y Fuerteventura, para rodar en 2012 la película de Exodus: dioses y reyes, que trata de una forma más o menos fiable la historia bíblica de Moisés. El director del filme, Ridley Scott, es un aficionado de los paisajes españoles - otro hombre de buen gusto - y también ha rodado por aquí El reino de los cielos (2005) y El consejero (2013).

¿Fast & Furious 6 (2013)? También en España. ¿Assassin´s Creed (2016)? En España, dónde si no. Esto es un no parar. Incluso el agente 007 encarnado por Pierce Brosman vino de visita a Cádiz para repartir leña a los malvados en Muere otro día (2002). Anakin Skywalker también se paseó con la mirada perdida en la senadora Padme Amidala por la Plaza de España, en Sevilla, durante La Guerra de los Clones (2008), pese a que fingieron que se trataba del bonito planeta de Naboo. Y aunque estas películas quizás no sean del mejor gusto, también tenemos algunas mejores. Vicky, Cristina, Barcelona (2008)se rodaron en una ciudad española bajo el ojo atento de Woody Allen. Las creadoras de Matrix, las hermanas Lilly y Lana Wachowski, también se pasearon la hermosa Bilbao para grabar El destino de Júpiter (2015).

Qué engañoso es el cine en ocasiones. Vemos una película convencidos de que está ambientada en Francia, o eso nos hacen creer, y de pronto descubrimos que en realidad se rodó en Gerona. ¡Vaya fiasco! Tal es el caso de El perfume: historia de un asesino (2006), que narra la vida de un fabricante de perfumes que utiliza las pieles de sus bellas víctimas para crear los aromas más sensacionales, capaces de hacer enloquecer a muchedumbres enteras. Furia de Titanes (2010), El ultimátum de Bourne (2007)... La lista es interminable y ya me duelen los dedos. Pero antes de despedirme, hace falta contestar a una pregunta: ¿Y por qué este boom de filmaciones en España? La respuesta está en el dinero. Lo seguimos para encontrarla.

El truco: los impuestos

La ley sobre el impuesto de sociedades en España permite a las productoras extranjeras deducirse hasta un 20% de la inversión en producciones filmográficas, permitiendo la devolución de entre uno y tres millones de euros por cada película. Y otras comunidades autónomas, como País Vasco, Canarias y Navarra, permiten deducciones del 30%, 40% y 35%, respectivamente. Esto explica la cantidad de escenarios en estas comunidades que utilizó Juego de Tronos para la grabación de sus últimas temporadas.

Hay muchas más, pero ya son mil y pico palabras de artículo y temo agotar al lector. Mejor dejo el resto para que ustedes las descubran y yo voy a relajarme viendo El Cid (1961), protagonizada por el inconfundible Charlton Heston y, evidentemente... también rodada en España.