Viajes

Viaje al pasado entre los antiguos molinos de Madrid

La Comunidad de Madrid cuenta con diferentes rutas que invitan al viajero a descubrir los antiguos molinos que alberga en sus bellos parajes.

El molino de La Hiruela
El molino de La HiruelaFotografía Dreamstime

Uno de estos itinerarios más emblemáticos comienza en la plaza de San Miguel, el corazón de La Hiruela, situado en la Sierra del Rincón, cuya riqueza paisajística y su biodiversidad le valieron para que fuera declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Este bonito municipio cuenta con casas de piedra, adobe y madera que le confieren una identidad arquitectónica propia, situándolo como uno de los pueblos mejor conservados de la Comunidad de Madrid. En la plaza puede verse la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, el edificio más icónico de la localidad al tratarse de un edificio barroco del siglo XVII. Continuando con el viaje, y ya en el antiguo camino que los vecinos de La Hiruela utilizaban para ir a El Cardoso de la Sierra, en Guadalajara, encontramos un bosque que conforma un bucólico paisaje junto al arroyo de la Umbría.

El sendero propuesto nos lleva al río Jarama, que hace de frontera natural entre Guadalajara y Madrid, y en cuya orilla encontramos las ruinas del antiguo molino de Juan Bravo, del que quedan las paredes y una piedra de moler. Después de este interesante punto, aparece una pequeña presa en el río que debe cruzarse por las piedras que la conforman. Al pasarla, ya puede verse el famoso y restaurado Molino Harinero de La Hiruela. Con las aguas del Jarama, en este molino se molía centeno, cebada, maíz y bellotas, siendo, ahora, un testigo de la forma de vida de nuestras generaciones anteriores, ya que estuvo en funcionamiento hasta 1960. Además, su entorno, rodeado de chopos, cerezos y saúcos, es perfecto para descansar o hacer un picnic gracias al aula ambiental y las mesitas con bancos allí dispuestas, antes de regresar a la Plaza de San Miguel, donde finaliza la ruta.

Por otro lado, en esta zona hay municipios cercanos que, aprovechando el recorrido propuesto, pueden visitarse. Ejemplos de ello son Montejo de la Sierra —cuyo Hayedo fue declarado, por su valor ecológico, Sitio Natural de Interés Nacional en 1974—, Prádena del Rincón —con la Laguna del Salmoral, en la que anidan numerosas aves acuáticas, y el Museo de Rocas como sus atractivos más representativos—y Horcajuelo de la Sierra —declarado Núcleo de Interés Rural por sus edificios de arquitectura rural, como el Museo Etnológico—.

En definitiva, en el trayecto indicado los molinos fluviales y la naturaleza son protagonistas y permiten, de una forma muy especial, redescubrir la región madrileña desde un punto diferente al que los viajeros están acostumbrados.

Los molinos forman parte del paisaje

En la Sierra Oeste, alrededor del río Perales, hay también puntos de interés para aquellos que quieran disfrutar de la visita a antiguos molinos hidráulicos y a los preciosos paisajes que los rodean. En concreto, nos trasladamos a Navalagamella y a su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Estrella, donde comienza la ruta. Desde allí podemos acudir hasta el Mirador del Hondillo, desde el que se obtienen espectaculares vistas del entorno natural del municipio. Siguiendo el itinerario, nos encontramos con un paisaje de encinares y con un curioso ejemplar declarado Árbol Singular de la Comunidad de Madrid por su porte en forma de seta y su copa de más de doce metros. Además, esta zona de Navalagamella, por sus aves propias de bosques mediterráneos, algunas muy amenazadas, se incluyó en la Zona de Especial Protección para las Aves de los Encinares de los ríos Alberche y Cofio. Siguiendo el sendero principal, se llega a los antiguos molinos de cubo —un tipo de molino hidráulico muy representativo en la zona—, que se mantienen a lo largo del río Perales y que eran usados para moler cereales y producir harina, reflejo de la importancia económica que tuvo esta zona. Al ser necesaria la fuerza del agua, el molinero solo podía trabajar en invierno y primavera gracias a las crecidas del caudal en esas estaciones. Tras pasar varios molinos, cada uno con su particular encanto, se llega al final de una ruta especialmente indicada para los iniciados en el senderismo.

Santa María de la Alameda y Zarzalejo completan este singular recorrido por Madrid

Si hablamos de antiguos molinos de la Comunidad de Madrid, no podemos olvidarnos de Santa María de la Alameda y Zarzalejo. En el primero, se encuentra la Ruta de los Molinos del río Cofío, que cuenta con el conocido como puente de los Siete Ojos, por los siete arcos que lo forman, y un total de ocho molinos harineros de agua, de los que destaca el Molino Nuevo, el mejor conservados de todos y en el que es posible apreciar su estructura. El segundo destaca por incluir una joya que pocos conocen: el molino harinero de origen medieval que abastecía al Monasterio del Escorial.

Descubrir estos molinos es, por tanto, contemplar un espejo de lo que fueron las costumbres y la vida cotidiana de antaño, además de poder disfrutar de la tranquilidad que ofrecen los paisajes en los que están situados.

Más información en la web: www.turismomadrid.es