Enoturismo

Descubriendo los tesoros subterráneos de La Mancha: vino, historia y arte bajo tierra

Semana Santa es una buena oportunidad para descubrir las cuevas vinícolas de esta región, testigos de siglos de enoturismo

Descubriendo los tesoros subterráneos de La Mancha: vino, historia y arte bajo tierra
Descubriendo los tesoros subterráneos de La Mancha: vino, historia y arte bajo tierraRuta del Vino de La Mancha

Bajo los vastos viñedos de La Mancha, escondidos entre campos que se pierden en el horizonte, se encuentran auténticos tesoros subterráneos que cuentan historias de vino, tradición y arte. Desde cuevas centenarias hasta tinajas gigantes, cada rincón de esta ruta vinícola es un viaje al pasado con una copa de buen vino en la mano.

Es un plan perfecto en cualquier época del año, pero con la llegada de Semana Santa se convierte en una alternativa diferente para quienes buscan combinar historia, enoturismo y experiencias únicas bajo tierra. Una escapada diferente, lejos del bullicio, donde el tiempo parece detenerse entre barricas de barro y túneles silenciosos que guardan siglos de tradición.

Tomelloso y la luz que atrapó a Antonio López Torres

Si hay un lugar donde el arte y el vino van de la mano, es Tomelloso. Sus más de 2.200 cuevas-bodega, excavadas en el siglo XIX, fueron el escenario perfecto para que Antonio López Torres, el gran maestro del Realismo, captara la luz única que se filtra entre tinajas de barro y túneles infinitos. A 12 metros de profundidad, este laberinto vinícola es un museo en sí mismo y una parada imprescindible en la Ruta del Vino de La Mancha.

Cueva Bodega de Tomelloso
Cueva Bodega de Tomelloso Ruta del vino de La Mancha

El Provencio: el pueblo que casi quedó en el olvido

En la provincia de Cuenca, El Provencio es una joya que esconde bajo sus calles un entramado de cuevas que durante siglos sirvieron para almacenar vino y alimentos. Durante años, este legado permaneció en la sombra, pero hoy vuelve a ser motivo de orgullo. Conocido como “el pueblo olvidado”, alberga galerías subterráneas que son un testimonio vivo de las profundas raíces vinícolas de la región. Recorrerlas es viajar en el tiempo y entender cómo el vino ha sido parte esencial de la vida manchega desde hace siglos.

Cuevas de Provencio, "el pueblo olvidado"
Cuevas de Provencio, "el pueblo olvidado"Noelia Abellán

Socuéllamos y la Casa de la Encomienda

En Socuéllamos, el vino no es solo una bebida, es parte de la historia. La Casa de la Encomienda, una construcción renacentista del siglo XV, abre sus puertas en fechas señaladas para ofrecer catas de vino en su bodega subterránea y degustaciones en un patio que respira historia. Este edificio, que un día vio pasar a Santa Teresa de Jesús, sigue siendo testigo del legado vinícola de La Mancha.

Socuellamos Palacio Encomienda
Socuellamos Palacio EncomiendaRuta del vino de La Mancha

Villarrobledo: la cuna de los gigantes de barro

Las tinajas de Villarrobledo son algo más que simples recipientes de vino. Con hasta cuatro metros de altura, estas piezas de alfarería son un símbolo de la tradición manchega y un arte que ha pasado de generación en generación. En el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera se puede descubrir el proceso de creación de estas imponentes estructuras que hoy siguen exportándose a bodegas de todo el mundo.

César Velasco en su bodega
César Velasco en su bodegaRuta del Vino de La Mancha

Argamasilla de Alba y la cueva de Medrano

Dicen que en esta cueva estuvo preso Miguel de Cervantes y que fue aquí donde comenzó a escribir ‘Don Quijote de La Mancha’. Sea mito o realidad, lo cierto es que este rincón subterráneo es una parada esencial para los amantes de la literatura y el vino. Un lugar en el que la historia de la literatura y la tradición vinícola se dan la mano.

Cueva de Medrano
Cueva de Medrano Rufino Pardo Valverde

Las casas-cueva de Campo de Criptana

Las casas-cueva del Barrio del Albaicín en Campo de Criptana son una auténtica postal de La Mancha. Excavadas en la roca, estas viviendas ofrecen un viaje al pasado, al tiempo que permiten disfrutar de la mejor gastronomía local maridada con los vinos de la región en espacios como Cueva La Martina, donde cada bocado es un homenaje a la tierra manchega.

Cueva Silo junto al molino en Campo de Criptana
Cueva Silo junto al molino en Campo de CriptanaRuta del vino de La Mancha

Alcázar de San Juan y un brindis en la Casa del Rey

En la Casa del Rey, una casona solariega del siglo XVI, se encuentra el Museo del Hidalgo, un espacio que rinde homenaje a la aristocracia rural manchega. Y, como no podía ser de otra manera, en su cueva subterránea se pueden disfrutar catas de vino que transportan a los tiempos en los que los hidalgos recorrían estas tierras.

Explorar la Ruta del Vino de La Mancha es descubrir un mundo bajo tierra que ha guardado celosamente la historia del vino durante siglos. Entre arte, tradición y sabor, cada cueva, cada tinaja y cada rincón cuentan una historia que merece ser escuchada... y saboreada.