Gastronomía

Picalagartos: saboreando Madrid desde las alturas

Este icónico rooftop combina gastronomía creativa y coctelería innovadora con unas imponentes vistas de la ciudad

Picalagartos: saboreando Madrid desde las alturas
Picalagartos: saboreando Madrid desde las alturasPicalagartos

Comer con Madrid a los pies ha dejado de ser un lujo reservado para unos pocos privilegiados. Las azoteas de la capital se han convertido en escenarios donde la gastronomía y las vistas van de la mano. Y cada vez son más los que pueden permitirse el capricho de saborear la ciudad desde las alturas. Hoy, disfrutar de esta experiencia puede hacerse con una excelente relación calidad-precio.

Picalagartos al atardecer f
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Uno de los más reconocidos es Picalagartos, que se haconsolidado como uno de los espacios más emblemáticos de la capital. Situado en la octava y novena planta del Hotel NH Collection Gran Vía, este restaurante y rooftop inicia una nueva etapa con un ambiente renovado, pero con su misma esencia de siempre. Desde su apertura hace más de siete años, Picalagartos se ha convertido en un referente de la Gran Vía, tanto por sus vistas como por su propuesta gastronómica. Ahora, bajo el sello de Azotea Grupo, el espacio se reinventa con un rediseño firmado por Alejandra Pombo, que refuerza su carácter elegante y rebelde a la vez. Inspirado en la taberna homónima que aparece en “Luces de Bohemia”, de Valle-Inclán, el nuevo concepto mantiene ese espíritu bohemio e inconformista del Madrid de principios del siglo XX, reinterpretado con una mirada actual.

Un espacio que se transforma a lo largo del día

El resultado es un escenario que se transforma a lo largo del día. Por la mañana, la planta octava -donde se encuentra el restaurante- respira calma y luminosidad; al caer la tarde, las lámparas teatrales y las cortinas envolventes crean un ambiente íntimo y sofisticado. Desde la azotea, el bar ofrece una vista de 360 grados sobre los tejados de Madrid: se puede contemplar el mítico cartel de Schweppes, la imponente cúpula del Edificio Telefónica y la vibrante Gran Vía, la calle más transitada de la ciudad, que late al ritmo del día y la noche. Un lugar perfecto para disfrutar de una copa mientras el sol se esconde tras los edificios y la ciudad se enciende bajo tus pies. La decoración juega con contrastes: lo clásico y lo moderno, lo teatral y lo cotidiano. Los espejos con mensajes, los tonos inspirados en los atardeceres madrileños -naranjas, morados y rosados- y los detalles art déco reinterpretados crean un espacio con personalidad propia, versátil y camaleónico. Cada rincón invita a detenerse y mirar, como si el restaurante respirara al mismo ritmo que la ciudad.

Cocina española tradicional con un puntito canalla

Pero si hay algo que destacar de esta nueva etapa es la cocina de Manuel Berganza, chef ejecutivo de Azotea Grupo. Su propuesta rinde homenaje a la cocina española tradicional, pero con un punto de rebeldía y una presentación cuidada al detalle. En la carta aparecen platos reconocibles, actualizados con creatividad: el tartar de cigala curada con velo de papada ibérica, el brioche tostado de carabinero y yema de huevo curada o las anchoas 00 con mantequilla de pimienta negra y tostadas.

Carta de Picalagartos
Carta de PicalagartosPicalagartos

Berganza apuesta por una experiencia que va más allá del sabor. El modo en que cada plato llega a la mesa, la presentación y la interacción del comensal forman parte de una propuesta que busca sorprender sin artificios. Entre los principales destacan los huevos rotos con carabineros, el canelón de pollo de corral a la pepitoria o la lubina de estero a la brasa con bilbaína, acompañados por guarniciones tan originales como el boniato asado con miso o los pimientos a la llama con barbacoa japonesa.

Entre semana, el restaurante ofrece su Menú Arrozada, disponible al mediodía, que permite disfrutar de una comida completa y relajada con vistas. Incluye platos como la ensaladilla rusa con gamba cristal, la stracciatella con aguacate y tomates semisecos, croquetas de jamón, un arroz de pitu de caleya como principal y, para terminar, un brownie de chocolate con helado. Todo, acompañado por una selección de vinos, a un precio cerrado de 42 euros por persona.

Menú Arrozada Picalagartos
Menú Arrozada PicalagartosPicalagartos

Cuando llega la hora del dulce, las propuestas mantienen ese equilibrio entre tradición y modernidad: la tarta de queso cremosa, la milhojas de ganache de chocolate o la torrija flambeada con leche ahumada y manzana al calvados cierran el recorrido gastronómico con un punto goloso y reconfortante.

Postres Picalagartos
Postres PicalagartosPicalagartos

Tragos que cuentan historias

Para terminar, la experiencia se completa con la coctelería de Luca Anastasio, director de bares y mixología de Azotea Grupo, que ha diseñado una carta donde cada trago cuenta una historia. En la sección Mexico Inspired, cócteles como el Margarita Chingona o el Frida’s Elixir rinden homenaje a la energía rebelde de la mixología mexicana. Los clásicos también se reinventan: el Espresso Martini gana intensidad, el Penicillin mezcla whisky, miel, limón y jengibre, y el Porn Star Martini despliega una frescura tropical. Incluso las versiones sin alcohol, como el Lovely Garden o el Mojigato, demuestran que la creatividad no entiende de límites.

Los fines de semana, el brunch de Picalagartos se ha convertido en una cita habitual entre quienes buscan combinar buena comida, música y vistas panorámicas. Asimismo, el espacio también acoge celebraciones y encuentros privados, siempre con su estilo propio y un ambiente muy acogedor. No hay duda, Madrid, sus sabores y sus vistas más espectaculares se viven en Picalagartos.