Estados Unidos

Iowa, arranca la carrera demócrata a la Casa Blanca

El día 3 empiezan las primarias en Iowa, cita que puede apuntar los primeros descartes. Bernie Sanders sorprende al liderar los sondeos, mientras el exvicepresidente Biden pierde apoyos y Pete Buttigieg se consolida como la gran sorpresa

Bernie Sanders
El senador Bernie Sanders en un acto electoral este domingo en IowaAndrew HarnikAgencia AP

Nada retrasará el calendario previsto para las primarias demócratas en la carrera hacia la Casa Blanca. Ni el «impeachment» (ahora en manos de la mayoría republicana del Senado), ni el conflicto con Irán, ni el nuevo acuerdo comercial con China, ni la histórica participación de Trump en la marcha contra el aborto. Ninguna de las maniobras de distracción que se le han atribuido al presidente interrumpirá la carrera presidencial demócrata.

Sus candidatos se han volcado este fin de semana en Iowa, que abre el proceso de primarias el próximo día 3, conscientes que un mal resultado aquí supone un duro contratiempo en los sondeos y también en las aportaciones de los donantes. Popularmente conocido como caucus, el proceso de selección de los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de EE UU se lleva a cabo a través de una serie de primarias electorales y asambleas que culminan con la Convención Nacional Demócrata de 2020, que se celebrará previsiblemente entre el 13 y 16 de julio en Milwaukee (Wisconsin).

De las dos votaciones que componen las primarias presidenciales del Partido Demócrata, la primera cuenta con una total de 3.769 delegados en disputa, de los cuales se necesitan hasta 1.885 votos a favor para ganar. La segunda votación, por otro lado, requiere el apoyo de 2.268 delegados del total de 4.535 en disputa para proclamarse vencedor. Entre esos votos se tiene en cuenta a los extranjeros y a los territorios de Guam, Samoa Americana y las Islas Vírgenes estadounidenses.

Esta suma de números tan dispares da una idea de la complejidad del proceso electoral estadounidense. La clave en la que podría estar la decisión final que condicione el resultado, una vez elegido al candidato que compita con Trump, estará en los conocidos como «estados bisagra». Y es que, es imposible analizar el proceso electoral de unas presidenciales en EE UU sin tenerlos en cuenta. Desde la fase inicial de las primarias demócratas, hasta la determinante campaña electoral para arrebatarle la Presidencia a Trump. También conocidos como «estados péndulo», la expresión se emplea para referirse a aquel territorio del país que no tiene decidido un claro candidato o partido a votar. Es tradicionalmente el caso de Florida, Ohio, Pensilvania o Carolina del Norte.

Pasa todo lo contrario con los llamados «estados seguros», que coinciden mayoritariamente con los más poblados, como California, Nueva York o Texas. La campaña electoral es, por este motivo, mucho más reducida en estos lugares y los mayores esfuerzos se centran en los Estados bisagra, donde tanto los republicanos como los demócratas se ven con las mismas opciones de ganar. Entonces, el candidato que se lleve más votos en las primarias en estos Estados, es el que tiene mayores probabilidades de vencer en las presidenciales.

Según la última encuesta publicada ayer por «The New York Times», Bernie Sanders encabeza el ránking de intención de voto en Iowa (donde perdió hace cuatro años por un estrecho margen frente a Hillary Clinton). De acuerdo con este sondeo, el senador obtendría un 25%, el ex alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg, le seguiría con un 18%, y el exvicepresidente Biden quedaría en el tercer puesto con un escaso 17%. El auge de Sanders se produce a costa de la senadora Elisabeth Warren, que se ha desplomado desde el 22 al 15%.

Pero Iowa no es el único Estado en el que Sanders lidera la «pole». De acuerdo con la encuesta que publicó ayer CNN, Sanders también tiene las de ganar en el siguiente “caucus” de New Hampshire (día 11), donde se prevé que consiga otro 25% de apoyos. Biden recibiría un 16%, adelantando a Buttigieg, que se quedaría en el 15%. Según este sondeo, Elisabeth Warren también quedaría muy lejos de la victoria en New Hampshire, con un 12%.

Llama la atención la situación de partida de la carrera demócrata a tan sólo una semana del simbólico arranque en Iowa. Pero al casi octogenario candidato se le tacha frecuentemente de usar un tono negativo en sus réplicas, en un mundo en el que ser positivo cuenta, y en un escenario donde puede pasarle factura. En 2004, por ejemplo, Iowa fue testigo de la victoria del senador John Kerry después de que sus contrincantes emplearan una imagen negativa en campaña.

Constantemente subestimado por sus propios compañeros, como Hillary Clinton –de él dijo hace apenas unos días que «a nadie le gusta Bernie Sanders», aclarando después que respaldara a quien sea el nominado presidencial demócrata –ni su edad (78 años) ni su salud (sufrió recientemente un infarto) le han apartado de los puestos más altos en la carrera electoral. Con Joe Biden se enfrentará en materia de política exterior y comercio, con Elizabeth Warren en política de género.

Nunca antes habían postulado tantos candidatos a la presidencia, ni tampoco se habían presentado perfiles tan dispares entre sí. De la más de una veintena de candidatos que se presentaron inicialmente, 12 continúan compitiendo por arrebatarle la presidencia a Donald Trump. Y, de entre esos finalistas, destacan perfiles de todo tipo, con edades comprendidas entre los 78 y los 38 años; ideologías del ala más a la izquierda, independiente y moderada dentro del partido; algunos con una amplia trayectoria política y otros con ninguna experiencia.

A pesar de que Sanders, Biden y Warren, los tres pesos pesados del partido, aspiren a alcanzar la victoria, no debe perderse de vista a otros candidatos que les pisan los talones. Es el caso el magnate Michael Bloomberg, quien presentó su candidatura a última hora; Amy Klobuchard, quien destaca por ser una de las candidatas más centristas; y sobre todo en estos primeros días Pete Buttigieg, ex veterano de guerra y el candidato más joven y con ideas más frescas.

El problema para las candidatas es que son muchos los estudios que apuntan que los votantes de EE UU no están listos para tener a una mujer al frente de la Casa Blanca. Según una reciente encuesta de Ipsos, mientras el 53% asegura que está preparado o muy preparado para tener una mujer presidenta, sólo el 16% cree que su vecino se siente de la misma manera. El porcentaje más alto de esa expectativa de voto lo protagonizan los demócratas independientes: un 74% de ellos se sentiría cómodo o muy cómodo con una mujeres, aunque consideren que tan sólo el 33% de sus vecinos se sienta igual.

Si bien hasta hace poco (y todavía según algunas encuestas), Biden era el demócrata favorito para ganar las elecciones de noviembre, la vorágine de los acontecimientos en Washington con el «impeachment» puede hacer cambiar con frecuencia todos los pronósticos. Como muestran los sondeos, la carrera presidencial está todavía muy abierta y la división entre el «establishment» y el ala más progresista del partido ha quedado patente en los últimos debates en temas como la educación, la sistema de sanidad o la inmigración. Esto confundirá al votante y debilitará al candidato triunfador y Trump sabe que, sin un rival fuerte, pocos pueden hacerle sombra en las próximas elecciones. Pero, por si acaso, no baja la guardia. Hace apenas unos días tuiteaba: «El loco de Bernie toma el liderato en las Primarias Demócratas, pero parece que cada vez más y más los Demócratas no le permitirán ganar nunca! ¿Será capaz el dormilón de Joe (Biden) de tropezar en la línea de meta?».