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Ocho de cada diez personas que teletrabajan padecen aislamiento laboral

Un tercio de los empleados en remoto confiesa que ahora critica más a sus compañeros

Las redes sociales reúnen ya a mas de 3.800 millones de personas en todo el mundo
Redes sociales en un ordenador portátil y un teléfono móvillarazonHOOTSUITE

La pandemia global del coronavirus ha supuesto un punto de inflexión en las reglas del juego del mercado de trabajo, un antes y un después en la forma de relacionarse la sociedad en su conjunto, con la implantación de un nuevo orden mundial. La crisis sanitaria ha acelerado los procesos de digitalización de las empresas, acortando sus plazos prácticamente una década. En este panorama, el teletrabajo ha llegado para quedarse como una nueva fórmula de entender la relación entre empresa y trabajador con sus ventajas y desventajas. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El aislamiento laboral constituye la cruz de la moneda del empleo en remoto. Ocho de cada diez telerabajadores no ocultan que padecen este mal.

Así lo confirma una encuesta realizada por la web especialista de empleo jobatus.es entre 480 trabajadores reubicados en esta modalidad laboral. Aunque esta modalidad laboral produce distintos e importantes beneficios también impacta negativamente en las relaciones del equipo y en el trabajo en grupo. En el trabajo en remoto se utiliza la comunicación escrita en un 95% de la jornada laboral. Sin embargo, el contacto físico, la comunicación no verbal, el tono de voz o el lenguaje corporal son claves en cualquier tipo de relación humana y en su desarrollo. La naturaleza digital del teletrabajo obvia estos elementos de la comunicación, con los consiguientes perjuicios para el trabajador, según desvela este estudio.

Por lo general, cuando se trabaja en una oficina existen numerosos ruidos, conversaciones o interrupciones que provocan una disminución de la concentración en el empleado. En cambio, trabajar desde casa suele ser mucho más relajado y monótono. El trabajador se encuentra solo, sin compañeros o jefes que irrumpan en su entorno laboral. Sin embargo, este nuevo escenario de trabajo favorece al aislamiento laboral. La pérdida del contacto físico y visual con los compañeros puede enfriar las relaciones entre estos y disminuir el espíritu de equipo y el sentimiento de pertenencia al mismo. Así, el 83% de los entrevistados afirma que sus relaciones personales con los compañeros del trabajo han sufrido un deterioro notable.

Sin escuchar el tono de voz en la comunicación no se puede percibir la intención o la finalidad de un mensaje emitido en una conversación. En el teletrabajo la mayoría de las conversaciones se desarrollan a través de un chat. Un texto o un comentario meramente informativo puede ser percibido por el receptor como una recriminación laboral que atenta directamente a su profesionalidad y competencias laborales. Según el sondeo, el 68% de los casos investigados informa que ha experimentado esta situación.

Aunque es factible mantener relaciones de amistad o apego con varios compañeros de trabajo a través de un chat, es imposible que todas posean el mismo grado de profundidad e intimidad. Así lo confirma la mitad de los entrevistados, que reconoce haber aumentado el grado de confianza tan sólo con una pequeña parte del equipo. Además, un tercio de los encuestados asegura que desde hace más de tres meses no ha podido iniciarse en nuevas tareas laborales ni aprender nuevas competencias, debido a la carencia de un espacio adecuado para este fin en las plataformas digitales.

El teletrabajo, además, estrecha los lazos personales con el círculo más cercano del trabajador, lo que no fomenta la empatía con el equipo. Como botón de muestra de esta circunstancia, casi un tercio de los encuestados confiesa haber redoblado sus críticas al resto de sus compañeros desde que trabaja en remoto.

Pese a ello, esta modalidad cuenta con más beneficios que desventajas. El trabajador puede conciliar mejor la vida laboral con la familiar. Además, fomenta la inserción laboral de empleados con discapacidad y supone un ahorro económico y temporal tanto para empleados como para empresarios. Por si fuera poco, la productividad aumentan en el trabajo en remoto hasta el 25% en la mayoría de los casos. De hecho, la jornada laboral se incrementa un media de casi una hora diaria cuando se trabaja desde casa.