Política
El adelanto electoral en manos de Moreno empuja a los partidos en Andalucía
Expertos barajan el anticipo y la mayoría de las formaciones de la región han de elegir aún en primarias a sus candidatos
Habitamos una transición en la que aún braman cifras frías. El coronavirus ha provocado cambios y ha dejado otros incompletos, lo que se ha sumado a un resbalamiento abismado de la política hacia los extremos y a lo que empieza a parecer una atmósfera de permanente campaña electoral. En Andalucía, la convocatoria de comicios al Parlamento «se efectuará mediante Decreto del presidente de la Junta», según marca la Ley 1/1986, de 2 de enero, que regula esa materia. Es el máximo dirigente del Gobierno regional, Juanma Moreno, el que tiene la potestad de hacerlo y el que ha aseverado esta semana que, «ahora mismo», no entra en sus planes adelantar las elecciones autonómicas que tocan, si no lo hiciera, en 2022. Pero esa idea comienza a flotar en el aire. Preguntada por ella, Ana Salazar, politóloga y CEO de Idus3 Estrategia Política, traslada a LA RAZÓN que se inclina «hacia la probabilidad de un adelanto electoral en Andalucía» «Según leemos los sondeos y teniendo en cuenta la situación de la izquierda en la comunidad, el líder del PP-A y presidente de la Junta, se encuentra con un contexto ganador, aunque hay muchos factores en juego», sostiene. Y se explica: «Existe un posible escenario en el que se sienta empujado al adelanto por parte de Vox, que esta semana ha perdido fuerza con el apoyo de los ultras a dos decretos-ley en el Parlamento, aunque ya sabemos que los de Abascal –Santiago– en Andalucía juegan a la retirada de apoyo intermitente». En él «influirá mucho el resultado de las elecciones madrileñas, ya que puede mantener o quitar el viento de cola que los acompaña desde las catalanas», anota. Y hay, a su juicio, otra posibilidad que pasaría por que «aprovechando el contexto, el adelanto se produzca por decisión propia de los populares, aunque tendríamos que ver cómo evoluciona tanto la situación económica, con los ERE anunciados en la banca y algunas grandes empresas, como el estado de la vacunación; y si todo eso afecta en algún modo a la buena valoración de Moreno». Salazar deja constancia, por último, de que «la situación política se mueve a una velocidad vertiginosa» y «lo que hoy vemos posible, puede que dentro de seis meses no tenga ningún tipo de sentido», avisa.
César Calderón, director general de Redlines y consultor político, cree que «lo más interesante» para Moreno es que «está en su mano elegir el momento en el que se van a celebrar las elecciones en una región en la que el calendario electoral siempre ha dependido del PSOE y de sus intereses electorales, por primera vez, la disolución del Parlamento depende de él y solo de él», remarca. A su entender, cuenta con «una amplia ventana de oportunidad» que resume en «dos opciones principales, ambas con ventajas e inconvenientes». De un lado, «podría convocar elecciones, aprovechando el tirón de la que a buen seguro va a ser una abrumadora victoria de su partido en Madrid, lo que también podría ser lo más conveniente para ayudar a Cs, su socio de gobierno, a mantener opciones de supervivencia y, por tanto, no depender en exceso de los votos de Vox en la investidura». Esto «posee otra externalidad positiva: pilla a los socialistas andaluces en plena batalla por el liderazgo, pelea que se presume encarnizada y en la que ni Susana Díaz ni Pedro Sánchez van a hacer prisioneros», expone. Pero habría un «problema»: Moreno no tendría garantizado que Cs vaya a «sobrevivir al naufragio» y «podría encontrarse con que la anunciada subida de los populares andaluces en intención de voto no fuera suficiente para mantener el Gobierno, además de que tendría que explicar muy bien las razones para llevar a las urnas a los ciudadanos antes de tiempo, algo que suele sentarles muy mal», desliza. De otro lado, podría «esperar al otoño para aprovechar la previsible bajada de la incidencia de la covid, gracias a las vacunaciones masivas, y llevar a los andaluces a las urnas en plena recuperación sanitaria y económica». En este caso «el reverso tenebroso» es que nadie puede garantizar que para entonces «Cs no haya pasado a mejor vida, por lo que el PP podría quedarse sin Gobierno siendo, como parece que será, el partido más votado», cierra Calderón.
El presidente de la Junta podrá actuar con intención: toda una manera. ¿Y en qué posición están los partidos para afrontar un hipotético anticipo de los comicios? Pues coinciden en que estarían preparados, pero a la mayoría les quedan deberes por hacer. Fuentes del PP-A, para arrancar, indican que en julio habrán «completado su proceso de renovación» en la comunidad. El último congreso provincial, el de Almería, se celebrará durante dos jornadas, al ser ordinario, los días 25 y 26 de junio. Para entonces ya quedarán lejos las turbulencias que perforaron la sintonía entre las direcciones regional y nacional en torno al cónclave de Sevilla y la formación estará «lista y engrasada para respaldar a Moreno» en su intento de revalidar la Presidencia de la Junta. En cuanto a Cs, el otro partido que sustenta hoy el Ejecutivo autonómico, su estatuto marca que, una vez que «el proceso electoral esté convocado formalmente», habrá que llevar a cabo primarias para elegir a su candidato. El actual vicepresidente, Juan Marín, ha anunciado su intención de presentarse, si bien, según las fuentes naranjas consultadas, en el seno de la formación barajan que «haya una candidatura alternativa», la encabece la consejera Rocío Ruiz, o no.
En los márgenes de la oposición, la líder del PSOE-A,Susana Díaz, se enfrenta a un chorreo de peticiones para que se acelere el calendario en lo relativo a la elección del candidato a comandar la Junta, dado que el congreso federal del partido, tras el que se suceden en cascada los regionales, provinciales y locales, no será hasta octubre. Tendrán que pasar por un proceso de primarias que previsiblemente enfrentará a Díaz con algún compañero de siglas que podría ser el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, a falta de confirmación. Insisten en que estarán «listos» y, en palabras de la vicepresidenta primera del Gobierno central, Carmen Calvo, con la persona «adecuada» como cabeza de cartel.
En Vox, los comités ejecutivos provinciales elaborarán «listas consensuadas que se dirigirán al nacional, que tiene que aprobarlas en última instancia». Señalan que pondrán «en marcha la maquinaria» después de la cita electoral madrileña, aunque sitúan la designación de su candidato «poco antes de la campaña» andaluza, al final del proceso. Está encima de la mesa el nombre de la diputada nacional Macarena Olona, que se incluyó en el último barómetro del Centra, pero fuentes del partido la consideran «llamada a otras responsabilidades de mayor rango».
En cuanto a los que han sido integrantes de Adelante Andalucía, por una parte IU y Podemos han de armar primarias y desde la primera han expresado su deseo de que el acuerdo haga que no haya unas terceras para seleccionar luego entre el candidato de ambas. Su apuesta es que, si hay adelanto, no será «inminente», y aseguran que «no han hablado aún ni sobre el nombre –se ha especulado con el del ministro Alberto Garzón– ni sobre el proceso en sí». Por otra, la suma de Anticapitalistas y otras corrientes admiten estar «en proceso constituyente» e «ilusionados» al ser «la novedad: una candidatura potente de izquierdas y andalucista». Piensan concurrir «con la marca Adelante» –cometan que ese asunto no está judicializado, como sí la expulsión de diputados del grupo parlamentario– y no podrán saltarse las primarias tampoco, aunque «hay consenso en que sea Teresa Rodríguez» la «número uno».
Más País, sin representación en la Cámara, intentará lograrla y se prevé que su coordinadora general en la región, Esperanza Gómez, gane sus primarias y sea quien abandere el propósito de que dicha institución autonómica no les sea ajena.
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