El bloc
Madrid, capital de Andalucía
La agenda política andaluza se marca en los despachos, y en los platós, madrileños
SiTeresa Rodríguez hubiese nacido treinta años antes, habría protagonizado este verano algunos de los programas de Paco Lobatón, su paisano para quien considere que Rota y Jerez de la Frontera se ubican no en la misma provincia, sino en el mismo planeta. «¿Quién sabe dónde?» fue un «hit» televisivo de la década de los noventa en el que los reporteros localizaban a personas desaparecidas y tal es el estado de la otrora lideresa de la izquierda radical andaluza, hoy purgada de Podemos con la crueldad que sólo en el comunismo se sabe infligir a los adversarios internos. Al frente a una abigarrada amalgama de perroflautas que se hace llamar Anticapitalistas y con el único asidero reconocible de la Alcaldía de Cádiz que ostenta su consorte, ella libra una lucha que ya es sólo por su supervivencia, pues el mejor horizonte posible es rebañar algún escaño por su circunscripción en las próximas elecciones autonómicas. Eso y la irrelevancia total son la misma cosa, excepto por la nada sutil diferencia de los cuatro o cinco mil euros mensuales de soldada y la posibilidad de allegarle una paga a un puñado de amigotes. Se ha puesto a la tarea, por consiguiente, con ingenio a falta de inteligencia y ocurrencias ante la carencia de ideas con un vídeo sobre el «madridcentrismo» de los medios de comunicación en el que personajes de inequívoca tipología sureña aparecen tocados con gorrillas de chulapo por ver si así tienen eco sus reivindicaciones. Todo un acierto, justo es reconocerlo, aunque la campaña esté al servicio de una causa disolvente, perniciosa y demodé. Moreno, Díaz y Rodríguez han sufrido el «diktat» de Casado, Sánchez e Iglesias, en demostración de cómo la agenda política andaluza se marca en los despachos (y en los platós) de la capital. ¿Autonomía? Según y cómo.
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