Educación

Un catedrático de Derecho defiende que las religiones discriminen a los homosexuales porque es “su forma de pensar”

Martínez-Torrón, que dirige un seminario en una universidad pública andaluza, acusa al colectivo LGTBI de mostrar “símbolos preocupantes de intolerancia”

El catedrático en Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y co-director del Proyecto 'Consciencia, espiritualidad y libertad religiosa', Javier Martínez-Torrón
El catedrático en Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y co-director del Proyecto 'Consciencia, espiritualidad y libertad religiosa', Javier Martínez-TorrónUNIAUNIA

El catedrático en Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y codirector del Proyecto ‘Consciencia, espiritualidad y libertad religiosa’, Javier Martínez-Torrón, ha señalado que observa “símbolos preocupantes de intolerancia” en colectivos que han sido “históricamente objeto de discriminación de forma injusta”, algo que “se ve claro en las minorías en materia de orientación sexual”.

En este sentido, ha precisado en una entrevista concedida a Europa Press que “para muchas religiones la cuestión del sexo es algo que se entiende unido a la procreación, por lo que exige la heterosexualidad como punto de partida biológicamente necesario y no aceptan la homosexualidad como conducta”. “Estas personas no pueden pretender que determinadas instituciones religiosas modifiquen su forma de pensar moralmente, una cosa es aceptar a la persona y otra modificar la opinión”, ha apostillado.

Martínez-Torrón dirige el seminario ‘Conflictos éticos y religiosos en sociedades contemporáneas’ que se celebra en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en su sede Antonio Machado de Baeza (Jaén).

El director ha apuntado que en las políticas contemporáneas “no se plantean problemas técnicos, sino éticos”, por lo que la opinión pública “debe ser un diálogo sobre cuáles son los valores referentes que deben impregnar los sistemas políticos y legislativos” sin permitir “que haya trampa ni agendas ocultas y asegurar que las voces que discrepan de las mayorías parlamentarias sean escuchadas con respeto y, en la medida de lo posible, acomodadas”.

En este sentido, ha advertido que “la sociedad tiene que ser inclusiva con el que no esté de acuerdo con el parlamento” ya que “ese no es el sistema sobre el que ha evolucionado la sociedad occidental ni lo que presentan los instrumentos internacionales sobre derechos humanos ni las constituciones”.

Así, ha manifestado que la sociedad debe “sacar a debate lo que es jurídica y éticamente relevante” en lugar de “lo que políticamente interesa a unos y otros que se saque a debate” puesto que “no necesariamente coinciden, y muchas veces las grandes claves de la discusión se pierden de vista”.

El catedrático ha resaltado “el papel inclusivo de España a lo largo de la historia” a pesar de que “hay voces malévolas que deforman la realidad y pintan a España como un territorio represivo, cuando, en comparación con los vecinos europeos, se observa que es el país en el que se ha dado mayor convivencia de culturas, con un concepto obviamente diferente al actual”.

A este respecto, ha detallado que, “cuando España se plantea la conquista de América, no es una explotación comercial de territorios como en la mayor parte de potencias europeas, sino que se mira como una expansión del reino de España, se discute sobre los derechos de los indios, la humanidad del trato debido y la educación”.

El catedrático ha apuntado que las redes sociales “funcionan como la energía atómica, puedes usarla para matar y hacer daño o para suministrar energía y beneficiar a la población”, recalcando que “son instrumentos con una gran labor educativa, que pueden promover y agitar mensajes positivos” aunque “también pueden sacar el sentido morboso que las personas llevan dentro”.

Martínez-Torrón ha explicado que, además del peligro que conllevan las ‘fake news’ y el discurso de odio”, hay que tener cuidado con “los comisiones que definen lo que es verdadero, y están controladas por el poder política o empresas tecnológicas que tienen el monopolio de las redes sociales”.

El director del seminario ha destacado que “el principal reto al que se enfrenta la humanidad es la aceptación del que piensa diferente”, esto es “no coincidir en ideas ni tratar de convencer, sino buscar el modo de integrar al que piensa diferente, y aunque su opinión no merezca respeto, respetar a la persona que la emite”. “Hay que buscar la manera de comprender, de dar razones con honestidad y claridad, buscando espacios comunes para contribuir a la convivencia, ese es el verdadero desafío en la actualidad”, ha concluido.