"El bloc"

Juicios de cuando entonces

“Las conclusiones de los fiscales y las sentencias de los jueces resucitan cadáveres políticos como Fernando Villén y Bernat Soria”

El exdirector de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) Fernando Villén. EFE/Julio Muñoz
El exdirector de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) Fernando Villén. EFE/Julio MuñozJulio MuñozAgencia EFE

Van para tres los años que han pasado desde que una carambola electoral desmontase el régimen cleptómano de la Junta, casi una legislatura que se agotará si Juanma Moreno y Elías Bendodo resisten el ataque combinado de Pablo Casado y Santiago Abascal. Parece que fue ayer, o sea, pero ha pasado mucho tiempo mesurable en los actos de la Justicia, que ya va resolviendo asuntos de entonces a pesar de su proverbial cadencia geológica. Las conclusiones de los fiscales y las sentencias de los jueces resucitan cadáveres políticos como Fernando Villén y Bernat Soria, dos de los últimos protagonistas de aquella prodigiosa rebatiña de fondos públicos. Al primero le piden seis años de cárcel por frecuentar prostíbulos, lo cual es libre de hacer, donde pagaba con la tarjeta de crédito corporativa –he ahí el pecado– de Faffe, el chiringuito donde cobraba sin que haya sabido explicar por qué, perdonen la insistencia, la esposa de Juan Espadas. El segundo ha perdido el juicio en el que le reclamaba a los contribuyentes andaluces casi tres millones de euros por haberle desmontado el –otro– chiringuito llamado Cabimer, donde el PSOE lo había recolocado para agradecerle los servicios prestados como exministro de Zapatero. Villén y Soria, cada cual con su bagaje profesional fuera de la política, son el arquetipo del hombre de partido: mientras los suyos manden en algún lado, nunca les faltará un coche oficial que los devuelva a casa después de una dura jornada de alabanza al líder que les proporciona el sueldo. Tanto se interiorizó el derecho de pernada sobre las instituciones, que el uno pensó que podía pagarse los vicios con dinero del erario –cuatro años a la sombra se juega su directora financiera– y el otro plantó una denuncia en cuanto lo pretendieron devolver al sector privado.