Energía
El gasoducto de Almería mide tensiones entre España y Argelia
El Gobierno descarta represalias del principal rival de Marruecos por el Sáhara Occidental
Mientras el Gobierno intenta desviar la atención respecto al cambio de postura frente al Sáhara Occidental y niega represalias de su socio fundamental para el suministro de gas, Argelia llama a consultas a su embajador y también responsables de la infraestructura Medgaz viajan estos días hasta territorio argelino. En la actualidad, es el único gasoducto que llega hasta España y aunque el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, ha querido desvincular la carta de Pedro Sánchez al Rey Mohamed VI de los acuerdos con Argelia, el malestar causado al principal apoyo de los saharauis ha sido evidente. Con llegada a puerto en Almería, Megdaz es propiedad de la argelina Sonatrach y Blackrock, a través de la multinacional energética Naturgy. Precisamente las diferencias de Argelia con el Gobierno marroquí la hicieron eje fundamental en el mapa gasístico español, tras el cierre de otro gran gasoducto, el Magreb-Europa, que enviaba a España más del 40 por ciento de su consumo. Su principal ventaja: cruzar el Mediterráneo a dos mil metros de profundidad y de forma directa, sin pisar antes ninguna otra nación y menos la de su reconocido enemigo alauita.
Aunque más pequeña y con un 30 por ciento menos de capacidad que la que atravesaba territorio marroquí, la infraestructura Medgaz funciona ininterrumpidamente desde abril de 2011 y, tras aglutinar todo el envío de gas argelino, tuvo que ampliar en un 25 por ciento su capacidad el año pasado, hasta los diez mil millones de metros cúbicos. En este aumento se invirtieron más de 70 millones de euros, que se sumaron a los 900 millones de euros empleados en su construcción, para la que llegaron a ser empleadas más de dos mil personas. La compañía, con unos 60 empleados en la provincia almeriense, desde cuyo puerto encauza su actividad de mantenimiento y logística, factura más de 200 millones de euros anuales y paga sus tributos en Andalucía. Además, colabora con la Universidad en investigaciones de gestión ambiental y presta acciones sociales.
Pero Megdaz no comercializa ni es propietaria de este hidrocarburo, su misión es transportar el gas argelino de la forma más eficiente y económica posible. La rapidez en el suministro es uno de sus principales atributos. Una molécula de gas que salga del yacimiento de Hassi Ramel tarda 18 horas en distribuirse ya en nuestro país. «Argelia, y lo ha demostrado repetidas veces, es un socio fiable. Solo puedo tener buenas palabras», afirmaba el ministro Albares, esta semana. No en vano, aproximadamente el 23% del consumo español de gas natural es suministrado por este gasoducto y por Argelia. España ya tuvo que ampliar la importación de gas licuado en buques metaneros debido a las tensiones en los últimos años, pero nuestro país no está en disposición de despreciar lo que pasa por hasta 750 kilómetros de tuberías de acero al carbono de alta resistencia desde el campo de Beni Saf.
Desde allí, el consejero delegado de la empresa Sonatrach, Toufik Hakkar, aseguraba en el estreno del cuarto turbocompresor de este gasoducto, que «siempre hemos podido cumplir los compromisos contractuales con la parte española sin el menor problema. La ampliación asegurará los suministros del mercado español y portugués de gas argelino, de acuerdo con las cantidades pactadas. Además, permitirá responder a cualquier solicitud de cantidades adiciona». Es constante el aumento de las exportaciones de gas argelino a Europa y España es ya el segundo destino receptor, solo por detrás de Italia. La vida útil técnica esperada del gasoducto supera los 50 años, por lo que está planificado para cubrir las demandas de gas natural a largo plazo y mantener un equilibrio razonable entre gases natural y licuado.
La ministra de Defensa, Margarita Robles considera «un socio fiable a Argelia y espero que las relaciones continúen como hasta ahora». Así, Medgaz y Almería, siguen siendo la puerta de entrada para un recurso energético que inmediatamente pasa a otro gasoducto de 300 kilómetros de longitud, el Almería-Lorca-Chinchilla, gestionado por Enagás, entidad que en esta crisis hace acopio extra de gas, con el permiso del ejecutivo y para blindarse ante futuros problemas de suministro. Porque el sistema gasístico desde el sur de Europa se diversifica en otros destinos para el combustible, con nudos como Alcázar de San Juan-Montesa, con infraestructuras en Valencia para la distribución por la costa mediterránea o con el enlace del denominado Eje Transversal, que comienza en Cartagena. Hay cambios en el tablero de la política internacional y una de las dudas es si eso afectará también al mapa energético español y a la Terminal de recepción de la playa almeriense de El Perdigal.
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