"Méritos e infamias"
Si Olona quiere
“Nada es más peligroso que un soldado al que sus mandos dejan solo después de haberse jugado el tipo por ellos”
Tiene constantemente en la boca la palabra «camino» Macarena Olona. Un concepto simple y realmente ambiguo pero que permite cualquier interpretación si a uno le encaja. Como el lema de su partido, Vox (lo es aún?), «Siembra», puede utilizarse a favor y en contra como buen argumento sofista. Es ésa la síntesis del discurso del partido de Abascal, aprovechar oportunamente el cabreo general, adobarlo con tintes imperialistas y darle caña a todo lo que se mueva fuera de las tres letras. Otro mantra: «Solo queda Vox», tan simplón que describe un proyecto al que le saltan las costuras desde que a Olona le dio por caminar. Tras dejar el Parlamento andaluz por problemas de salud, los tirones con la dirección nacional no han acabado, recibiendo ésta toda la contundencia que demostró en la pasada campaña andaluza a la hora de achicharrar al enemigo. Con el agravante de que sus últimas declaraciones ponen de relieve que nada se hace sin el consentimiento de Abascal y que quien lo hace tiene los días contados. Se equivocan con Olona, nada es más peligroso que un soldado al que sus mandos dejan solo después de haberse jugado el tipo por ellos. Ella lo hizo sabiendo que vendía humo y que era imposible creer lo que le dictaban desde Madrid. Cuando la mayoría absoluta del PP confirmó que serían irrelevantes supo que su tiempo andaluz había terminado, pero le cerraron las puertas. Mal, porque resquebraja el proyecto en Andalucía, les hunde más en la indiferencia legislativa, y además abre un conflicto a nivel nacional en las vísperas de las municipales. Si Olona sigue mostrando la verdadera cara del ordeno y mando con el que funciona Vox sólo tiene que montar una franquicia para resquebrajar un proyecto que viene mermado desde el batacazo andaluz. Con graves problemas en Castilla y León, su marca retrocede y muchos votantes ven ya al PP como la opción más coherente. Cs se fue al garete por las serpientes internas, como siempre ha ocurrido cuando te enfrentas al bipartidismo, y Vox no será una excepción.
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