Tribunales
El acusado de descuartizar a su pareja en Sevilla: "Dios mío, qué he hecho"
Esgrime que intentó reanimarla y niega que quisiese huir asegurando que se entregó con 1.600 euros encima para tener dinero en la cárcel
El joven acusado de matar y descuartizar en Estepa en junio de 2021 a la joven de 17 años vecina de Martín de la Jara Rocío Caíz, con la que había mantenido una relación sentimental, ha manifestado este viernes en el juicio con jurado popular que celebra en su contra la Audiencia de Sevilla, que la estranguló en el marco de una pelea entre ambos, que no era su "intención" matarla y que intentó reanimarla, asegurando que después desmembró el cadáver y ocultó las partes porque "necesitaba tiempo" para pensar. Así lo ha dicho N.A., de nacionalidad rumana y de 25 años de edad actualmente, a la hora de comparecer como acusado en esta primera sesión del juicio celebrado en su contra, exponiendo que aquel 2 de junio de 2021, en un contexto de ruptura de su relación de Rocío Cáiz, ella se desplazó desde su hogar familiar de El Real de la Jara hasta la vivienda de él en Estepa pese a que él se había opuesto a que ella le visitase, según sus palabras.
Según el acusado, que sólo ha accedido a responder a su abogado y a la fiscal, no así a las acusaciones particulares ni al representante de la Junta de Andalucía; su entonces expareja "se presentó" en su vivienda e insistió en acompañarle dentro del inmueble pese a que él "no quería que se quedase", relatando que después, ya en el interior de la casa, se besaron y practicaron sexo, toda vez que la familia de la víctima le achaca no sólo un presunto delito de asesinato, sino además una agresión sexual. Tras el acto sexual, según su relato, él usó su teléfono móvil para hablar con "unas amigas" y ella le habría arrebatado el aparato por celos, estrellándole el mismo en la cabeza y empujándole hasta hacerle caer al suelo, enzarzándose ambos en una pelea en la que intercambiaron "patadas y manotazos", así como insultos, según ha dicho.
Habría sido en ese marco, según el testimonio del inculpado, cuando tras un empujón contra una puerta, él cogió una cuerda que estaba allí depositada y que le quedaba a mano, usando la misma para rodear "de frente" el cuello de Rocío Cáiz, quien según ha asegurado no dejaba de arañarle y golpearle, toda vez que la investigación policial le achaca haberla abordado por la espalda para estrangularla. A.N. ha reconocido así que estranguló a su expareja, pero ha asegurado que "en ningún momento" tuvo "intención" de matarla, exponiendo que cuando percibió que ella se había desvanecido y tenía los ojos enrocejidos, intentó reanimarla sin éxito. Después, según ha narrado, se dijo a sí mismo: "Dios mío, qué he hecho".
El acusado ha admitido además que descuartizó el cuerpo de Rocío Cáiz, precisando que antes bebió "tres cuartos" de una botella de ginebra y que ocultó los restos del cadáver en bolsas diseminadas por diferentes puntos de Estepa, porque "necesitaba tiempo para pensar" y entregarse. También para "ganar tiempo", según ha dicho, usó el perfil de Rocío en las redes sociales simulando ser ella, exponiendo que se entregó cuatro días más tarde, en el marco de la expectación mediática despertada por la desaparición de la menor, porque "ya no podía aguantar más y no podía respirar".
También ha negado que pretendiese huir, manifestando que cuando se entregó en la sede de la Policía Local de Herrera llevaba más de 1.600 euros en metálico en su poder para poder "tener dinero en la cárcel" y que no lo hizo en Estepa porque le daba "vergüenza" hacerlo en un municipio donde él era conocido.
Su abogado defensor ha reconocido de otro lado la "repugnante conducta" protagonizada por A.N., manifestando que no le guarda "ninguna simpatía" y además "el sentimiento es mutuo", pero ha descartado los supuestos delitos de asesinato y agresión sexual que recaen sobre el mismo. Especialmente, ha expuesto que "nadie en su sano juicio haría" lo que A.N. hizo con su expareja, manifestando que no pesaría en el caso ningún informe pericial sobre el estado mental del inculpado.
La Fiscalía reclama para A.N. 14 años de prisión por un delito de homicidio con las agravantes de parentesco y de género, así como cuatro meses más de cárcel por un delito contra los sentimientos religiosos y respeto a los difuntos con la agravante de parentesco.
La familia de Rocío Cáiz solicita dos años y diez meses de cárcel por un supuesto delito de maltrato habitual, un año y ocho meses de cárcel por dos delitos de lesiones, once años más por un presunto delito de agresión sexual con las agravantes de género y parentesco, prisión permanente revisable por un supuesto delito de asesinato con las mismas agravantes, cuatro años más de prisión por un delito contra el respeto a los difuntos, dos años más de cárcel por un delito de suplantación de identidad derivado de haber usado sus perfiles en las redes sociales tras el crimen y una multa por un delito leve de daños.
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