Medio Ambiente

De Brecina, Brisa y Brezo a Usin y Ukendo: el milagro de la recuperación del lince ibérico

El felino ha pasado de estar en peligro crítico de extinción a ser una especie vulnerable gracias al programa de cooperación

Dos crías de lince ibérico
Dos crías de lince ibéricoLa RazónMinisterio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico

Brecina, Brisa y Brezo fueron los primeros ejemplares de lince ibérico del programa de recuperación de la especie en Andalucía. Hace apenas 20 años había 94 ejemplares. En menos de dos décadas, la población se multiplicó por diez. En la actualidad son cerca de 1.000. El lince ya no es una especie en extinción. En 2002 era el felino más amenazado del planeta, catalogado «en peligro crítico» de extinción. De ahí, pasó a estar «en peligro»; hasta la actualidad, que ha salido de la lista de especies a punto de desaparecer. La IUCN acreditó que el lince ibérico ha dejado de estar en peligro de extinción y pasa a catalogarse como especie vulnerable. El felino llegó a considerarse en peligro crítico de extinción a principio de siglo, cuando quedaba un centenar de ejemplares y sólo en Andalucía. Usin y Ukendo es el nombre de dos de los últimos ejemplares liberados en la región.

La comunidad andaluza cuenta con cerca de la mitad de la población de lince ibérico, casi el 44% de 2.021 ejemplares. El año anterior eran 1.668. Para llegar a este punto, tuvo que acontecer algo casi inédito y que casualmente ha vuelto a suceder recientemente con Doñana: un acuerdo global entre administraciones de distinto signo político. La popular Elvira Rodríguez era la ministra de Medio Ambiente y la socialista Fuensanta Coves era la consejera andaluza del ramo. Fue el germen del proyecto LifeLynxconnect. El biólogo jiennense Miguel Ángel Simón, fue uno de los encargados de enfrentarse a lo que parecía seguro: «la extinción». En 2011 comenzaron las primeras liberaciones de los linces nacidos en cautividad. Hasta 2023 se han introducido 372 ejemplares. Los diferentes núcleos –en Andalucía, Sierra Arana– cuentan con linces ibéricos y asentados. Otras zonas, como en la provincia de Sevilla, acogen felinos también habitualmente, a través de liberaciones de ejemplares nacidos en cautividad o de asentamientos naturales de ejemplares silvestres.

Estos datos se desprenden del informe elaborado por el grupo de trabajo del lince ibérico, que coordina el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y compuesto por representantes de las comunidades autónomas españolas y el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF) de Portugal.

El proyecto LynxConnect, que coordina la Junta de Andalucía y reúne a varias comunidades autónomas y a Portugal, señaló que en el caso de Andalucía, la población de Doñana-Aljarafe pasa de 108 a 130; la de Andújar Cardeña se mantiene, de 268 a 271, como Guadalmellato (40 a 41) y Guarrizas sube de 167 a 201 linces. La población de Setefilla ha pasado de 9 a 11; Las Minas baja de 17 a 11; Guazurejos, de 1 a 3 y la nueva población de Sierra Arana, nutrida básicamente de reintroducciones, ha pasado de 5 a 13 ejemplares en 2023. En total, la población andaluza alcanza los 686 ejemplares de los 2.021 totales, de los que 406 son hembras reproductoras que han sacado adelante a 722 cachorros. Aparte, según el Life, «un número indeterminado se ha dispersado por la península ibérica, llegando incluso algunos a asentarse en zonas no contempladas inicialmente por los trabajos de conservación».

Los asentamientos naturales son los extremeños de Ortiga (9 ejemplares) y Valdecañas (10). También La Jara, que se une en 2023 a Las Minas, Setefilla, Ibores, Río Sotillo, Valdecigüeñas, Guazurejos y Cornalvo como zonas de asentamiento natural de la especie. Estos puntos, tras ser evaluados, son considerados ya ‘stepping stones’ (peldaños) por el programa.

Pegalajar, Alcaudete y zonas limítrofes son también áreas de asentamiento natural de la especie y, «con toda probabilidad», en un futuro podrán considerarse ‘stepping stones’ que conecten Sierra Arana y Sierra Morena. Esta zona del sur de Sierra Morena «experimenta una expansión natural de la especie, que aprovecha la elevada disponibilidad de presa», indicó el proyecto Life que dirige Javier Salcedo.

El Life subrayó que continúa la «tendencia al alza» de linces que realizan movimientos dispersivos partiendo de las distintas áreas de presencia estable, y se extienden por una superficie indefinida de la Península. «Algunas de ellas se extienden por más de una comunidad autónoma, siendo ya prácticamente imposible contabilizar el número de individuos que ocupan una comunidad determinada». Durante 2023 el proyecto Lynxconnect ha liberado 34 linces en las áreas de reintroducción creadas en anteriores proyectos Life y en los ‘stepping stones’ seleccionados. Proceden tanto de cría en cautividad como de animales silvestres que se han traslocado.

Solo las sueltas en Lorca han sido blandas (los linces pasan en un cercado una fase de adaptación al medio natural). En concreto se han soltado un ejemplar en el Campo de Montiel y Guadazueros, dos ejemplares en Montes de Toledo, Ortiga, Guadalmellato, Ibores, Río Sotillo y Las Minas, cuatro ejemplares en Valdecañas y ocho ejemplares en Sierra Arana y Lorca. El número de cachorros nacidos en 2023 también se incrementó hasta los 722, con una tasa de fecundidad de 1,77 calculada como el número de cachorros nacidos entre el número de hembras territoriales.

Según el Ministerio, la recuperación de la población del lince ibérico en España y Portugal constituye uno de los mejores ejemplos de actuaciones de conservación de especies amenazadas en el mundo y ha sido posible gracias a los esfuerzos coordinados realizados tanto por las administraciones públicas competentes como por entidades sectoriales interesadas, propietarios y gestores de fincas privadas y sociedad en general.