Turismo

Los cinco castillos más espectaculares de Andalucía

La comunidad andaluza puede presumir de vestigios medievales asombrosos por todo su territorio

Castillo de Almodóvar del Río
Castillo de Almodóvar del RíoEuropa Press

España atesora unos 10.000 castillos catalogados: algunos en ruinas, otros con sus líneas reconstruidas, y también los hay convertidos en museos o incluso alojamientos. En número destaca Andalucía, con la provincia de Jaén a la cabeza, donde se reúne un total de 237 vestigios entre alcazabas, bastiones-atalaya, murallas y castillos.

Entre todos ellos, estos cinco son de visita obligada:

Almodóvar del Río (Córdoba)

El castillo de Almodóvar del Río, también llamado castillo de la Floresta, situado en el monte llamado "El Redondo", es una fortaleza andalusí situada en la localidad de Almodóvar del Río, provincia de Córdoba. Anteriormente fue castro romano y la edificación actual tiene definitivamente origen bereber, del año 760. Durante la Edad Media fue sometido a diferentes reformas y reconstrucciones. Entre los años 1901 y 1936 fue restaurado por su propietario, Rafael Desmaissieres y Farina, XII conde de Torralva, bajo la dirección técnica del arquitecto Adolfo Fernández Casanova. Las torres más importantes son la Cuadrada, la Redonda y del Homenaje. El castillo y sus estancias se han utilizado en múltiples ocasiones como set de rodajes y ha salido en series tan famosas como Juego de Tronos.

Burgalimar (Jaén)

El castillo de Burgalimar, en la localidad jienense de Baños de la Encina, está considerado uno de los vestigios árabes más antiguos de los que se preservan en esta comunidad autónoma. Nació como una fortaleza omeya del siglo X, flanqueada por catorce torres defensivas (la del Homenaje de época cristiana, iniciada en 1225). Curiosamente, Burgalimar casi no sufrió asedios, tragedias naturales, ni caprichosas restauraciones, y hoy está considerada la fortaleza mejor conservada de época califal y uno de los monumentos andalusíes más intactos. El castillo toma asiento en un cerro de Baños de la Encina, frente a extensiones de olivareras y las montañas de Sierra Mágina. La soberbia fortaleza, con más de mil años de historia, ha sido testigo de importantes episodios de los últimos diez siglos.

La Iruela (Jaén)

El castillo de La Iruela, gracias al carácter abrupto de la peña sobre la que se asienta, cortada en tajo por sus frentes, era una fortificación muy difícil de conquistar. Y, hoy día, debido a este enclave escarpado, es una de las estampas más fotografiadas de la provincia. La pequeña torre del Homenaje nace en la parte más elevada de la roca, como si fuera su continuidad Complementan la torre diversos cerramientos que habilitan un reducido alcázar de difícil acceso, también de época cristiana. A la torre se accede desde un nivel inferior, más amplio, provisto de un generoso aljibe y bordeado por muros y cuatro torreones de calicanto, uno de ellos con entrada en acodo, probablemente de origen beréber. Además, se conservan algunos parapetos almenados provistos de saeteras. Dentro del recinto del castillo se ubica la Iglesia de Santo Domingo que se construyó por orden de Don Francisco de los Cobos en el siglo XVI, en honor al patrón de La Iruela, Santo Domingo de Silos.

Niebla (Huelva)

Declarada Conjunto Histórico-Artístico, la fortaleza de Niebla ha sobrevivido al paso del tiempo protegida enteramente por murallas. Situada sobre una colina a orillas del río Tinto, su adarve es el más completo que se conserva en Andalucía en estilo almorávide. Se erigió siguiendo el estilo califas, y en su anillo amurallado coexisten tramos romanos y otros anteriores. Conocido como el Castillo de los Guzmanes por pertenecer durante siglos a esta dinastía de nobles, sufrió la ira de terremotos y un terrible asedio durante la Guerra de Independencia, pero sus fuertes muros siguen impresionando. Conserva cinco puertas: la del Buey, almohada-mudéjar es la más bella.

Antequera (Málaga)

Declarado Monumento Nacional, la mayor parte de las murallas conservadas datan de la primera mitad del siglo catorce y en su construcción se utilizaron materiales de la época romana. El castillo, fortaleza o alcazaba de "Papabellotas", es un conjunto fortificado de la Antequera musulmana, y que fue probablemente levantado sobre restos romanos. Su fecha de construcción exacta es desconocida, mencionándose por primera vez en el siglo doce. Lo que tradicionalmente se conoce como castillo o fortaleza de Papabellotas consiste en dos grandes torres unidas por lienzo de muralla en la que se observan además dos pequeñas torres de construcción semicilíndrica y semicuadrada. La torre más importante de todo el recinto, es la del Homenaje, conocida popularmente como Reloj de Papabellotas. Sobre ella se construyó en el año 1582, un templete campanario en piedra y ladrillo de estilo manierista para cobijar la campana mayor de la ciudad. Unida por un lienzo de muralla a esta torre, está la conocida como Torre Blanca que sorprende por la perfección técnica demostrada en su fábrica de sillería. Toda la zona de la antigua alcazaba comprendida entre estas dos torres y el lienzo que las une, hasta la Plazas de los Escribanos y de Santa María, se encuentra en la actualidad bellamente ajardinada. Dentro de ella destacan entre otros restos arqueológicos, un aljibe de ladrillo.