Medioambiente

Doñana cierra 2023 con el peor balance histórico para la mayoría de especies

El responsable de la Estación Biológica de Doñana anuncia un cambio de ciclo en el Parque marcado por el cambio climático, que afectará también a la disponibilidad de recursos para la población

Flamencos en la Madre de las Marismas del Parque Natural de Doñana
Flamencos en la Madre de las Marismas del Parque Natural de DoñanaEP

Ya no hay lagunas permanentes en Doñana. Aquellas que hace no tanto se inundaban durante todo el año, en el 2023 se desecaron por completo y ahora están cubiertas de pastizal y matorral. La de Santa Olaya y la Dulce se desecaron en agosto, y la del Sopetón en julio. No es de extrañar teniendo en cuenta que el año pasado fue muy seco, con un 20% de precipitaciones inferior a la media histórica desde 1978, y muy cálido, con una temperatura media de 19,32 grados, la mayor registrada.

Las consecuencias del desecamiento de las lagunas en Doñana -las permanentes y más del 50% de las temporales- están siendo drásticas para la mayoría de las especies que habitan en este Parque Natural y que hacen de él una joya ambiental. Así se puso de manifiesto en la memoria sobre el estado del Parque que presentaron los responsables de la Estación Biológica de Doñana.

Su director, Eloy Revilla, reconoció que el balance de 2023 es el más pesimista hasta la fecha para la mayoría de las especies y advirtió que habrá que adaptarse a una nueva situación marcada por el cambio climático. “La diferencia con la sequía del año 1995 es que seguía el patrón estándar del área mediterránea, con periodos secos de 4 o 5 años. La de ahora es una seguía prolongada que responde a un cambio de ciclo”, subrayó Revilla para dar el siguiente aviso: “El calentamiento global de la Tierra ya superó el año pasado los 1,5 grados y vamos hacia los 2-2,5 grados. Eso va a suponer cambios profundos en Doñana, pero también en la disponibilidad de recursos para la población con afectaciones a la industria, a la agricultura, al turismo, a los usos del suelo...”.

El investigador reconoció que durante años no se han hecho las cosas bien en Doñana, lo que les llevó a perder el sello verde que concede la UICN, pero señaló el reciente pacto alcanzado entre Gobierno y Junta como un aliciente para mejorar: “Es un punto de inflexión muy importante porque mejora la gobernanza, la gestión de recursos y abre una ventana de oportunidad para revertir la situación en el último momento”.

En el informe “Estado de la Biodiversidad en Doñana 2023” se recogen los resultados del seguimiento a las especies de fauna y flora del Parque que realizan los trabajadores de la Estación Biológica de Doñana junto a su Infraestructura Científico Técnica Singular (ICTS).

Peces

En general, se ha observado una abundancia baja en marismas y lagunas. En cuanto a las tres especies autóctonas de especial interés, preocupa que la anguila –especie en peligro- no se detectó en ningún punto muestreado ni siquiera en aquellos donde llegó a ser abundante como La Rocina o el Arroyo del Partido. Tampoco ha podido ser localizado el salinete, debido a la escasa inundación que presentaba la Laguna del Hondón. En cuanto a la colmilleja, solo ha aparecido en una única localidad, la laguna de los Mimbrales. Lamentablemente, las especies exóticas como la gambusia, carpas y carpines han aparecieron en todas las épocas del año.

Anfibios

Los anfibios también muestran tendencias decrecientes desde 2019 por la sequía, aunque se han localizado la mayoría de especies. La única que no ha aparecido por segundo año consecutivo es el sapo común.

Reptiles

En el caso de los reptiles, la tortuga mora, de especial interés en Doñana por ser de los pocos hábitats que quedan para esta especie en el suroeste de la Península, el informe de la Estación Biológica de Doñana expone que en la zona de las Marismillas la abundancia de huellas ha disminuido considerablemente respecto a años anteriores. Lo mismo ha ocurrido con lagartijas y salamanquesas. Por séptimo año consecutivo, indican, no hay rastro de presencia del lagarto ocelado que durante los años 80 fue tan abundante en Doñana.

Carnívoros

El 2023 también ha sido un mal año para los carnívoros de Doñana: el zorro sigue siendo el más abundante, seguido del tejón y el meloncillo. Un problema añadido es la baja población de conejo, ya que de él dependen los carnívoros. Según el último balance de 2023, solo hay 0,55 conejos por kilómetro, cuando en épocas buenas como la de 2006, llegó a superarse el 2,5. Los ciervos y jabalís son los únicos carnívoros con una población creciente desde 2006.

Aves

El seguimiento de aves comunes muestra declives moderados de aves migrantes transharianos (mosquitero musical, curruca mosquitera y papamoscas cerrojillo) y una tendencia estable de aves migrantes presaharianos, los que se quedan en el sur de la Península, como el petirrojo europeo, curruca capirotada y el mosquitero común.

En el caso de las rapaces, el milano mantiene una tendencia decreciente con solo 123 ejemplares en 2023 , al igual que el aguilucho lagunero, con solo 213 individuos, el valor más bajo de la serie histórica. Del halcón peregrino, aunque Doñana no es su hábitat natural porque no tiene grandes cortados, se llegaron a contar hasta siete parejas. En 2023 solo se vieron tres.

Las aves acuáticas, tan características del Parque Natural de Doñana, viven su peor momento. Las invernantes apenas llegaron a las 206.859 y el muy característico ánsar común se vio poco, con apenas 9.588 especies, la cifra más baja de su historia.