Salud
Enseñar a comer al paciente oncológico, la asignatura pendiente
Solo el 37% de los hospitales hacen cribados nutricionales antes de la quimioterapia
Se estima que el 40% de los pacientes con cáncer presenta desnutrición en el momento del diagnóstico y hasta un 80% cuando la enfermedad está avanzada. No solo la enfermedad tiene impacto en el estado nutricional del paciente, también los fuertes tratamientos a lo que es sometido. De hecho, se estima que la mitad de los que reciben quimioterapia experimentan náuseas y vómitos.
La desnutrición en estos pacientes puede influir en los resultados del tratamiento oncológico, retrasar la cicatrización de heridas, empeorar la función muscular y aumentar la morbilidad y el riesgo de complicaciones postoperatorias. También puede afectar a la tolerancia y la respuesta a los tratamientos, lo que a su vez puede conducir a una estancia hospitalaria prolongada, aumentar el riesgo de interrupciones del tratamiento e incluso reducir la supervivencia. De ahí, el punto de partida del proyecto NOA, que tiene como principal objetivo mejorar el estado nutricional de las personas con cáncer.
Un total de 16 profesionales de siete hospitales y un centro de salud participan en esta iniciativa, liderada desde la unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen del Rocío. En concreto, colaboran los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena (Sevilla); Puerta del Mar y Hospital de Jerez (Cádiz); Regional Universitario y Virgen de la Victoria (Málaga); Reina Sofía (Córdoba); y el centro de salud Virgen del Mar (Almería). Es importante destacar que han participado profesionales de distintas especialidades (endocrinólogos, oncólogos, radioterapeutas, enfermeras, y dietistas) y asociaciones de pacientes.
En la primera fase de este proyecto, se identificó la situación actual y el nivel de implantación del soporte nutricional para pacientes oncológicos en ocho centros asistenciales de Andalucía. Tras un primer diagnóstico, los profesionales que participan en el proyecto NOA reconocen que «existen grandes diferencias entre hospitales y territorios».
Según los resultados de esta primera fase del Proyecto NOA las principales diferencias entre centros para ofrecer un adecuado soporte nutricional a los pacientes con cáncer son los siguientes: en la fase prediagnóstica, que solo un 25% de los centros encuestados facilita consejo nutricional y que la mitad no da la posibilidad de realizar una consulta telefónica con la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética (UNCYD) desde Atención Primaria.
En el momento ya del diagnóstico, aunque en el 62 % de los centros existe algún tipo de protocolo nutricional para el paciente oncológico, solo la mitad tiene un protocolo específico de derivación a las unidades de nutrición. Y, aunque el 75% de los hospitales realiza un cribado nutricional previo a la radioterapia, solo un 37% lo hace con la quimioterapia.
Solo el 25% tiene teleconsulta
En la fase terapéutica, es donde se hallan menos diferencias entre los distintos centros estudiados: en todos los casos se dispone de la posibilidad de consultar a las unidades de nutrición y tienen protocolos nutricionales específicos para pacientes oncológicos.
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En la fase de seguimiento, se ha detectado que en el 87 % de los centros existe algún protocolo de derivación a las unidades de nutrición para el seguimiento nutricional del paciente; que en el 100% de los centros existen protocolos de derivación para la hospitalización a domicilio y la unidad de cuidados paliativos; que el 25% de los centros cuentan con consultas virtuales para la consulta nutricional entre profesionales; y que en esta fase, es el médico de familia de Atención Primaria el que realiza el consejo en 62 % de los casos.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, los profesionales participantes en el proyecto NOA recomiendan lo siguiente: introducir el cribado nutricional como práctica habitual en las visitas médicas; recomendar que la Unidad de Nutrición forme parte de los comités de tumores; elaborar protocolos de derivación y de atención nutricional; facilitar apoyos al paciente y a la familia de tipo multidisciplinar (psicólogo, trabajador social, fisioterapeuta, etc.); disponer de información nutricional en formato físico y digital de las diferentes fases del proceso; potenciar sistemas de comunicación entre unidades y profesionales (ámbitos de coordinación, consulta telefónica o virtual, telemedicina). También apuestan por desarrollar y potenciar la atención nutricional a domicilio y mejorar los circuitos de prescripción de fórmulas y suplementos nutricionales (con participación de la atención primaria, la atención domiciliaria y los cuidados paliativos) y agilizar su acceso por los pacientes.
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