Cortejo

Estas son las ocho imágenes que participan en la procesión Magna de Sevilla

Se trata de cinco tallas de la capital y otras tres de la provincia

Esperanza Macarena
Esperanza MacarenaKiko HurtadoLa Razón

Un total de ocho imágenes sagradas participan hoy en la denominada procesión Magna de clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, celebrado en Sevilla. Ocho referentes devocionales que concentran la fe de la Archidiócesis:

Virgen de los Reyes. El sueño del Rey San Fernando

La Virgen de los Reyes es una talla gótica del siglo XIII, de autor desconocido, que preside la Capilla Real de la Catedral de Sevilla. Es la patrona de la Archidiócesis, título que comparte con San Fernando, las Santas Justa y Rufina, San Isidoro y San Leandro. Su origen no está muy claro y forma parte de la leyenda sobre la conquista de Sevilla por parte de Fernando III de Castilla. Existen varias teorías, una de las más populares dice que fue un regalo que le hizo a Fernando III su primo Luis IX, rey de Francia. San Fernando llevaba esta imagen con él a todas las batallas. Otra versión es que el rey santo soñó con la virgen e hizo construir a los imagineros de la corte una imagen lo más parecida a la que había soñado. Tras la conquista, San Fernando hizo construir una capilla en la nave central de la mezquita almohade donde se colocó una imagen de la Virgen de Santa María, nombre por el que se conocía a la actual Virgen de los Reyes. Esta virgen siempre ha permanecido en la Catedral de Sevilla en varias localizaciones, hasta que en 1579 se construye la actual Capilla Real. Allí fueron trasladados la patrona de Sevilla y el cuerpo incorrupto del Rey Fernando III, canonizado en el año 1671. La imagen fue coronada canónicamente el 4 de diciembre de 1904, siendo la primera talla mariana en tener esta distinción en Andalucía. El acto se llevó a cabo en la Catedral de Sevilla por el cardenal Ciriaco María Sancha, arzobispo de Toledo y primado de España.

Virgen de los Reyes
Virgen de los ReyesEPEP

Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Juan de Mesa lo talló y Sevilla lo hizo suyo

Juan de Mesa y Velasco talló la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder en 1620. Está realizada en madera de cedro con la peana en pino de segura. Además de sus indudables valores artísticos e históricos, sus valores devocionales lo han convertido en una imagen universal, sin la que es difícil entender el barrio de San Lorenzo, cuyo eje es la plaza, con la parroquia primero y la basílica después, y cuyo ritmo se acelera cada viernes, cada cuaresma, cada Semana Santa. Una devoción sin la que es difícil conocer a la propia ciudad que a lo largo de los siglos lo ha mantenido como referente de su vida espiritual, convirtiendo su rostro en el que muchos piensan cuando lo hacen en Dios mismo. Una devoción sin la cual sería difícil comprender la Semana Santa de Sevilla que conocemos. La imagen, largamente creída obra de Juan Martínez Montañés en función a la temprana muerte de Juan de Mesa y la falta de documentación de la época que hiciera referencia a su genio por encima del de su maestro, es una talla única, de una medida ligeramente superior al natural, distorsionada por el efecto de su posición, sacrificio auténtico del canon escultórico en virtud de la exaltación del dinamismo y realismo. En 1995 recibió la Medalla de Oro de la ciudad.

Nuestro Padre Jesús del Gran Poder
Nuestro Padre Jesús del Gran PoderKiko HurtadoLa Razón

Virgen de Setefilla. La patrona romera de Lora del Río

La imagen, obra del imaginero sevillano Sánchez-Cid, es tallada en 1938 a semejanza de la virgen medieval perdida en la Guerra Civil. Ha contado con cofradía al menos desde el siglo XVI, que es la responsable de organizar unos rituales centrados actualmente en el 25 de marzo, onomástica de la advocación titular, y en la fiesta principal del 8 de septiembre que es cuando se celebra la romería, si la imagen está en el santuario, o la procesión si está en el pueblo. La Virgen de Setefilla es de las pocas imágenes romeras andaluzas que aún no tiene plenamente formalizado el tiempo de traída, estancia en el pueblo y regreso al santuario. Los estatutos recogen la norma, establecida en 1958, de que ha de traerse a los cinco años de su retorno a la ermita, debiendo permanecer en Lora del Río no más de dos años. En la romería cabe destacar, en el camino de venida, la puja por los varales de las andas para llevar la virgen durante un determinado trayecto; las paradas rituales en la Cruz del Humilladero junto a la ermita, donde se cubre a la imagen para protegerla, en el poblado de colonización de Setefilla, en la Cruz de San José y en la Cruz de la Higuerilla de Caganche; y la tradición de designar una escuadra de escopeteros que acompañe a la virgen.

Virgen de Setefilla
Virgen de SetefillaKiko HurtadoLa Razón

Virgen de Valme. Protectora de Dos Hermanas

La imagen de la Virgen de Valme, protectora de Dos Hermanas, es una talla anónima de origen medieval, cuya iconografía deriva de modelos bizantinos que perduraban en el arte románico. El hecho de que la virgen tenga al niño sobre su pierna izquierda, y no en el centro, hace que pierda hieratismo, y se nos presente la imagen en una actitud más cercana y acogedora. También empieza ya a descubrirse en su rostro una sonrisa iniciada, que va a acentuarse en obras más tardías, y que ya se adivina en esta imagen. El gesto del niño que bendice con la mano derecha y que mantiene con la izquierda un pajarito es también un signo de un acercamiento naturalista. La advocación de Valme está documentada desde el siglo XVII, en que se celebraban fiestas en una ermita del Cortijo de Cuarto en honor de esta imagen durante los siglos XVII y XVIII. En ellas está el origen de la romería que se celebra cada año desde el siglo XIX. Artísticamente está emparentada con una serie de imágenes que se han llamado fernandinas por estar vinculadas al Santo Rey. De estilo gótico norteño, se sienta en un pequeño sitial. El manto que lleva al cuello aparece terciado sobre las rodillas. Su vestido, que baja hasta mostrar solo la extremidad del pie derecho, es rojo y el manto azul, estando ambos estofados. Es la única imagen de la ciudad coronada canónicamente, el 23 de junio de 1973, y posee el título de Protectora de la ciudad.

Virgen de Valme
Virgen de ValmeKiko HurtadoLa Razón

Virgen de Consolación. Faro y guía del pueblo de Utrera

La Virgen de Consolación tiene una larga tradición en Utrera desde la antigüedad, en la que fue protagonista de la romería más importante de España. Se trata de una talla sedente de estilo tardobizantino, que se remonta a finales del siglo XIV, aunque se modificó su apariencia externa posteriormente para adaptarla a los gustos del barroco imperante en la baja Andalucía. A pesar de este cambio a erguida y revestida de ricas telas, no se menoscabó la gran devoción centenaria que recibía desde los comienzos de su veneración en esta campiña sevillana. Era una época en la que Utrera se llenaba con personas procedentes de todos los rincones cada 8 de septiembre, una devoción que incluso cruzó el océano y se convirtió en una de las advocaciones más conocidas del continente americano. El fervor popular se tradujo en romerías de más de 30.000 personas.

Virgen de Consolación
Virgen de ConsolaciónKiko HurtadoLa Razón

Cristo de la Expiración (El Cachorro). Obra cumbre de la imaginería barroca

El Santísimo Cristo de la Expiración es de los últimos grandes crucificados del barroco español. Representa el instante de su muerte, Cristo crucificado está vivo mirando a lo alto, desnudo y con el paño de pureza que sostiene una cuerda y descubre toda su silueta. Se trata de una de las tallas más perfectas de la imaginería andaluza por dibujo, modelado, talla, policromía, verismo anatómico y magnífica expresión del rigor mortis.

Su ejecución se contrató notarialmente el 1 de abril de 1682 y el imaginero debía percibir por ella 900 reales, pero consta en otro documento que percibió 1.100 reales. La talla está hecha en cedro real de Flandes y mide 1,89 metros. Toda la imagen, que hincha el tórax y tensa los músculos en busca del último aliento, es movimiento y ritmo ascensional.

Cristo de la Expiración
Cristo de la ExpiraciónEPEP

Esperanza de Triana. Una devoción arrolladora

La imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, de 1,70 metros de altura, conserva desde sus orígenes el cuerpo y el cuello, respondiendo a las características formales de las imágenes del siglo XVII. Su autoría es incierta y en las diversas atribuciones ha pesado más lo pasional que lo científico. Los últimos estudios comienzan a arrojar cierta luz sobre un proceso en el que cada uno dejó su impronta, siendo el resultado de la misma una dolorosa con una fuerza asombrosa, que concita el amor de todo aquel que la observa. Triana, como centro del fervor popular a la Virgen de la Esperanza, se extiende más allá de las propias fronteras, haciéndose partícipe de su devoción universal. La dolorosa debió sufrir una importante restauración en 1816, realizada por Juan de Astorga.

Esperanza de Triana
Esperanza de TrianaLa RazónLa Razón

Esperanza Macarena. Una dolorosa enigmática y cautivadora

Se trata de una talla anónima del siglo XVII sobre la que pesan multitud de atribuciones. Teniendo en cuenta algunos criterios estilísticos ha sido atribuida a Luisa Roldán, «la Roldana». Otra posibilidad muy remota es que sea anterior a 1624 y su autor fuera Juan de Mesa. Sus rasgos presenta una asimetría de efecto cautivador, no se repite ningún elemento: cejas con diferente arqueamiento, aletas nasales con distinta elevación, dispar resalte de las mejillas, comisuras labiales en contraria dirección, conjugando el dolor y la alegría el llanto de la madre que sufre por su hijo con el gozo por la Esperanza en su Resurrección, creando un efecto inigualable. Es un símbolo de la ciudad de Sevilla y su Semana Santa. A principios de 1978 fue intervenida por Francisco de Arquillo, ayudado por Rogelia Hernández Palma, Fuensanta de la Paz Calatrava y Joaquín Peña Enríquez.

Esperanza Macarena
Esperanza MacarenaEP