Con Jaén son ocho

Manuel Carlos Vallejo aceptó la oferta de los conservadores para, fiel al nombre de su partido y a su oficio fuera de la política, entregarle al PP la alcaldía de la capital del Santo Reino y, con ella, el copo en las ocho cabezas de provincia andaluzas. No debe extrañar, en fin, que un catedrático de Empresariales intuyese que era buen negocio arrimarse a la formación que todo lo gobernará en breve ni que quien inscribió en el registro una plataforma llamada Jaén Merece Más sepa dónde puede obtener, eso mismo, más y dónde debería conformarse con menos. Constituidos los 785 consistorios andaluces en el súper sábado municipal que tradicionalmente se celebra en la veintena de las elecciones locales, el PSOE sólo controla por estos pagos meridionales tres entidades de envergadura: la diputación jiennense, el ayuntamiento de Dos Hermanas –novena ciudad más poblada de la región– y el Real Betis Balompié, donde un Rubiales de los Rubiales de toda la vida ejerce de CEO, en mala hora para el club, porque dos empresarios afines al régimen anterior –al de Chaves y Susana Díaz– experimentan con la fórmula «R+AC=CT» (siendo R ruina, AC ampliación de capital y CT control total). A cinco semanas para los comicios legislativos, la suerte más que echada en la comunidad autónoma con mayor población de España parece anunciar el «game over» para Pedro Sánchez y la obligatoria reinvención del socialismo andaluz, que ya debería estar gestándose en las agrupaciones de cada pueblo y cada barrio. Si algún cuadro está hoy más pendiente de meter a algún despistado en el mitin de este César de mercadillo que de preparar el duro amanecer del 24-J, está perdiendo el tiempo en la importante tarea de construir un contrapeso y una alternativa creíbles al poder que viene. Al poder que ya está aquí.