Cultura

Lola Flores y la almadraba de Sancti Petri: una historia de película

"La Niña de la Venta" se ha convertido en una joya documental sobre este pequeño pueblo de pescadores en los años 50

Fotograma de una escena de la película
Fotograma de una escena de la películaLa Razón

"No es una película folclórica. Es un film emocionante, en el que la pesca del atún es un impresionante motivo de gran valor documental. Bailes y canciones ponen su alegre nota de color en el fascinante ambiente de los bravos pescadores de las almadrabas". Así, allá por los 50 anunciaba el entonces Cine Ideal de Madrid (hoy Yelmo) el "extraordinario estreno" de una película, concretamente el 12 de noviembre de 1955. Era "La Niña de la Venta", que, intencionadamente o no, se ha convertido en uno de los más destacados documentos sobre las almadrabas gaditanas, muy en especial la del poblado de Sancti Petri.

Un film, "autorizado a mayores" y dirigido por Ramón Torrado, al que dio vida una de las artistas más grandes y de mayor reconocimiento nacional e internacional y que ha recibido este año, con motivo del centenario de su nacimiento, el título de Hija Predilecta de Andalucía: Lola Flores.

Coplera, bailaora, folclórica, actriz y de todo lo que le pusieran por delante –porque Lola Flores nunca se arrugaba en los escenarios–, la «Faraona» compartió créditos con otro de esos «eternos del flamenco», muy en especial de la España en blanco y negro, Manolo Caracol. Dúo que, como dijo Miguel Poveda, logró crear en esa película una «atmósfera de genialidad».

Años, los 50, en los que en la España franquista campaban a sus anchas el hambre, la penuria y el analfabetismo y en los que el arte, con intérpretes de la talla de Concha Piquer, Juanita Reina, Antonio Molina, Juanito Valderrama, Manolo Escobar, Perlita de Huelva, Marifé de Triana… (edad de oro de la copla española), era una de las grandes válvulas de escape frente a tanta miseria.

Con la «Venta del Catite» –muy frecuentada por almadraberos gaditanos y de poblaciones del litoral onubense– como escenario central, Lola Flores y Manolo Caracol se veían envueltos en una trama que giraba en torno al mundo del contrabando, histórica y estrechamente ligado al mar y las costas gaditanas.

Trama de la que también formaban parte Manuel Requena y Rubén Rojo y que, como no podía ser de otra forma en esta época, contaba con una historia de amor pasional.

En el papel de Reyes, ahijada de Rafael (Manolo Caracol), dueño de la venta, Lola Flores (tenía entonces 27 años) hacía gala de esa forma tan única y reconocible de entender e interpretar el arte. Todo ello en un entorno que trasladaba a los espectadores a una de las épocas doradas de la almadraba y del Consorcio Nacional Almadrabero. Decorado en el que se entremezclaban las interpretaciones de Lola Flores y Manolo Caracol con valiosas imágenes de la almadraba, la faena pesquera, el puerto, el ambiente marinero y, muy en especial, ese entorno mágico que era y sigue siendo Sancti Petri, con el castillo al fondo.

Homenaje al flamenco y la copla española, a cuya banda sonora daban vida letras y músicas que ya son historia: «La rosa y el rocío», «Canción del río», «No me tires indire», «Zambra del campamento» y el «Fandango de la Almadraba», guiño a una de las artes de pesca más antiguas que existen.

«La Niña de la Venta» es una de las primeras cuarenta películas que conforman la filmografía de la jerezana, que debutó en el séptimo arte con «Martingala» (1940), de Fernando Mignoni, protagonizada por El Niño de Marchena.

En aquella época, entre «levantá» y «levantá» de grandes atunes rojos y la voz y el baile de una de las grandes parejas artísticas del momento, el Consorcio Nacional Almadrabero vivía su apogeo, con la construcción de las viviendas y demás dependencias de la, entonces llamada Barriada de Sancti Petri. Un enclave chiclanero que fue uno de los primeros en beneficiarse de la llegada de la electricidad y el agua. Hoy en día, el que fue un pequeño pueblo de pescadores se ha convertido en un codiciado destino turístico, que cada verano recibe a miles de visitantes.