
Política
Moncloa-San Telmo: otro año en punto muerto
La falta de financiación sigue siendo una constante en los desencuentros entre Pedro Sánchez y Juanma Moreno, pasando de las cumbres autonómicas en saco roto al enfrentamiento en los mítines preelectorales

Las primeras impresiones carecen de segundas oportunidades y, en base a este principio, en lo que puede considerarse una «relación» básicamente mediatizada y trufada de encuentros esporádicos en actos institucionales, la sintonía entre Pedro Sánchez y Juanma Moreno –sin llegar a los extremos de las miradas y los gestos helando el ambiente como con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso–, se puede decir que no pasa de cordial en las formas. Tanto Pedro Sánchez como Juanma Moreno son conscientes de lo que piensa el uno del otro, y se les nota. Este 20 de septiembre se cumple un año desde que el presidente del Gobierno comenzara una ronda de reuniones bilaterales con los presidentes autonómicos, arrancando con el jefe del Ejecutivo andaluz en la primera tanda junto con los mandatarios del País Vasco, Imanol Pradales, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. Moreno entregó un centenar de peticiones y salió «con las manos vacías». De entonces a esta parte, las relaciones Moncloa-San Telmo se mantienen en punto muerto. Pedro Sánchez señaló este domingo en un mitin de apoyo a su candidata andaluza a la Junta, María Jesús Montero, que «no conoce mucho» a Moreno pero le parece «una persona muy de derechas» y que lo ve «desganado y sin proyecto». Dos días antes, también en la provincia de Málaga, desde Alhaurín el Grande, Moreno subrayó que «cada decisión en La Moncloa perjudica a Andalucía».
El Gobierno valoró positivamente las reuniones con los presidentes autonómicos y aludió a la estabilidad institucional, al diálogo y la colaboración entre administraciones públicas. Moreno compareció después de más de dos horas de charla «no desagradable» con Sánchez y dijo que salía «sin ningún compromiso concreto, con las manos vacías». La cita venía contaminada por el pacto político entre el PSC y ERC para sacar a Catalunya del régimen tributario general. Después, Moreno y Sánchez volvieron a coincidir en Moguer, con un proyecto espacial, y no hace mucho tiempo también en una entrega de VPO a la que se apuntó Sánchez aprovechando un acto en Dos Hermanas de homenaje a Toscano. También se vieron en la Gala de los Goya en Granada en febrero o en la Conferencia de Presidentes en Cantabria en diciembre. En ninguno de estos encuentros ambos dirigentes han pasado de la cortesía institucional, saludos y diálogos breves sin reuniones aparte.

La de hace un año fue la tercera reunión entre Sánchez y Moreno, rivales políticos y con escasa afinidad personal. El presidente del Gobierno tardó dos años y medio en recibir en Moncloa al líder andaluz cuando llegó al cargo. La cita fue en junio de 2021 y Moreno ya puso sobre la mesa la falta de financiación de Andalucía.
En julio de 2022 hubo una nueva cumbre Mocloa-San Telmo. Sánchez recibió a Moreno tras la arrolladora mayoría absoluta del popular. La derrota del PSOE andaluz, entonces con Juan Espadas, tuvo una lectura nacional, dado que se trató del peón utilizado desde Ferraz/Moncloa tras conseguir defenestrar a Susana Díaz. Moreno insistió con la financiación, aludiendo ya a un tándem con otras regiones, algunas con presidentes socialistas entonces, caso de Ximo Puig en la Comunitat Valenciana. Pedro Sánchez continuó impertérrito como un «kurós».
En el encuentro de septiembre de 2024, Sánchez subrayó que la mejor fórmula para impulsar las inversiones sobre el territorio es aprobar los Presupuestos, reclamando una oposición constructiva para tramitar las cuentas en tiempo y forma. Un año después, los PGE siguen sin presentarse en la Carrera de San Jerónimo.
A la infrafinanciación, el Gobierno respondió con «la financiación récord de 28.000 millones para posicionar a este Ejecutivo como el más comprometido históricamente con Andalucía». El jefe del Ejecutivo recordó que en 2018 firmó un Real Decreto para aliviar la presión migratoria en Andalucía y ahora esa situación se daba en otras zonas. Sánchez trasladó el compromiso de aportar la financiación necesaria, de manera equilibrada y junto a las comunidades, al ser una competencia autonómica. Los desencuentros en estas materias se mantienen. El presidente del Gobierno destacó los cerca de 7.000 millones de fondos europeos, los 1.136 de inversión en vivienda o los más de 3.500 millones para la alta velocidad. Un año después, la vivienda crece como problema social y los retrasos en los AVE son continuos. «No hubo ni orden del día, ni hubo guion por parte del presidente. Creo lo que quiso hacer era una charlita, pero la verdad es que fue un paripé», resumió el consejero de Presidencia, Antonio Sanz. De la ‘charlita’ se ha pasado a recados en mítines y la posibilidad de unas elecciones conjuntas.
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