Entrevista
Nuevo secretario de COAG Andalucía: "Europa no tiene garantizada la alimentación a su población"
El jienense asume la dirección del sindicato agrícola en un contexto de amenaza a las políticas agrarias europeas
Juan Luis Ávila es el nuevo secretario general de COAG Andalucía, un cargo que afronta con «mucho compromiso», sobre todo en una época en la «vivimos en un contexto bélico que puede provocar el cierre de fronteras y en Europa no estamos preparados para poder garantizar tres platos al día», advierte.
Uno de los mayores retos para el sector agrario andaluz es la soberanía alimentaria en este nuevo contexto geopolítico. ¿A qué nos enfrentamos?
En Europa no hay una estrategia clara en torno a la alimentación que asegure nuestra soberanía alimentaria, está olvidada completamente. La PAC, cada reforma que se produce, va hacia una agricultura menos productiva y eso, al final, termina resolviéndose con la entrada permanente de productos de terceros países que se rigen con normas de producción del siglo XIX. El problema es que Europa se ha vendido al comercio agroalimentario mundial y nos parece un error. Esta, de hecho, es una de las principales cuestiones de cabecera de nuestros intereses y para ello necesitamos la alianza de los consumidores, pues deben entender que con la estrategia alimentaria europea actual no tenemos asegurado que comamos tres veces al día porque somos dependientes de lo que entra por nuestras fronteras.
Hace poco os reunisteis con el representante de la Comisión Europea en España por los recortes presupuestarios que amenazan el futuro de la PAC para cumplir con las exigencias en materia de seguridad. ¿Salió algún compromiso concreto?
No. Lo que decimos es que no tiene ningún sentido que aglutinemos el presupuesto de la UE en uno solo y que en un contexto geopolítico delicado se puedan dejar las políticas agrarias totalmente apartadas. Y esto es consecuencia de no tener una estrategia de soberanía alimentaria en Europa y de haberse olvidado de los problemas que tuvimos en la II Guerra Mundial para alimentar a nuestra población. La propuesta inicial que nos trasladan para seguir adelante con la PAC es una propuesta donde todos los presupuestos se mezclan y complica su aplicación. Además, tampoco se incrementa, lo que va a complicar que produzcamos alimentos de calidad en Europa.
Una de las principales luchas de los agricultores andaluces es que se cree una frontera europea única. ¿Por qué no se le pide lo mismo a una sandía de Marruecos que a una de España?
Se nos está tratando con un doble rasero y la Comisión Europea no puede ser más hipócrita. No puede ser que a nosotros se nos esté exigiendo producir con unas normas de calidad, medioambientales, fitosanitarias y de empleo, con las que estamos de acuerdo, y, sin embargo, por la frontera esté entrando porquería. En lo que va de año llevamos 330 alertas sanitarias de frutas y hortalizas, y no se controla nada. Nosotros nos jugamos nuestro futuro como empresarios agrícolas, pero a la gente le toman el pelo porque les dicen que consumen alimentos de calidad, pero eso no es así. La única alimentación de calidad en Europa es la que se produce en Europa.
Siguiendo con las sandías, ¿cómo es posible que una mitad llegue a costar más de 4 euros en el supermercado?
Con unos diferenciales de entre el 500% y el 600% y con unos precios en origen no cubren costes de producción. Sufrimos diferenciales abusivos provocados por una serie de cadenas de distribución y, de una forma estructural, por el comercio mundial, con unos lobbies de poder tremendos. La sociedad tiene que entender que está siendo engañada y que no hay necesidad de que media sandía esté a cuatro euros y medio. Lo lógico sería que en el sector de la alimentación, que es estratégico, hubiese una limitación a los diferenciales. No puede ser que estemos pagando productos con precios en origen que escasamente cubren precios de producción y que cuando llegan al consumidor lo hacen a precios desorbitados.
Para asegurar el relevo generacional en el campo, ¿cómo se consigue hacer atractivo este trabajo entre los jóvenes?
La única fórmula es que sea rentable, todo lo demás son enfoques filosóficos. Para poder tener gente en los pueblos, lo que hace falta es agricultura y ganadería, el resto es mentira. Y para que sea posible se tienen que cubrir los costes de producción, que ni mucho menos es incompatible con precios en los lineales sensatos.
¿Por qué todavía salen tantas noticias de explotación laboral en Andalucía, sobre todo, entre los trabajadores bajo plástico de Huelva y Almería? ¿No es también responsabilidad de los empresarios agrícolas garantizar a sus trabajadores una solución habitacional digna?
Es que esto ya es así. La gran masa de trabajadores de los frutos rojos y de los invernaderos están en condiciones muy dignas, donde al agricultor en muchas ocasiones les ofrece alojamiento y de calidad. No se puede generalizar por episodios puntuales y a aquellos que lo hagan mal, desde COAG decimos que caiga todo el peso de la ley sobre ellos. A los empresarios agrícolas les cuesta encontrar personal y la gente que está en situaciones de dificultad social al primer sector que recurren en muchas ocasiones para encontrar trabajo es al campo. Los agricultores se enfrentan a esta situación de una forma muy sensata y ayudando en lo que se puede, pero los que tienen que resolver este problema social son las administraciones competentes. No podemos echar el marrón a los agricultores, que al final son el primer parapeto. Nosotros podemos ofrecer un trabajo digno, con unas condiciones laborales y salariales decentes, pero a partir de ahí, en las cuestiones que van más allá de la relación laboral entre trabajador y empresario, los que deben responder los Gobiernos, aunque por supuesto nosotros estamos dispuestos a ayudar en lo que podamos.