
Primarias en el PSOE-A
Pedro Sánchez precipita a María Jesús Montero hacia el plan previsto en San Telmo
Juanma Moreno mantendrá su estrategia pese a los cambios en la oposición de Andalucía

San Telmo esperaba el movimiento de Pedro Sánchez, cual Bobby Fischer en Washington Square, del peón y del alfil de la reina negra para construir una defensa siciliana. El líder del PSOE defiende atacando, marca de la casa. La estrategia se ha precipitado respecto a la previsión en San Telmo. El presidente del Gobierno, como fin último, defiende Moncloa. Andalucía supone 61 diputados para el Congreso. El escenario en el que venía trabajando el Gobierno andaluz era el de la continuidad de Espadas hasta los comicios andaluces de 2026 y su relevo por Montero una vez que Feijóo se proclame presidente del Gobierno. Espadas, así señalaban fuentes de San Telmo, era el ‘spárring’ ideal para Moreno. Se le considera «leal» institucionalmente y a la hora de la negociación parlamentaria y, en el plano de partido, su desgaste en Andalucía es importante como portavoz de Pedro Sánchez en el Senado y después de asumir, a diferencia de otros líderes socialistas como García Page, Javier Lambán o la propia Susana Díaz, cada uno de los postulados del sanchismo. No obstante, desde el Congreso Federal del PSOE, celebrado en Sevilla, hasta ahora, en vista de la debilidad orgánica de Espadas, ya se hablaba abiertamente de un posible tándem conformado por el número 2 de Santos Cerdán en Ferraz, el jiennense Juanfran Serrano, y la vicepresidenta María Jesús Montero como cabeza de cartel. Se ha confirmado lo que avanzó el portavoz popular en el Parlamento, Toni Martín: «Esta Navidad se va a cocinar a fuego lento un pavo, el señor Espadas». Las primarias del PSOE-A siguen el plan establecido desde Ferraz: elección por aclamación, tras el «dedazo» de Pedro Sánchez, con permiso del «outsider» Luis Ángel Hierro si consigue los avales. No hay más precandidatos tras el «paso al lado» de Espadas.
Montero, más aún que Espadas, como candidata arrastra la mochila de las políticas de Pedro Sánchez. De momento, los populares mantienen el perfil moderado y están poniendo el foco en la acumulación de cargos y posibles incompatibilidades. Se trata de toda una vicepresidenta del Gobierno como líder in pectore de la oposición en una comunidad autónoma y de la persona que negocia las cuentas con los territorios como opositora de uno de los presidentes autonómicos. «Andalucía necesita mucha dedicación y energía», señaló Juanma Moreno, añadiendo que el PSOE «necesita salir de la crisis interna en la que lleva instalado ya muchos años». Montero «no se ha planteado» dejar la Vicesecretaría del PSOE y prevé que Espadas siga de portavoz en el Senado.
Montero, convencida del «sanchismo», ya se fajó en la campaña de las últimas generales en Andalucía, en la que se aventuraba un descalabro total. El PSOE perdió pero salvó los muebles y con el éxito en Cataluña, Pedro Sánchez, perdiendo, pudo revalidar su puesto en La Moncloa. El nombre de Montero, en vista de los resultados de Espadas, no sorprende como futura adversaria de Juanma Moreno en Andalucía, ya que, de hecho, ha venido ejerciendo la oposición de facto al PP-A.
Hace una década el PSOE acariciaba su último gran momento de gloria a escala regional en Andalucía: el 7 de septiembre de 2013 se produjo la investidura de Susana Díaz. En estos años, el PSOE-A ha perdido influencia en Ferraz y relevancia en la comunidad, pasando de presentarse como «garante» de la unidad de España a, literalmente, tocarle las palmas –con especial énfasis Montero– a Pedro Sánchez.
Montero se ha presentado «orgullosa» del pasado socialista como «heredera» de Chaves o Griñán. La que fuera consejera de Hacienda en Andalucía ha ido contradiciendo sus reivindicaciones en la comunidad con la llegada a la misma cartera en el Gobierno central. La aprobación de una especie de «cupo catalán», que ella misma rechazó tajantemente, la invalida como candidata a la Junta de cara a parte del electorado, también para socialistas sin débito de cargo. La misma Montero, como consejera andaluza de Hacienda, defendía a cuenta del tema catalán que «no caben modelos bilaterales porque todos tenemos que comer de la misma tarta y del mismo plato. No caben conversaciones individuales que hagan que los recursos vayan a un territorio en detrimento de otros». San Telmo, de momento, aguarda. Mueven negras.
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