El Bloc

Peor que dos asesinatos

"Hace casi siete años que España se comporta como un Estado fallido en el Campo de Gibraltar"

Una familiar sostiene una foto a la salida de la catedral de Cádiz del féretro con los restos de Miguel Ángel Gómez González, agente del grupo especial de actividades subacuáticas de la Guardia Civil fallecido este viernes en Barbate (Cádiz) al ser arroyado por una narco lancha en el puerto de Barbate. EFE/Román Ríos.
CÁDIZ, 11/02/2024.- Una familiar sostiene una foto a la saida este domingo de la catedral de Cádiz del féretro con los restos de Miguel Ángel Gómez González, agente del grupo especial de actividades subacuáticas de la Guardia Civil fallecido este viernes en Barbate (Cádiz) al ser arroyado por una narco lancha en el puerto de Barbate. EFE/Román Ríos. EFE/ Román Ríos Román Ríos EFE

En 2017, el policía municipal de La Línea Víctor Sánchez falleció atropellado cuando intentaba dar el alto a unos narcotraficantes. El suceso coronaba una serie de agresiones a las fuerzas del orden en la comarca que nos llevó a publicar en este mismo espacio. «Es probable que este homicidio quede impune porque el crimen tiene, en ciertos rincones del planeta, tentáculos más largos que el Estado de Derecho.

No es Sicilia ni Antioquia, es Andalucía, sobre la que se ha desencadenado la misma tormenta perfecta que en aquellos parajes: rayos de ignorancia y truenos de precariedad». Menos de un año después, una narcolancha mató a un niño de 9 años en Algeciras, cuando el último Gobierno de Rajoy ya había dispuesto que los guardias civiles y policías destinados en la zona se les rotaba cada seis meses para que no diera tiempo a que fueran captados por las mafias.

Esas medidas fueron el germen del plan del general Contreras, el célebre Grupo OCON Sur, al que se cargó Marlaska sin dar explicaciones y para regocijo de los traficantes a los que con singular éxito combatía: no sólo de hachís, a ver si se entera el dicharachero alcalde linense, sino también de cocaína americana y de migrantes subsaharianos.

Hace casi siete años que España se comporta como un Estado fallido en el Campo de Gibraltar y comarcas aledañas, donde lo más terrible que hemos vivido esta semana no ha sido el asesinato de dos agentes, que ya es espantoso, sino la comprobación de que la sociedad (ese cruel deleite en celebrar la muerte violenta de dos hombres indefensos) está allí corrompida sin remedio.

«No eran de aquí», balbuceaba a modo de disculpa en la radio un munícipe desbordado por la pesadilla de ver a Barbate convertida en Culiacán o en la Rentería de los primeros ochenta.