Jubileo

«Por primera vez la Iglesia da a las cofradías un lugar de prevalencia»

Paloma Saborido, impulsora de la presencia del Cachorro y la Esperanza en Roma, cree que esta procesión es un «espaldarazo»

El Papa Francisco junto a Paloma Saborido en el año 2021
El Papa Francisco junto a Paloma Saborido en el año 2021La RazónLa Razón

Si hay una persona que ha impulsado de manera decidida la presencia de la Esperanza de Málaga y el Cachorro de Sevilla en Roma, en el marco del jubileo de las cofradías de 2025, esa es sin duda Paloma Saborido. Profesora de la Universidad de Málaga, pregonera de la Semana Santa de la ciudad y cofrade entusiasta, es la única española que integra la comisión que prepara este acontecimiento, invitada por el presidente del Consejo Pontificio de Promoción para la Nueva Evangelización de la Santa Sede, Rino Fisichella.

La procesión con el crucificado sevillano en su paso y la dolorosa malagueña en su trono por las calles de la ciudad eterna será un acontecimiento único que va más allá de lo estético. Supone un reconocimiento a la importancia de la Semana Santa andaluza, a sus expresiones más genuinas y a sus devociones más populares. «Por primera vez la Iglesia da a las cofradías un lugar de prevalencia», asegura Saborido, además de señalar que las dos corporaciones invitadas «representan a las hermandades de todo el mundo». Sin embargo, no es algo inédito que una talla andaluza procesione por las inmediaciones del Vaticano. En el año 2000 la Virgen del Mayor Dolor de Granada recorrió en su paso de palio la monumental plaza del Vaticano, con motivo de la apertura del congreso eucarístico internacional. Ahora la ocasión es distinta, ya que «es la primera vez en la historia de la Iglesia que las hermandades participan y tienen un lugar destacado en un jubileo», que se celebra cada 25 años. Saborido reconoce que «nosotros tenemos la fuerza que quizás otras Semanas Santas no tienen, pero tampoco somos exclusivos». En este punto, destaca que hay procesiones «brillantísimas en Castilla, la Semana Santa levantina es inmensa, arrastrando una vida cofrade y un público brutal, y en Cataluña está naciendo una Semana Santa con mucha fuerza». Este gesto, por tanto, «es un reconocimiento a la labor evangelizadora de las cofradías en este siglo XXI», puesto que las hermandades «son asociaciones fuertes e importantes para la Iglesia de hoy». Saborido remarca esta opinión porque «muchas veces hemos sentido el rechazo no solo desde fuera de la Iglesia, sino desde parte de dentro de la propia institución». «Hay asociaciones dentro de la Iglesia católica que no nos han entendido en muchos aspectos», insiste, por lo que la presencia de estas dos imágenes en Roma supone un «espaldarazo». «El jubileo de las cofradías será uno de los más importantes junto al de las familias o los jóvenes. Se espera un volumen muy elevado de peregrinos».

En el seno de la comisión preparatoria «no son realmente conscientes de lo que se va a vivir» en torno a esta procesión. De hecho, ya hay cofrades sevillanos y malagueños reservando vuelos y alojamiento para mayo de 2025 en Roma. La cita, además, servirá para demostrar que el supuesto enfrentamiento entre ambas ciudades, respecto al mundo cofrade, pertenece más al ámbito de la fantasía que a la realidad. «Llevo trabajando en este tema desde enero de 2023 y siempre he tenido clara una cosa: esto es un proyecto único. Son dos Semanas Santas, son dos hermandades distintas, pero desde el minuto uno se ha trabajado con un solo enfoque, con una sola idea y con un solo objetivo». En definitiva, «se ha quedado completamente al margen cualquier diferencia, ya que no tiene importancia ni trascendencia entre nosotros». De hecho, las dos hermandades, junto al Consejo y la Agrupación de Cofradías y sendas diócesis han acogido con entusiasmo la iniciativa.

El jubileo de las cofradías tendrá lugar del 16 al 18 de mayo y las diócesis de España se sumarán a este acontecimiento con actos paralelos. Sin embargo, monseñor Fisichella indicó como premisa que los peregrinos deberán tener tiempo suficiente para cumplir con el objetivo más importante: atravesar la puerta santa y llegar hasta la tumba de San Pedro. Es decir, que el oropel cofrade no enturbie el sentido de la celebración.

Ahora queda por delante algo más de un año para preparar la intendencia y los traslados. El trono de la Esperanza pesa cinco toneladas, pero «no es la única obra de arte de estas características que se ha trasladado», apunta Saborido. En este sentido, ambos conjuntos, junto a las imágenes sagradas, llegarán a Roma «con la máxima seguridad, teniendo en cuenta el criterio de las empresas especializadas».