Entrevista

Roberto Santiago: «El silencio es la zona de confort del bullying»

Con la novela «El Círculo» se adentra en los territorios de la culpa y el silencio

El escritor Roberto Santiago
El escritor Roberto SantiagoLa RazónLa Razón

Roberto Santiago publica «El Círculo» (Destino Infantil & Juvenil) una novela sobre el acoso escolar contada desde un punto de vista poco habitual: el del testigo. Inspirada en una experiencia real, el autor de «Los Futbolísimos» se adentra en los territorios del miedo, la culpa y el silencio para reflejar cómo el bullying crece cuando nadie se atreve a hablar. Una historia que interpela tanto a jóvenes como a adultos y que nos recuerda que romper el silencio también es una forma de valentía.

Roberto, «El Círculo» nace de una experiencia personal. ¿Qué ocurrió aquel día en el instituto y cómo se convirtió en el germen de esta novela?

Estaba en tercero de la ESO. Un grupo de compañeros colgó bocabajo por la ventana a otro chico. Yo lo vi todo y me quedé quieto. No hice nada. Esa imagen se me quedó grabada para siempre. No fui víctima ni agresor, pero sí testigo. Con los años entendí que necesitaba escribir sobre eso.

En el libro hay un momento brutal: colgar a un compañero bocabajo de una ventana. ¿Fue una forma de exorcizar esa imagen que te acompañó durante años?

Sí. Fue una manera de mirar de frente algo que durante mucho tiempo me dolió recordar. Escribir me ayudó a entender lo que sentí entonces: miedo, culpa, vergüenza. Creo que todos, en algún momento, hemos callado ante una injusticia.

El narrador no es la víctima ni el agresor, sino quien observa. ¿Crees que el silencio del que mira y no actúa es también una forma de violencia?

El silencio es la zona de confort del bullying. Sin duda, la callada por respuesta encierra muchas formas de maltrato. A veces pensamos que no intervenir nos libra de responsabilidad, pero en realidad nos convierte en parte del problema.

¿El miedo y la indiferencia son hoy los grandes enemigos del coraje?

Sí. Vivimos con miedo: miedo a destacar, a no encajar, a que nos señalen. Y también con indiferencia. Nos acostumbramos a mirar hacia otro lado. El coraje no es ser un héroe, es atreverse a hablar cuando los demás callan.

Víctor, el protagonista, se infiltra en un grupo de acosadores. ¿Qué te interesaba contar sobre la culpa y la redención?

Víctor busca entender por qué ocurre lo que ocurre. Se siente responsable de no haber hecho nada y quiere reparar ese silencio. Su historia es la de alguien que intenta redimirse, aunque se equivoque por el camino.

Alba, la chica que lo acompaña, es tan frágil como valiente. ¿Encierra ella una parte de esperanza o de advertencia?

Alba representa la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Es un personaje luminoso, pero también vulnerable. En ella hay esperanza, porque demuestra que siempre hay alguien dispuesto a ayudar, aunque a veces también pague un precio por hacerlo.

«El Círculo» muestra también a adultos impotentes, profesores desbordados, padres ausentes. ¿Es un retrato deliberado de nuestra sociedad?

Sí. Muchos padres no saben lo que les pasa a sus hijos, y los profesores están sobrepasados. No hay malas personas, hay falta de comunicación. El libro también habla de eso: de lo poco que hablamos entre nosotros, incluso en familia.

El libro coincide con el suicidio de una chica en un instituto de Sevilla por bullying. ¿Qué le dirías a un chico o chica que hoy mismo está viviendo lo que cuentas «El Círculo»?

Le diría que no está solo. Que hable. Que lo cuente una y otra vez, aunque piense que nadie escucha. Hay gente dispuesta a ayudar. Y a los que están alrededor, les diría: escuchad. Porque el silencio también puede ser una forma de violencia.