El ambiente

Turistas perdidos, supermercados cerrados y bares vacíos: la insólita imagen del centro de Sevilla por el apagón

"El ambiente es parecido al de los primeros días del estado de alarma por el covid", decían

Estación de metro cerrada
Estación de metro cerradaEuropa Press

Incertidumbre, complicaciones en el tráfico y miradas al móvil sin respuesta. El apagón eléctrico ha generado preocupación entre los sevillanos y cierto desorden en la ciudad, que aumentó conforme avanzó la tarde debido al tráfico provocado por la salida de los alumnos de los colegios y los desplazamientos tras las jornadas laborales. En torno a las 12:30 horas el suministro eléctico se cortó abruptamente, al igual que las conexiones de telefonía e internet. La radio -en los coches y en los pocos aparatos analógicos- informaba de lo ocurrido, al igual que alguna red social cuando la conexión se establecia casi milagrosamente.

Inmediatamente después el ambiente se enrareció. Los supermercados cerraron y los dependientes salían a las puertas de las tiendas para evitar la entrada de "curiosos". La amenaza de saqueos se extendió con rapidez. Otros directamente echaron el cierre para evitar problemas.

El centro de Sevilla aparentaba cierta normalidad durante las primeras horas de la tarde. Había prisa por llegar a casa y en las paradas de los autobuses se formaban largas colas. Las constantes sirenas de los vehículos de emergencias delataban que algo extraño ocurría. "El ambiente es parecido al de los primeros días del estado de alarma por el covid", comentaban en la calle.

Los bares estaban casi vacíos. Los últimos clientes apuraban el aperitivo y los camareros y cocineros ya comentaban las pérdidas que iban a tener. Algunas tiendas hacían su agosto vendiendo botellas de agua fría, siempre que se pagara en metálico. Los turistas deambulaban sin saber muy bien a dónde ir justo cuando apretaba el calor. Muchos se agolpaban en los cajeros para intentar sacar algo de dinero en metálico, pero era una tarea difícil.

Las mayores complicaciones se produjeron en los accesos a la ciudad, donde la Guardia Civil se tuvo que emplear a fondo para controlar el tráfico. En la SE-30 el atasco era monumental. En definitiva, una jornada marcada por el desasosiego y la preocupación.