Política

La «vía Juanma Moreno» para llegar a La Moncloa

La llamada al «voto útil» desde la centralidad y diferenciándose de Vox predomina en la estrategia del PP de Feijóo para alcanzar el Gobierno con una mayoría «amplia»

Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo
Juanma Moreno y Alberto Núñez FeijóoPP

La Vía de la Plata es la más importante del Camino de Santiago desde el sur peninsular. Se considera Sevilla como ciudad de partida –donde está el Palacio de San Telmo– y la ruta hacia Galicia –de donde procede Feijóo– tiene su origen en las calzadas romanas que en el medievo aprovecharon los peregrinos. La «vía Moreno» también arrancó en Sevilla, aprovechando las querencias en el poder que sustentaron casi cuatro décadas de gobiernos socialistas en la región, conectó con Galicia –en tanto que fue clave en la sucesión de Casado– y en el PP están convencidos de que conduce a La Moncloa. Las cartas están marcadas. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ya conoce la hoja de ruta que en las dos últimas citas electorales en Andalucía ha llevado a los populares a arrollar al PSOE y a que la izquierda haya perdido tres de las cuatro últimas citas con las urnas. Los movimientos desde Génova y las propias declaraciones de Feijóo señalan que «la vía Moreno» es la elegida –no así el método Ayuso– para tratar de llegar al Gobierno con una «mayoría amplia» el próximo 23 de julio.

El director de campaña de Génova, además, es quien hasta que no pudo seguir compatibilizando funciones ejercía como vicepresidente de facto del Gobierno andaluz (aunque era consejero de Presidencia y portavoz) y como mano derecha de Moreno, Elías Bendodo. Moreno le encargó la campaña del 2 de diciembre de 2018, tras las que el PP no ganó pero alcanzó la Junta con un papel clave de Bendodo en el pacto con Cs y en la negociación con Vox; y también coordinó la campaña del 19 de junio de 2022, con la histórica mayoría absoluta. Bendodo, que no conocía lo que es estar en la oposición, organizó también las pasadas municipales desde Génova, con una nueva muesca en la culata. Feijóo no sólo tiró de Bendodo sino también del que fuera consejero de Hacienda andaluz, Juan Bravo, por lo que la fuerza de la delegación andaluza en Madrid está garantizada.

El «efecto Moreno», con la excepción de Ayuso en Madrid, se va exportando región a región. También en Extremadura, donde María Guardiola ha optado por convertir el discurso del miedo a Vox en una llamada al «voto útil» para el PP. «No puedo dejar entrar en el Gobierno a quienes niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes y tiran a la papelera la bandera LGTBI», señaló. Con la misma tesis de obtener una «mayoría amplia» que ahora usa Feijóo, Juanma Moreno se fue a los 58 diputados. Moreno llegó a pedir el voto de los desencantados del PSOE, unas siglas históricas raptadas ahora, argumentaban, por el llamado «sanchismo».

El éxito de esta fórmula ha llevado a que, tras las pasadas municipales del 19-J, se debata si Juanma Moreno, con las ocho capitales en manos del PP y seis diputaciones, lidera el ciclo de mayor poder en la historia en Andalucía. No obstante, para equiparar la supremacía que tuvo en alguna época Manuel Chaves en la comunidad Moreno necesita a Feijóo en La Moncloa. La pérdida del miedo de una tierra fijada sociológicamente como de izquierdas se explica en gran medida en el proceso de reconversión del PP en el imaginario andaluz como partido de referencia ocupando el espacio del PSOE. El andalucismo, los servicios sociales o la igualdad son banderas de las que se apoderó el PP a partir de una marca, la de su presidente. La fórmula Moreno se basa en la moderación y el miedo a Vox, azuzado por las izquierdas, con el resultado de la llamada al «voto útil». Ni el electorado quería a Macarena Olona de vicepresidenta andaluza ni la mayoría centrada que conforma la sociedad española parece que quiera a Santiago Abascal en un hipotético Gobierno de España como rechaza los pactos con partidos extremistas y filoetarras.

En 2022, el PP fue el más votado en 567 de 785 municipios de Andalucía y en todas las provincias por primera vez. El «efecto Moreno» dejó al PSOE andaluz en situación de K.O. técnico mientras que la desafección hacia Pedro Sánchez recuerda cada vez más a la época de Zapatero, quien, curiosamente, se ha convertido en el más firme defensor del actual presidente del Gobierno. Las municipales posteriores a la crisis del ladrillo ya fueron el prólogo a la contundente victoria popular en las generales. Las elecciones tocaban en diciembre pero Pedro Sánchez, consciente de que se encuentra en el disparadero, adelantó a julio. Moreno destacó tras el éxito de las pasadas municipales «la alianza con alcaldes» para «obtener una mayor velocidad» en el cambio y «el paso de gigante para que Alberto Núñez Feijóo sea el próximo presidente del gobierno de España y el cambio político en nuestro país».

El presidente del PP necesitaría en torno a 150 diputados para poder gobernar con apoyos puntuales. El PP parte como favorito, como demuestra el hecho de que sea el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el que quiera hasta seis debates con el candidato popular.

La hipotética llegada de Feijóo a Moncloa también puede pacificar conflictos con el Gobierno central vigentes como el de Doñana. De entrada, se salvaría el recurso ante el Constitucional. Asimismo, se prevén políticas fiscales en sintonía con las de la Junta para aliviar el impacto que la inflación está teniendo en los ciudadanos. El presidente del PP se comprometió a extrapolar al resto de España «la política de la moderación» de Moreno. «Distanciarse de Vox y apelar al voto útil en las urnas», la «vía Moreno» está en marcha en el PP. Andalucía aporta 61 de los 349 diputados del Congreso.