Cuando la guerra civil

El Consejo de Aragón: la república dentro de la República que alfabetizaba en los pueblos y creó colectividades agrarias

Joaquín Ascaso, su presidente, y otros dirigentes fueron detenidos por contrabando de joyas y otros delitos

Milicianos republicanos disfrazados con vestiduras religiosas tras el saqueo de una iglesia en un pueblo aragonés
Milicianos republicanos disfrazados con vestiduras religiosas tras el saqueo de una iglesia en un pueblo aragonésEFEAgencia EFE

La única vez en la historia de nuestro país que hubo un gobierno revolucionario y libertario liderado por movimientos anarquistas fue en la comunidad aragonesa, y se conformó el 11 de diciembre de 1936. Se le llamó Consejo Regional de Defensa de Aragón, o más popularmente conocido como Consejo de Aragón, siendo reconocido oficialmente como gobierno republicano que no estaba bajo el mando de los sublevados franquistas en la Guerra Civil.

Para comprender bien la creación de dicho órgano político es primordial remontarse al comienzo de la Guerra Civil Española, al golpe de Estado del 18 de julio de 1936. La sublevación militar dejó al gobierno sin su mayor fuerza coercitiva, el ejército, pues en gran parte se habían rebelado. Así pues, sus gobernantes se quedaron sin capacidad para restablecer el orden en muchas zonas de la nación.

Los anarquistas dividieron Cataluña y Valencia y Aragón en dos mitades

Ante tan preocupante panorama, las agrupaciones de izquierda - sobre todo anarquistas de la CNT- solicitaron al gobierno republicano la entrega de armas para frenar el avance del bando sublevado. Sin embargo, dichas autoridades republicanas temían que las organizaciones mencionadas aprovecharan el momento para exigir su propia revolución social.

Finalmente, por la imposibilidad de minimizar a los golpistas, al gobierno central no le quedó otra que entregar armas a los grupos obreros. Proceso por el cual los anarquistas pudieron hacerse con el mando de parte de Cataluña y Valencia y Aragón, dividiendo las áreas en dos mitades.

El gobierno republicano de Madrid temía una excesiva autonomía del Consejo de Aragón

La mitad occidental de Aragón, donde estaban las ciudades de Huesca, Zaragoza y Teruel, quedó en manos de los golpistas. Sin embargo, la oriental, todavía en manos de los revolucionarios, se encontraba absolutamente aislada de Madrid y Barcelona. Así pues, surgió la urgente necesidad de ordenar un sistema organizativo que facilitara la vida y social y económica en la pequeña zona.

En dicho escenario, en octubre de 1936, se configuró el Consejo Regional de Defensa de Aragón, al comienzo ubicado en Fraga y posteriormente movido a Caspe. El nuevo organismo fue liderado por Joaquín Ascaso, un destacado anarquista de la CNT, acompañado de diferentes representantes de varias fuerzas políticas de la zona.

El gobierno de la República, pese a no estar muy de acuerdo con el nuevo órgano, se vio obligado a reconocer al Consejo de Aragón en diciembre de 1936 como segmento del poder republicano. Un reconocimiento que fue más una necesidad que un auténtico apoyo, pues los dirigentes de Madrid temían que se transformara un poder revolucionario independiente que escapara de su mando.

Exportaban cereal ha cambio de pescado o leche

Durante su corta existencia, este nuevo gobierno aragonés impulsó algunas leyes sociales y económicas de tipo revolucionario. Se promovieron colectivizaciones agrarias o se organizaron brigadas de alfabetización que recorrían la región con el único fin de educar a los más desfavorecidos. Asimismo, se diseñaron circuitos comerciales centralizados que permitían la exportación de productos agrícolas excedentes como cereales o aceite, intercambiándolos por pescado o leche.

Por todo ello, de gran aceptación por gran aparte de la población aragonesa en su zona republicana, el gobierno de Madrid pronto consideraría al Consejo de Aragón como una clara amenaza. La formación de un ejército republicano profesional se convirtió en una gran prioridad para sus máximos representantes. Bajo dicho escenario, el presidente Juan Negrín ordenó la disolución del Consejo el 18 de agosto de 1937.

La ejecución del decreto fue llevada a cabo por la 11ª División del comandante Enrique Líster, quien desmanteló el Consejo e incluso arrestó a Joaquín Ascaso, su presidente, y otros dirigentes por contrabando de joyas y más delitos. Un golpe de fuerza que rápidamente se vio reflejado en el desmantelamiento de las colectividades y otras de las revolucionarias medidas tomadas por el breve gobierno anarquista aragonés. El único en la historia de la región.