Investigación científica

Tecnología de última generación en patologias cardiovasculares

Las salas de hemodinámica están diseñadas para la realización de diferentes técnicas de diagnóstico y tratamiento en multitud de patologías del corazón. Las ventajas para el paciente se traducen en un menor tiempo de convalecencia postoperatoria

Tecnología de última generación en patologias cardiovasculares
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Las salas de hemodinámica están diseñadas para la realización de diferentes técnicas de diagnóstico y tratamiento en multitud de patologías del corazón.

Las técnicas mínimamente invasivas han supuesto un antes y un después en el abordaje de las patologías cardiovasculares. En este sentido, las salas de hemodinámica han facilitado la realización de una gran variedad de procedimientos de adquisición de imágenes de alta calidad cardiovasculares e intervencionistas. En este área hospitalaria se desarrollan los trabajos de exploración, diagnóstico y tratamiento que requieren técnicas invasivas y que incluyen, entre otras, la cardioversión, la angiografía coronaria, estudios de electrofisiología, intervenciones coronarias percutáneas, ablaciones por radiofrecuencia, cierre de defectos del tabique auricular, y del tabique ventricular, valvuloplastia mitral e inserción de dispositivos implantables como la prótesis de aorta.

Asimismo, también se realizan los estudios del funcionamiento del sistema cardiovascular mediante la introducción de catéteres a través de las arterias y las venas. Esta técnica, denominada cateterismo, es un procedimiento invasivo que consiste en la introducción de estos dispositivos, que se llevan hasta el corazón, para valorar la anatomía del mismo y de las arterias coronarias, así como para observar su función, medir presiones de las cavidades cardiacas e, incluso, saber si hay alguna válvula alterada. Además, permite el estudio de defectos congénitos, como comunicaciones en el tabique auricular o ventricular, la medición de concentraciones de oxígeno en diferentes partes del corazón y la obtención de muestras de tejido cardiaco para el diagnóstico de ciertas enfermedades.

Complemento

Este método se completa con la coronariografía que se efectúa en el mismo procedimiento. Para acometerla se inyecta un contraste en el sistema circulatorio para ver, mediante rayos X, las arterias coronarias. «Con esta técnica, el especialista pone de manifiesto si existen obstrucciones o estrecheces en las arterias coronarias, su localización exacta, el número de arterias afectadas o la severidad de las lesiones», explica la doctora Eva Rumiz, hemodinamista de la Unidad de Cardiología de Hospital Quirónsalud Valencia liderada por el doctor Javier Haba.

Entre las principales indicaciones para practicar cateterismo se encuentra la enfermedad ateroesclerótica coronaria que afecta la pared interna de las arterias coronarias, conocido como ateroesclerosis, y que produce un estrechamiento responsable de cuadros clínicos de angina de pecho o de infartos de miocardio. «Una vez se visualiza la estenosis en la arteria, se lleva a cabo la angioplastia coronaria y el posterior implante de un stent o malla metálica que se posiciona en la zona de obstrucción para impedir la aparición de nuevos infartos», añade la cardióloga Catheline Lauwers. Este procedimiento es la técnica más avanzada para el diagnóstico y tratamiento de la angina de pecho y del infarto agudo de miocardio. No necesita anestesia general, pues solo se administran sedantes para mantener al paciente relajado, quien se mantiene despierto durante la intervención.

La aorta es la principal arteria de nuestro organismo y su misión es la de conducir la sangre desde el corazón hacia los diferentes territorios corporales. En condiciones normales, su forma es tubular y la estructura de su pared permite contener con normalidad la presión sanguínea, «pero debido fundamentalmente a la arteriosclerosis, precipitada por la edad, hipertensión, colesterol o el tabaquismo, la pared de la aorta degenera, perdiendo su estructura y resistencia, lo que favorece el desarrollo de una dilatación progresiva denominada aneurisma», explica el doctor José Ángel Bahamonde, cirujano cardiovascular de Hospital Quirónsalud Valencia.

Riesgos asociados

El principal riesgo asociado a la existencia de un aneurisma es la rotura de éste, lo que supone una situación crítica que puede conllevar el fallecimiento del paciente o abocarle a una intervención quirúrgica de emergencia. Para su abordaje los especialistas utilizan una endoprótesis. La endoprótesis consisten en un stent cubierto autoexpandible, integrado por una malla de acero o nitinol, «cuya misión es la de recubrir el interior de la aorta, excluyendo la zona patológica. Esto permite disminuir la presión sobre el territorio arterial enfermo, evitando su posterior dilatación y ruptura», explica el doctor Bahamonde. Para su abordaje se realiza una evaluación detallada de las imágenes obtenidas mediante angio-TAC, con reconstrucción tridimensional si es preciso, a fin de determinar con exactitud las medidas que conformarán la endoprótesis. El procedimiento se lleva a cabo en un radio-quirófano dotado de un sistema de radiología de última generación con procesado digital de las imágenes y habitualmente bajo anestesia epidural.

«Al paciente sólo se le realizan unas pequeñas incisiones a nivel inguinal y tras una estancia de 12 horas en la UCI, pasa a la sala de hospitalización convencional, pudiendo abandonar al hospital al cuarto día postoperatorio», declara el especialista. Si bien inicialmente el tratamiento endovascular se consideró una alternativa al tratamiento quirúrgico convencional, hoy día se considera directamente el tratamiento de primera elección en pacientes de edad avanzada o que por la existencia de enfermedades asociadas, la cirugía convencional conlleva un alto riesgo.