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Comunidad de Madrid

Esperanza Aguirre: «Sólo lloré cuando me dijeron que quizá tendría que darme quimio»

Tras extirparle un tumor en 2011, Aguirre ganó las elecciones de la Comunidad y un año más tarde se retiró para estar más tiempo en familia.

Esperanza Aguirre y Javier Cortés (@IOBoncologia ). Foto: Gonzalo Pérez larazon

Tras extirparle un tumor en 2011, Aguirre ganó las elecciones de la Comunidad y un año más tarde se retiró para estar más tiempo en familia.

Esperanza Aguirre es una mujer de hierro. Disciplinada, diligente y de ideas firmes. La ''Thatcher'' española, hay quien la ha llegado a apodar. Ella lo sabe, de igual modo que afirma ser conocedora de sus errores. Es más, no se perdonará, y así lo expresa nada más comenzar el encuentro con el oncólogo Javier Cortés (@IOBoncologia), el haberse saltado dos de sus revisiones ginecológicas. «Fui en 2011 a una consulta rutinaria, y cuando me dijeron que tenía un tumor no me lo podía creer porque me encontraba fenomenal. El doctor me informó de que llevaba dos años sin hacerme una mamografía y lo peor es que yo ni me acordaba. Así que aconsejo a las mujeres que vayan a hacerse rigurosamente las pruebas. Cuando me lo detectaron a mí, el tumor tenía 1,8 cm, si hubiera ido antes habría sido más pequeño», apunta. La enfermedad de la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid es bien conocida por todos. Ella no lo ocultó. La operaron en el Hospital Clínico de Madrid, «yo siempre quise que todo el proceso fuera en centros públicos», dice, y más tarde se sometió a ciclos de radioterapia. «No lloré cuando me dieron el diagnóstico, sólo lo hice cuando en un principio me dijeron que tendría que darme sesiones de quimio. Estábamos en campaña para las elecciones municipales y autonómicas y no quería hacer campaña calva», afirma. «En este tipo de cáncer se ha avanzado mucho y hoy en día, más de la mitad de las pacientes no tienen que someterse a quimio», apunta Cortés, que responde a todas las preguntas de Aguirre, curiosa de no perder ninguno de los detalles que subraya el oncólogo. Su recuperación fue rápida, dos días después de la intervención estaba en casa y la campaña electoral pudo hacerla mientras se sometía a la radioterapia. «Sólo me dijeron que no me diera el sol, así que fue a todos los actos con un paraguas a modo de sombrilla», dice. «Todo depende del carácter del paciente y sé que aunque hubieran tenido que darle sesiones de quimio usted habría seguido con su campaña», le responde el doctor. Más tarde, durante el tratamiento hormonal que tuvo que seguir Aguirre, el consejo médico fue el contrario, tomar el sol para obtener Vitamina D, «para evitar la osteoporosis como consecuencia del tratamiento», matiza Aguirre, y «eso me vino genial porque a mí me gusta el golf así que feliz de estar al aire libre», explica.

- La vitamina D es muy importante y un indicador en los análisis. Si está baja, puede estar relacionado con un cáncer de mama.

-¿Y dónde más está esta vitamina, sólo en el sol?, dice Aguirre.

-Aquí lo importante es la fuente solar, el resto de aportación de esta vitamina es mínimo. Por eso hay menos déficit de vitamina D en los países mediterráneos que en los nórdicos.

La ex presidenta toma nota mientras surge en la conservación la decisión de algunas personas por viajar a EE UU a tratarse el cáncer. «Yo si fuera una rata iría, pero como paciente no. Es decir allí está muy bien la investigación, pero aquí tenemos los mejores médicos», asegura Cortés. Aguirre aprovecha para sacar pecho y presumir de la sanidad madrileña aunque el oncólogo matiza, ante la mirada atenta de la política, que en cuestión oncológica «Barcelona va por delante de Madrid». Aguirre lo niega rotunda y quedan en tablas. De momento.

Si la ex presidenta madrileña tuviera que sacar alguna moraleja de su enfermedad es «que el cáncer se cura» y como lección «que me sirvió para poner la jerarquía de valores en su sitio». «Dejé la presidencia de la Comunidad en septiembre de 2012 porque quería estar con mi familia, compartir más tiempo con ellos. Fue un momento difícil, pero una buena decisión». «Dejar lo que a uno le gusta, siempre es complicado, pero hay que elegir», replica Cortés.

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