Pilar Pérez

«Nuestra obligación es la elaboración de un duelo sano»

Dr. Elisa Saló / Psicóloga de la Unidad de Reproducción Humana Asistida del Hospital Quirónsalud San José de Madrid

Dr. Elisa Saló
Dr. Elisa Salólarazon

1- ¿Cuáles son los motivos más frecuentes de muerte fetal?

Se denomina así a todo fallecimiento que ocurre pasadas las 20 semanas de gestación durante el embarazo. En la mayoría de los casos se desconoce la causa, no obstante, es aconsejable realizar una autopsia y/o estudios complementarios (genéticos, de coagulación...etc) tanto al bebé como a la madre que puedan darnos una respuesta acerca del motivo que ha propiciado la muerte, aunque en muchos casos sea imposible dar una respuesta clarificadora.

2- ¿En qué casos hablamos de embarazos de riesgo?

Se engloba en este término aquellos casos en los que las mujeres tienen más de 35 años, si la madre sufre una enfermedad de base, como puede ser hipertensión, diabetes, problemas de coagulación, etc, si tiene obesidad o si ha desarrollado algún tipo de enfermedad o problema durante el embarazo, como puede ser diabetes gestacional, preclamsia, hipertensión, etc.

3- En una revisión, ¿cómo se afronta la detección de la muerte fetal?

La notificación de la noticia y la posterior explicación de cómo se va a proceder es clave. También mostrar cercanía, interés y empatía. Utilizar un lenguaje sencillo y conciso cuidando el lenguaje corporal. Los pacientes, no sólo afrontan una noticia muy grave, sino que han de tomar decisiones importantes respecto a cómo quieren proceder (plan de nacimiento, estudios posteriores que se realizarían, etc.). Todo el apoyo, información y acompañamiento que podamos ofrecer a los pacientes es fundamental y les ayudará a afrontar el duelo de forma más adaptativa.

4- ¿Cómo se entrena un profesional para dar la fatal noticia?

El abordaje de este tipo de situaciones es multidisciplinar. Es imprescindible seguir un protocolo de actuación conjunto para facilitar la coordinación y comunicación entre todo el equipo, como en el elaborado en el Hospital QuirónSalud San José, donde se abordan no sólo aspectos clínicos sino aspectos emocionales. En nuestro hospital todos estos aspectos se trabajan de forma continua mediante formaciones y «role-playing». Así mismo, resulta necesario que los propios especialistas se «cuiden emocionalmente» a través de grupos de apoyo, trabajo en equipo, sesiones individuales, etc.

5- Ante el impacto, ¿cuáles serían los pasos a seguir?

Una vez comunicada la noticia y después de darles un breve tiempo para asimilarla, se les informa acerca de qué pasos se van a dar (opciones terapeúticas, plan de nacimiento, estudios, autopsia, etc.), se acompaña con una hoja informativa de todo ello, y se habilita una sala tranquila donde se da tiempo para que tomen las decisiones precisas. Luego, se programa la intervención, una parte muy delicada del proceso, y se habilita una habitación de recuperación/despedida alejada del área de maternidad (de los llantos de los bebés). En ella se informará de cómo ha ido la intervención, de los siguientes pasos a seguir y de la posibilidad de recibir el apoyo psicológico necesario e información acerca de los aspectos burocráticos. Una vez que se da el alta, se les facilita una hoja de contactos (médico, psicólogo, grupos de apoyo...) y se cierran citas de seguimiento en las semanas y meses posteriores.

6- Ante la pérdida del bebé, ¿hay diferentes grados de confrontación según el trimestre de la gestación?

No existen diferentes grados de afectación según el trimestre en el que haya ocurrido la pérdida. Cada paciente es individual y cada uno cuenta con unas herramientas emocionales y personales diferentes que les harán superar el duelo de una forma u otra. Nuestra obligación como profesionales es favorecer la elaboración de un duelo sano.

7- En los casos en los que hay que alumbrar un bebé sin vida, ¿cómo se prepara mentalmente a la madre?

Los casos en los que la madre ha de dar a luz a su bebé muerto son muy delicados tanto en el aspecto emocional como en el médico. Hay aspectos importantes sobre los que han de tomar decisiones como son verlo o no, si desean realizar la autopsia, etc. En estos casos, la intervención, cobra especial importancia, se ha de tratar como un caso de parto normal. Sobre si verlo, hay que respetar la decisión de los padres y tener en cuenta la edad gestacional y el estado del bebé, aunque verlo les ayudará a evitar fabulaciones posteriores. Además, se procederá a elaborar una «Caja de recuerdos» si así lo quieren, donde se incluirá una tarjeta del bebé, pulsera, contorno de sus manos y pies, etc. Todas estas herramientas, junto con el acompañamiento médico y familiar, favorecerán el afrontamiento emocional de la forma más adaptativa posible.

8- Sin olvidar la figura paterna, ¿cómo y qué se trabaja con él?

Igual que con la madre, se establece desde el primer momento una comunicación y un acompañamiento equitativo. Es cierto, que sobre la madre recae un mayor peso físico pero a nivel emocional se ha de trabajar igual con ambos miembros de la pareja.

9- ¿Cuál es el periodo de duelo antes de que se den otro tipo de patologías?

Todo duelo es una reacción normal y necesaria que consta de una serie de fases por las que se ha de pasar para que pueda ser correctamente aceptado. Si se afrontan estas fases de una forma sana y adaptativa no tiene por qué convertirse en un duelo patológico. Debemos permitir sentir enfado, dolor, impotencia, culpa, tristeza etc. para poder aceptar la pérdida de una forma sana.

10- ¿Cuáles son las recomendaciones básicas para afrontar esta etapa una vez en casa?

El tiempo es fundamental. Es importante que el entorno legitimice el dolor y los tiempos ya que cada persona afronta el duelo de forma diferente y hay que respetarlo. Intentar retomar la rutina es vital, sentirse acompañado de familiares y amigos y distraerse con actividades. El apoyo emocional profesional por parte de un psicólogo resulta muy valioso. Además, existen grupos de apoyo y asociaciones de pacientes (Umamanita por ejemplo) que han pasado por situaciones similares que ayudan a compartir experiencias, emociones, ofrecen asesoramiento a nivel burocrático y pueden llegar a facilitar la aceptación de la pérdida.