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Radioterapia «diana» y menos invasiva para vencer al cáncer

Los nuevos aceleradores de electrones consiguen aumentar la dosis de irradiación en el tumor sin lesionar los órganos vecinos

Añadir imágenes relajantes y música ambiental al nuevo acelerador de electrones proporciona tranquilidad y eliminan parte del estrés que supone el tratamiento
Añadir imágenes relajantes y música ambiental al nuevo acelerador de electrones proporciona tranquilidad y eliminan parte del estrés que supone el tratamientolarazon

Los nuevos aceleradores de electrones consiguen aumentar la dosis de irradiación en el tumor sin lesionar los órganos vecinos

En la guerra contra el cáncer todo avance se convierte en una buena noticia, ya sea éste en el campo del diagnóstico, el quirúrgico o el terapéutico. Y por supuesto también en el de las tecnologías que se emplean para combatirlo, por ello la incorporación de nuevas «máquinas» al arsenal hospitalario que ayudan a su eliminación suponen un paso importante para conseguir dicho fin.

Tal es el caso del Hospital Quirón Infanta Luisa de Sevilla, que ha instalado un segundo acelerador de electrones (ALE o Linac) a su Servicio de Radioterapia. Se trata de un dispositivo de alta tecnología que se emplea para el tratamiento de todo tipo de tumores malignos, utilizando fotones para el tratamiento de lesiones profundas o electrones para lesiones superficiales.

Entre las ventajas que aporta este nuevo dispositivo destaca el hecho de que permite «aplicar las radiaciones con la máxima precisión sobre el tumor y la mínima afectación de los tejidos sanos de alrededor con irradiación continua mediante arcos que giran en torno al paciente. Así, se obtiene la posibilidad de aplicar las técnicas de tratamientos más actuales, desde las más sencillas, como radioterapia tridimensional conformada (RDT); hasta las más complejas, como la RDT estereotáxica corporal (SBRT), radiocirugía y RDT estereotáxica cerebral fraccionada. De este modo, se consigue la radioterapia guiada por la imagen (IGRT) o radioterapia adaptativa, de rectificación continua, según el movimiento del tumor, bien porque se mueva el paciente o bien porque a lo largo del tratamiento varíen las dimensiones del paciente o de la lesión», explica María Isabel Ramos, jefa del Servicio de Radioterapia del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, de Sevilla.

Así, con esta adquisición, se da un gran paso en la eficacia de los tratamientos radioterápicos, puesto que se capta la imagen del tumor en el momento de la aplicación, facilitándose la continua corrección de la dirección de los haces para que coincidan exactamente con la planificación previa. «Se consigue aumentar la dosis de irradiación en el tumor sin lesionar los órganos vecinos, lo cual redunda en una disminución de efectos secundarios y por ende en una mejor calidad de vida», explica Ramos.

Las neoplasias más frecuentes –y por tanto en las que más se emplea– son las de próstata, mama, pulmón y recto/colon. Sin embargo, el nuevo acelerador de electrones también se utiliza para enfermedades benignas subsidiarias de tratamiento radioterápico como tumores tipo meningiomas, schwanomas y no tumorales como cicatrices anómalas, queloides, exoftalmos maligno de la enfermedad de Graves-Basedow, malformaciones vasculares cerebrales o corporales. Y no sólo eso, los procesos inflamatorios resistentes a tratamientos convencionales, como la tendinitis, se pueden tratar con este dispositivo.

Con la incorporación de este segundo acelerador de electrones el Hospital Quirónsalud Infanta Luisa espera que este año se realicen unos 600 tratamientos, ya que, al disponer de dos unidades se consiga duplicar la capacidad del centro, facilitando el inicio inmediato de los tratamientos nuevos.

Por último –pero no menos importante– otro punto a tener en cuenta es que la unidad incorpora también la denominada «experiencia del paciente», un nuevo concepto de cuidados pensado para mejorar la percepción del tratamiento de los enfermos, añadiendo imágenes de paisajes o música ambiental, entre otros, que proporcionan tranquilidad y eliminan parte del estrés que suponen los tratamientos oncológicos. «El ambiente, la luz y los colores de la sala hace que el paciente se sienta más tranquilo, vive el tratamiento de distinta forma. Algunos pacientes dicen que es como un oasis dentro del hospital, que es relajante», concluye la jefa del Servicio de Radioterapia del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa.