Prevención

Romper el estigma puede ayudar a salvar vidas

El suicidio sale del tabú para prevenir una cuestión que en términos de visualización y concienciación aún está atrasada. Debe tratarse como un problema de salud pública que existe y que se puede evitar, para que deje de ser la principal causa de muerte externa, que provoca el doble de muertes que los accidentes de tráfico

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El lema de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Día Mundial de la Prevención del Suicidio 2015, celebrado el pasado 10 de septiembre, es «Tender mano y salvar vidas», lo que enfatiza la importancia de mantenerse cercano a las personas que pudiesen tener un riesgo más alto de cometer tal acción. La OMS revela que cada año, por cada suicidio consumado, hay mayor cantidad de intentos de suicidio. Un intento previo de suicidio es el factor de riesgo más importante.

El presidente de la Fundación Mental España para la Prevención de los Trastornos Mentales y el Suicidio y de la Sociedad Española de Suicidología, Andoni Anseán, asegura que en España «no se tiene presente la posibilidad y el riesgo del suicido, el tema está como si no existiese» y que esto hace que «muchas señales de alerta se dejen de ver».

En España, el suicidio es la principal causa externa de muerte, provocando el doble de fallecimientos que los accidentes de tráfico y 70 veces más muertes que la violencia de género. En 2013 se alcanzó la mayor cifra de suicidios, con 3.870 casos, de los cuales 2.911 correspondieron a hombres. A pesar de estas cifras, no existe ningún plan a nivel nacional de prevención del suicidio.

El jefe del servicio de Psiquiatría de los hospitales de Torrevieja y de Vinalopó, Jesús E. Mesones, afirma que «cada día más de diez personas en España se quitan la vida, lo que convierte el suicidio en un problema prioritario de salud pública». En este sentido, Anseán ha afirmado que «la concienciación y las estrategias globales sobre prevención del suicido están muy lejos», aunque aparecen aplicaciones como «Prevensuic», distribuida por Pfizer, que van en el buen camino. Uno de los principales objetivos para mejorar el ámbito de la prevención es visualizar el suicidio como un problema de salud pública que existe y que se puede prevenir.

«La complejidad de la mente y el comportamiento humano son inabordables –apunta Mesones–, pero los profesionales sanitarios debemos prestar una mayor atención a la detección de posibles conductas suicidas con el objetivo de contribuir a reducir el número de suicidios en nuestro país». Más del 90 por ciento de las personas que presentan estas conductas padecen algún trastorno mental diagnosticable.

Los profesionales sanitarios deben conocer y valorar los antecedentes de estos pacientes, pues es fundamental para la prevención. «El 40 por ciento de los médicos no conocen los antecedentes suicidas de sus pacientes, el 90 por ciento de las personas que se suicidan han visitado al médico en los últimos 12 meses y casi uno de cada cinco el mismo día del acto», añade Anseán.