Europa

Valladolid

«Somos médicos de enfermos, no de enfermedades»

La primera española que logra ser la mejor médica de familia del mundo ejerce en Valladolid: «Ante una población envejecida hay que reforzar la atención primaria para hacer más eficiente el sistema».

«Somos médicos de enfermos, no de enfermedades»
«Somos médicos de enfermos, no de enfermedades»larazon

La primera española que logra ser la mejor médica de familia del mundo ejerce en Valladolid: «Ante una población envejecida hay que reforzar la atención primaria para hacer más eficiente el sistema».

La primera española que logra ser la mejor médica de familia del mundo (y entre los médicos también) se llama Verónica Casado. Lleva casi 30 años trabajando en el mismo centro de salud: Parquesol, en Valladolid. Su cercanía al paciente y su lucha por mejorar esta especialidad son algunos de los motivos que le han hecho merecedora de este premio que otorga la Organización Mundial de la Medicina de Familia (Wonca). Casado, que es además la mejor médica de familia de Europa y de Iberoamérica, recibirá el sábado este galardón, un premio que como ella dice es «de todos».

¿Médica por vocación?

Yo toda la vida lo que he querido es ser profesora. Mi padre quería que fuese médico y en un momento dado me preguntó: «¿Tú quién crees que enseña a los futuros médicos? Los profesores que son médicos», me dijo, y eso me interesó. Elegí ser médico de familia cuando los centros de salud aún no existían, era un poco loco hacer esta especialidad. La radiología me llamaba mucho la atención, pero por otra parte me gustaban y me gustan las personas y el trato con la gente, así que decidí hacerme médico de familia, aunque no sabíamos nada de cómo sería. Es una de las grandes decisiones que he tomado en mi vida.

Una de las reclamaciones de los médicos de familia es tener más tiempo por paciente.

Sí. Me da mucha pena porque no estamos yendo en la dirección correcta. La crisis ha machacado a todos, pero ha sido especialmente dura para la atención primaria. Se han recortado recursos humanos, se nos recorta tiempo y ahora mismo lo necesitamos mucho porque el tipo de perfil que tenemos, social y demográfico, es de personas que tienen enfermedades crónicas, pluripatológicas, con cuidados paliativos, cosas que se debe hacer en atención primaria. No podemos tener estas medias de tiempo. Se necesitan más recursos. Yo doy el tiempo que necesita cada paciente. El problema es que si das más tiempo hay esperas. Si tú entras en mi consulta y lo haces con un catarro a lo mejor soy capaz de hacerlo en 6 u 8 minutos, pero si vienes y sé que eres diabética e hipertensa y te duele el corazón y además sé que un familiar tuyo ha tenido un accidente pues evidentemente no tengo ni para empezar con ocho minutos, y además es que no me da la gana dedicarte solo este tiempo. Esto es muy importante y cada vez lo es más porque los crónicos donde tienen que resolverse es en atención primaria, así como los cuidados paliativos y los domicilios.

Ante una población envejecida hay que reforzar la atención primaria para hacer más eficiente el sistema...

Claro. Si una cosa la resuelves en el primer nivel sanitario y no salta al segundo saldrá más barato. Hay que disminuir las hospitalizaciones innecesarias. No hay cosa más cara dentro del sistema sanitario que las urgencias hospitalarias. Hay que potenciar la atención primaria para evitar que acudan los que no son una urgencia. Los estándares de calidad nos dicen que para que un SNS funcione y lo haga correctamente, el 50% de médicos del sistema deberían de ser médicos de familia en atención primaria y el otro 50 especialistas en el hospital. Y ahora somos solo un 30%. Son plantillas que en vez de crecer han decrecido.

¿Qué es lo más duro que ha vivido como médico?

Muchas cosas. Cuando recibes una analítica y descubres que eso que tanto le preocupa al paciente es verdad, o que un hijo suyo está muy enfermo, o que su enfermedad es transmisible genéticamente, eso es muy duro. Pero te demuestra una cosa: del médico se espera que te pronostique y te cure, pero también que te consuele y acompañe. No tenemos que ser médicos de enfermedades, sino de enfermos, que sepan que pueden contar contigo es importante.