Alzheimer

Terapias No Farmacológicas para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia

Terapias No Farmacológicas para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia
Terapias No Farmacológicas para mejorar la calidad de vida de las personas con demencialarazon

El concepto deTerapias No Farmacológicas (TNF)se viene utilizando desde hace varias décadas para referirse a intervenciones terapéuticas que, a través de agentes primarios no químicos, pretenden mejorar la calidad de vida de las personas sanas y enfermas, además de la salud de sus cuidadores.

La demencia es un proceso largo que puede llegar a durar más de 20 años. En todas las fases de la enfermedad, y en especial en las personas con mayor afectación, es de vital importancia cubrir sus necesidades básicas de bienestar, movimiento, dignidad, interacción social y derechos fundamentales. Estas necesidades han de ser satisfechas, teniendo presente que la persona con demencia posee capacidad de aprender, pensar, experimentar sensaciones y sentirse amada y cuidada.

El proceso patológico de la demencia compromete las capacidades cognitivas, funcionales y conductuales de la persona. Los medicamentos que actualmente se encuentran en el mercado ralentizan el avance de algunos de los síntomas, aunque tienen una efectividad limitada. Es por ello que se plantea el uso de Terapias No Farmacológicas como complemento en la intervención en personas con demencia.

El concepto deTerapias No Farmacológicas (TNF)se viene utilizando desde hace varias décadas para referirse a intervenciones terapéuticas que, a través de agentes primarios no químicos, pretenden mejorar la calidad de vida de las personas sanas y enfermas, además de la salud de sus cuidadores.

Se entiende por Terapias No Farmacológicas, “Cualquier intervención no química, teóricamente sustentada, focalizada y replicable, realizada sobre el paciente o el cuidador y potencialmente capaz de obtener un beneficio relevante”, (Olazarán y col., 2010). Este tipo de intervenciones se dirigen a optimizar la cognición, mejorar el estado de ánimo y la conducta, así como la funcionalidad de los pacientes con demencia. Además, aporta herramientas a los cuidadores para un mejor cuidado.

Conscientes de la importancia del uso de estas Terapias No Farmacológicas, las residencias para personas mayoresgestionadas por el grupo Albertia Servicios Sociosanitarios, son un referente en cuanto al desarrollo de las mismas. Sus profesionales (terapeutas ocupacionales, psicólogos, fisioterapeutas y TASOC) reciben formación continua en diferentes terapias que previenen alteraciones conductuales, mejoran la autoestima y socialización, además de ayudar a la eliminación de sujeciones.

El desarrollo de estas Terapias No Farmacológicas, promueve el entretenimiento y la diversión, fomentando las actividades lúdicas y la participación social. Al tratarse de actividades grupales, se favorece la conexión con el entorno, las relaciones interpersonales y la comunicación. Todas ellas se desarrollan en base a los proyectos vitales de los mayores, desde el respeto a su dignidad e individualidad.

Algunas de estas terapias desarrolladas en las residencias para mayores Albertia son: Psicoestimulación cognitiva, entrenamiento en actividades de la vida diaria, reminiscencia, validación, estimulación sensorial, ejercicio físico, huerto terapéutico, arteterapia, terapia recreativa, masaje y tacto, musicoterapia e intervenciones intergeneracionales. También se realizan programas de apoyo a cuidadores e intervenciones de respiro, entre otras.

Además, cuentan con la colaboración de entidades externas con prestigio en el sector. Así, se desarrollan programas de actividad física adaptada con Fundación Siel Bleu, Terapia de Estimulación Emocional T2E® y proyecto de cuidados en demencias sin sujeciones a través de la Fundación María Wolff, Terapia Asistida con Animales con Cuerpo Canino Terapéutico Lincoln y PsicoAnimal, Taller de Magia con el prestigioso mago Agustín Leal, además de clases de Baile Adaptado gracias a la Escuela de Movimiento Elena Arroyo.

El objetivo final es convertir las residencias en verdaderos hogares para los mayores, intentando que la mirada, la valoración y la atención profesional se realice desde la consideración de “personas” a las que hay que apoyar para que sigan manteniendo su autonomía y controlen su propia vida, y no como “pacientes” o “enfermos”.